CAPÍTULO 1

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Narra Anna.

Mis primeros días en la ciudad de la luz y del amor fueron totalmente contrarios a lo que ese antiguo y popular dicho podía calificar a París.

La primera semana que llegué estuve encerrada en casa de mi mamá sin salir siquiera a ver o explorar la ciudad. Recapacitaba todo lo que me había pasado y me culpaba a mi misma de no haber dejado que Joe me explicara al menos su parte. Había sido demasiado egoísta con él, pero ya era muy tarde para arrepentimientos.

Esos días fueron grises y fríos para mí.

La segunda semana fue un poco diferente. Decidí no seguir lamentándome por algo que no podía arreglar y consideré tomarme unos días lejos de todos mis pensamientos. Esa semana fui a la antigua casa de mis abuelos maternos en Borgoña, a unos cuantos kilómetros al Noreste de la ciudad. No me gustaba la idea de irme sola, asi que no me retracté cuando Louis se ofreció en acompañarme. Él se había preocupado mucho por mi desde que llegué, incluso nunca se separo de mi a pesar de mi insistencia a que me dejara sola. Me sentí mal por haberlo tratado de esa manera cuando él lo único que quería era ayudarme. Inclusive esos días junto a él, por primera vez en lo que restaba de días, pude sacar a Joe de mis pensamientos. Extrañaba al antiguo Louis de mi infancia y agradecía que estuviese ahí conmigo.

Luego de esas semanas todo cambió.

El siguiente mes empecé a trabajar como asistente de mi mamá en su tienda de modas. No era algo a lo que me quería dedicar por el resto de mis días, pero al menos me sentía cómoda con todos en el edificio. No sé si me trataban bien simplemente por el hecho de ser hija de Elizabeth, o porque en verdad todos eran amables. Ciertamente, era la segunda opción, todos eran así.

Tampoco tenía un trabajo difícil, sencillamente me encargaba de revisar las ordenes que enviaban o llegaban diariamente a la oficina y asegurarme de que todo estuviese correctamente. Ya me estaba empezando a encariñar con París y tenía en mente comprar mi primer apartamento; así fuese el mas pequeño, pero quería empezar a vivir sola.

Durante el segundo mes las cosas iban mejor cada día, tanto en mi entorno de trabajo como en el sentimental. Empecé a salir con Louis. No en si como una “pareja”, sino simplemente como grandes amigos. No me sentía aún lista para empezar una relación nuevamente. Él y yo pasábamos cada día que podíamos juntos, e íbamos a fiestas juntos. Me sentía bien junto a él.

Empecé además a llevarme mejor con mi madre. Ella intentaba también en recuperar todo aquel tiempo que no estuvimos juntas. De igual manera, llamaba a mi papá y hermano cada vez que podía. Los echaba mucho de menos. Ninguno de los dos tenían planes de visitarme aún, Matt estaba de lleno con la universidad, y mi papá sólo me daba tiempo y me repetía que tal vez esto era lo que necesitaba, refiriéndose a que debía estar en Paris después de todo.

Ninguno me volvió a mencionar a Joe otra vez.

Al tercer mes, mi vida tuvo un cambio drástico y repentino.

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