Look After You

CAPÍTULO 18

Narra Anna.

-¿Cómo que Joe no te ha respondido el mensaje aún? –Lia gritaba exaltada desde mi cama, mientras yo salía del baño. Había tenido una resaca horrible, a pesar que no bebí más el resto de la noche. Pero por poco esta mañana no vomito hasta la bilis. Sin embargo ya me sentía mejor.

Y sí, mi querido novio no me había respondido lo que le escribí sobre Gigi y ni siquiera le llegaban mis mensajes. No quería llegar a pensar lo peor pero ya me estaba empezando a doler la cabeza.

La resaca, Anna...

Me tumbé a su lado, escondiendo mi cabeza entre las almohadas.

-Nada –solté un suspiro.

-¿Ni siquiera las llamadas? –preguntó ella.

Gruñí como respuesta.

-Bueno puedo preguntarle a Nick a ver que sabe de él –me dijo, y ante esto levanté mi cabeza para ver a mi amiga. –Por qué me estás mirando así...

-Querida amiga, por qué no me cuentas más sobre tu amorío con Nick –me recompuse, sentándome esta vez. Lia soltó una risa.

-¿Mi amorío? –no dejaba de reírse. –¡Estás loca! Él y yo no tenemos nada.

-No te creo –la miré de manera burlona. –Haz estado muy risueña cada vez que hablas con él últimamente, y por lo que pasó la última vez en Nueva York... –Lia puso los ojos en blanco, ocultando esa sonrisa que te delata cada vez que hablas del chico que te gusta. Como no saberla.

-Sólo somos amigos –se defendió, centrando su atención ahora en su teléfono. Pero por supuesto yo no le creía.

Amigos que se besan, claro.

-A Nick tampoco le llegan los mensajes –dijo Lia.

No sé por qué eso me hizo sentir un apretujón en el estómago, pero quise ignorar esa sensación considerando que aún era de madrugada en Nueva York y quizás ambos estaban dormidos.

-Bueno, sólo nos queda esperar a que aparezcan –le dije, tratando de apartar la preocupación de mi mente. –Mejor vayamos a desayunar, me estoy muriendo de hambre.

Y era cierto. Mi estómago gruñía como si no hubiese comido en días...

Quizás esa era la sensación extraña que tuve: hambre.

Dicho esto, ambas nos paramos y nos dirigimos a la cocina. Si había algo que a las dos nos gustaba hacer juntas (además de ir de compras) era cocinar, y ver programas de cocina.

Nuestro placer culposo.

Estaba picando los tomates cuando el timbre sonó.

-Yo iré –dijo Lia, dejando a un lado la mezcla que estaba batiendo.

Asentí sin prestarle mucha atención a lo que pasaba a mi alrededor. Incluso no levanté la vista cuando la escuche hablar francés alteradamente y luego decir un "mierda".

-Uh... Creo que deberíamos de preparar desayuno para cuatro...

No fue hasta que ella dijo eso que la miré y fue cuando mis ojos vieron a mi... ¿novio?

¿Qué hacían ellos aquí?

-Qué... –empecé a decir pero mi garganta parecía estar seca. No lo podía creer.

-¡Sorpresa! –exclamó Nick mostrando una sonrisa mientras que Joe se acercaba a mí para abrazarme.

Dios mío.