Capítulo 8

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YoonGi podía sentir el cuerpo de Jungkook  rígido por la repentina desaparición de su hermano y él apretó los dientes en señal de frustración. Maldita sea, Hypnos y su gran jodida bocaza. Él sabía que su hermano solo vivía para causar fricción entre los demás y, a menudo le gustaba revolver la mierda, cuando no había nada de qué preocuparse, para empezar. Echó un vistazo a su joven amante y lo vio mordiendo el labio inferior con los dientes. Hypnos obviamente había logrado hacer que Jungkook se preocupara por él por haberlo metido en algún tipo de problema, cuando ambos sabían que, muy probablemente, este no era el caso.

 «El que siembra vientos cosecha tempestades, querido hermano»

YoonGi en silencio se comprometió a tener una larga conversación con su travieso hermano cuando todo estuviera dicho y hecho. Si eso no hacía que las mentiras y los aguijonazos de su hermano pararan, azuzaría a Némesis sobre su culo. Si alguien podía enderezar el culo de alguno de sus hermanos, ese era Némesis.  

YoonGi sabía que si él y Jungkook no tenían una larga conversación antes, su amante iba a reventar ya fuera de ansiedad o de la mordida de su labio inferior. Estiró la mano y colocó a Jungkook en su regazo. Su dulce amante, estaba royendo su pulgar y tenía un aspecto sombrío en su rostro. Parecía increíblemente joven y vulnerable sentado allí. Para él a veces era fácil olvidar exactamente lo inocente e inexperto que Jungkook era en realidad.  

—Corazón, ¿puedes mirarme? —YoonGi puso la mano bajo la barbilla de Jungkook y lo levantó hasta que miró a sus preocupados ojos marrones—. Mira, Jungkook, Hypnos podría estar muy orgulloso de sí mismo si supiera lo mucho que te preocupas. Es parte de su mantra personal, causar conflictos y largarse cuando ha tenido éxito causando problemas.

Jungkook miró profundamente dentro de sus ojos como si su joven amante estuviera tratando de ver si podía leer la verdad brillando en su rostro. Después de que él lo mirara durante lo que pareció unos minutos, él asintió con la cabeza y la ansiedad que había escrito en su rostro se había ido.  

—Tu no me has dado ninguna razón para no confiar en ti, Yoon. Si tu me dices que Hypnos no es más que un instigador, un conspirador y un mentiroso, te creo, —dijo con una pragmática voz. Jungkook colocó sus manos a cada lado de la cara de YoonGi, mientras que él continuaba mirando su joven rostro en profundidad con una mirada seria.

—Eso es exactamente lo que estoy diciendo, —dijo YoonGi, con la esperanza de que Jungkook pudiera ver la verdad con sus palabras y en su rostro. Él realmente no tenía nada que ocultarle, pero había algunas cosas que Yoon no podía revelar a su amante en estos momentos.  

Jungkook asintió con la cabeza y le dio una débil sonrisa. —Está bien, Yoon. Voy a dejarlo ir, pero todavía tengo algunas preguntas.  

YoonGi levantó las manos y apartó suavemente las manos de Jungkook de su cara. Él mantuvo las dos manos del muchacho con las suyas y les dio un apretón tranquilizador. —Todo está bien, amor. Te diré todo lo que necesitas saber tan pronto como comas algo, es más de mediodía, y estoy seguro de que estás muriéndote de hambre, ¿verdad?

—Definitivamente podía comer, —coincidió Jungkook.

—¿Te encuentras con animo?

 —Hmm... ¿Te apetece comer un gran plato de espaguetis y albóndigas como habíamos hablado la noche anterior? Podríamos comer y tomar ese vaso de vino que mencionaste. —La voz de Jungkook parecía feliz mientras él le daba una enorme y brillante sonrisa. 

YoonGi amaba esa soleada y alegre sonrisa. 

Cuanto más estaba Yoon estaba en torno a su joven amante, más se preocupaba por él.

Besado por la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora