CAPÍTULO 3

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Narra Anna.

Siete meses han pasado desde que llegue a Paris por primera vez y todo ha mejorado notablemente en mí. Habían pasado tantas cosas durante esos meses pero puedo asegurar que ninguna había sido mala. Adoraba mi trabajo. Ya no era mas asistente de mi mamá, sino que esta vez logré obtener un ascenso como directora en el área de revisión de bocetos y envíos. El trabajo seguía siendo sencillo pero gracias a este pude reunir lo suficiente como para comprar mi apartamento, con ayuda también del dinero de la sucesión que nos dejo mi padre.

Sí, por fin vivía sola.

Para mi era genial haber empezado a vivir sola en mi propio techo. Mi mamá había armado un drama al principio diciendo que era “demasiado joven para empezar a vivir sola” y todo lo demás; pero al final ella misma se dio cuenta que era lo suficiente madura e independiente para encargarme de mis propias necesidades, a pesar de mis recientes diecinueve años. Finalmente encontré el apartamento perfecto para mí, a pocas cuadras de la casa de mi madre.

Anteriormente había considerado la opción de asistir a la universidad, pero de momento no había una carrera en sí que llamara mi atención. Asi que descarté esa idea desde entonces.

Era jueves y me encontraba en la oficina. Era la semana de la moda en París y lo pedidos parecían estar a punto de colapsar en cualquier momento. No me habían advertido sobre cuan difícil eran estos días en el trabajo. Sobre todo por la cantidad de entrevistas que teníamos que atender diariamente con alguna diseñadoras que nos traían propuesta acerca de sus diseños.

-¿Un día duro, no? –me preguntó Lia al momento que entró a mi oficina mientras que yo terminaba de registrar un pedido en mi computador. Asentí y ella se sentó en una silla frente a mi escritorio.

Lia era mi asistente en mi área. Pero más que eso era una gran amiga para mi, sobre todo por la poca diferencia en nuestras edades. Ella era justo un año mayor. Fue increíble lo rápido que logramos ser unidas ella y yo. Lia era una de las pocas amigas que tenía acá, ella era de ese tipo de personas que te irradiaban confianza apenas las conoces.

-Me alegro que esta semana ya está por acabar –le dije mientras cerraba el computador para luego apoyar mi mentón en ambas manos, soltando un suspiro tras de esto. Lia me sonrió, dándome una mirada juguetona.

Aquí iba otra vez.

-O mejor querrás decir que estas alegre porque pronto verás a Louis –me insinuó sonriéndome todavía. Volteé mis ojos ante ella y momentáneamente una sonrisa apareció en mi rostro. –¿Cuándo vendrá? –me preguntó ella.

-Me dijo que mañana estaría aquí –le contesté. Lia soltó un chillido agudo.

-Tu crees que…

-No –la interrumpí de inmediato. –No creo que volvamos a tener algo, estamos bien como amigos por ahora –le dije. Ella negó con la cabeza, dejándome como un caso perdido.

Estuve saliendo con Louis por cuatro meses. Por fin nos decidimos a dar ese paso entre nosotros. Nuestras madres por supuesto estaban contentas por aquella noticia, era prácticamente algo que habían deseado desde siempre. Sin embargo nosotros no pensamos sobre eso, simplemente decidimos ser novios porque nos llevábamos bien el uno con el otro. Él me quería y yo, bueno, yo también lo quería. No de la misma manera que quería a Joe. Una vez que me decidí olvidar todo acerca de mi pasado no tan pasado, tuve el valor de intentarlo con Louis.

Todo fue bien durante los primeros dos meses, luego Louis empezó a viajar constantemente a Londres por cuestiones de sus estudios y algo relacionado a su trabajo. Pensamos que podíamos llevar esta relación a pesar de la distancia, aunque no fuese tanta. Él solía venia cada fin de semana a París y sólo dos veces tuve la oportunidad de ir a verlo en Londres. Por supuesto, eso no iba a durar por mucho. Poco a poco Louis fue viniendo menos, y entonces decidimos darnos un tiempo mientras que él terminaba la universidad. Por esa parte nuestra relación como grandes amigos nunca disminuyó ni nada por el estilo. Al final todos comprendieron. Sobre todo porque todos creían que él y yo éramos la “pareja perfecta”.

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