1 de abril del 2021 (futuro)
—¿Por qué no lo has leído?
Cinco se detuvo lentamente, dejando los pocos suministros que había encontrado en una silla medianamente decente que encontró días atrás, girándose con cautela a contemplar a Dolores.
—¿A qué te refieres?—Inquirió confundido, abriendo la bolsa y sacando las botellas con agua y los alimentos enlatados.
—Ya sabes, ese nuevo libro que has traído la semana pasada, de todos es el único que no has leído—explicó, logrando que él detuviese sus movimientos, haciéndolo temblar.
—Vaya, que observadora eres—se burló con amargura, sonriendo de forma vacía mientras apretaba la botella de agua en su mano, algo molesto.
—Cinco...
—Lo estoy reservando para el final—interrumpió mientras dejaba la botella encima de una mesa desnivelada debido al suelo lleno de escombros.
—¿Por qué?
—Porque es especial—aceptó en un susurro.
—¿De verdad? ¿Sabes al menos de qué trata?
—Eso temo averiguar—aceptó con un suspiro, mirando sin realmente prestar mucha atención hacia el horizonte—. ¿Recuerdas qué no había encontrado a uno de mis hermanos?
—¿Ben?
—No, a juzgar por los restos de aquella estatua oscura dirigida a su honor supongo que ha muerto mucho antes de que toda ésta locura empezara—admitió con dolor, herido ante la idea de que en su ausencia uno de sus hermanos hubiera fallecido en alguna misión o incluso enfermedad, el solo pensamiento de ello se sentía irreal.
—Ah, es verdad, entonces... uh, ¿número siete?—Espetó dudosa, como si no la recordara, él sonrió torcidamente mientras se giraba a verla.
—Vanya—corrigió sin poder evitarlo, pues aunque Cinco se autodenominara como un número, no podía hacerlo con ella.
De entre todos sus hermanos, a los cuáles veía como monstruos (incluyéndose), Vanya fue a la única que vio como algo más que un mero objeto.
—Sí, ella, ¿la encontraste?—Sonó emocionada, y él contrario no comprendía aquello, ¿qué tenía de bueno llegar a encontrar a Vanya entre aquellas ruinas?
—No pero... ha escrito ese libro de ahí—contó mientras señalaba la pila de libros que había traído de la biblioteca hace unos días, con la idea de leerlos con más comodidad en su refugio improvisado.
—Ya veo, ¿y entonces?—Sonando confundida inquirió, Dolores no le daba tantas vueltas a las cosas como él, supone allí residía su encanto.
—Creo que tengo miedo de lo que me encontraré, incluso tiene una imagen de ella en la parte de atrás...—murmuró mientras presionaba sus puños—, una en dónde ella se encuentra grande y adulta—relató con algo de dificultad, le dolía admitir que ella había crecido sin él, le dolía la sola idea de tener que aceptar no haber podido estar a su lado para observar todos sus cambios físicos y rasgos imperceptibles.
Aún podía recordar haber encontrado aquella biblioteca aún de pie, con dos paredes intactas que se hacían espacio entre los escombros y se alzaban con impotencia sobre las ruinas con orgullo y fuerza, salvando algunos libros que Cinco creyó serían fundamentales para conocer más sobre aquél futuro incierto del cuál se había perdido.
—¿Te arrepientes de tus decisiones?
—No lo hacía hasta que vi su foto—confesó mientras caía en el suelo, revolviendo su grasoso cabello casi con fastidio y rabia.
Él debió haber estado allá... con ella, con sus hermanos, en el pasado y no aquí, estancado en aquél apocalipsis eterno.
—Oh, Cinco—Dolores pareció compadecerse, él negó, disgustado.
—Es una estupidez, debería concentrarme más en regresar a casa que en estar perdiendo el tiempo en sentimentalismos—bramó mientras miraba hacia los libros, concentrándose en el de tapa azul oscuro que pertenecía a Vanya, que fue escrito por ella, convirtiéndose en una autora, en una escritora, ¿quién lo hubiera pensado? Se convirtió en una artista al fin y al cabo, Cinco no pudo evitar sentirse orgulloso por ella.
No pudo evitar haber querido estar en ese preciso momento, a su lado quizás, acompañándola en su proceso y crecimiento... ¿Seguiría tocando el violín? ¿Habría mejorado? ¿Lo habría abandonado? Tenía tantas preguntas y curiosidad, pero debió reprimirse todo y guardarlo. No era el momento...
—No es una estupidez ni tampoco es perder el tiempo, el amor jamás lo es, además, podría servirte de incentivo para regresar, ¿no lo crees?—Persuasiva como era intentó convencerle, Cinco dudó levemente, pero no pudo encontrar algo con que refutarla.
—Supongo que sí—admitió en un suspiro derrotado, para luego levantarse y caminar hacia la pila de libros, mirando con un anhelo contenido la tapa dura con la imagen de una Vanya menor y su característico violín.
I know, i knooow. (/。\)
No es un capítulo de You killed me on the moon pero no quería dejarles sin nada, y hasta que edite y corrija algunos detalles del siguiente capítulo quería dejarles éste pequeño e innecesario OS de recompensa. (╥ω╥')
Lots of love. xx ٩(ٌ•◡-ٌ)۶
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The White Violin | The Umbrella Academy
De TodoCreemos saber quiénes somos, pero no es así, no hasta que algo malo llega a pasarnos y entonces todas las cosas inútiles desaparecen y quedamos con lo que somos en realidad...