Narra Anna.
Apenas sonó el ruidoso teléfono de Lia, ambas nos levantamos de la cama al mismo tiempo. No puedo recordar con claridad, pero seguramente nos quedamos dormidas viendo su serie. Era algo normal entre nosotras, siempre sucedía cada vez que nos encontrábamos en casa de la otra.
Ella tomo su teléfono y salió de mi habitación, mientras que yo fui directamente al baño. A pesar de todo me había levantado de buen humor.
¿Tal vez porque hoy veras a Joe nuevamente? Estaba empezando a odiar esa voz de mis pensamientos. Se supone que ella debía estar en mi favor y no en mi contra tratando de torturarme.
Me mire en el espejo y me di unas suaves palmadas en mi rostro antes de lavarlo con agua. Debía dejar de hablar conmigo misma, me iba a volver loca.
¿Quién se supone que se habla a si mismo?
Probablemente todo el mundo.
Al salir del baño fui directamente a la cocina y me encontré a Lia haciendo una tortilla de huevos y tocino. Que original.
-¿Quién te ha llamado tan temprano? –le pregunté dándome cuenta que apenas eran las nueve de la mañana, aunque ya sabia la respuesta.
Por suerte y por ser el último día de la semana de la moda, hoy nos tocó el día libre a ambas en el trabajo. Seguramente todos estaban al borde del colapso por el desfile de esta noche, pero no nos iban a necesitar ahí de todas maneras.
-Charles pasará por mí a las dos, nuestro vuelo sale a las cuatro –me dijo ella mientras se sentaba frente de mí en mi triste mesa para dos personas, y colocó un plato de su genial desayuno delante de mi. El otro plato frente a ella.
-¿No se te ocurrió otra mejor cosa que hacer? –le pregunté a ella fingiendo que me quejaba de su exquisito plato. Lia soltó un bufido por lo bajo.
-Admite que lo amas –contestó orgullosa de el. –Además te harán falta mientras que no esté aquí por esta semana –dijo y le di la razón. A pesar de que sea el mismo desayuno tres o cuatro veces a la semana, no puedo dejar de admitir que le quedaban realmente bien.
Pasamos el resto del día en su apartamento mientras ella hacia su equipaje para el viaje y no dejaba de demostrar lo emocionada que estaba.
-Te prometo traerla completa en una semana –Charles me dijo mientras rodaba sus ojos y soltaba una risa, asegurándome que su novia estaría a salvo con él.
Me encantaba la pareja que hacían ellos dos. Ambos siendo rubios. Charles tenía ese aspecto de chico malo, pero apenas tenía un solo piercing en su labio inferior que hacia destacar ese aspecto en él. A pesar de todo era un chico caballeroso. Podrían parecer polos opuestos, pero quizás eso era lo que los hacia ver perfectos.
La primera vez que los vi me pregunté si Joe y yo nos llegamos a ver alguna vez así. Por supuesto ese pensamiento lo tuve cuando apenas estaba reciente a todo eso, por lo que ya no existe en mi mente.
Lia y Charles dejaron el apartamento y fui de vuelta al mío.
¿Qué se supone que debía hacer mientras esperaba a que fuesen las cinco? Faltaban al menos tres horas y ya estaba empezando a perder la calma.
Narra Joe.
-¿En verdad no quieres acompañarme? –me preguntó Blanda nuevamente mientras terminaba de arreglar su equipaje.
Me había estado convenciendo todo el día en acompañarla a Ámsterdam. Ella iba a durar el resto del fin de semana allá para continuar con sus exhibiciones. Y esto por supuesto era perfecto para mí, así no sentiría tanta culpa al verme con Anna esta tarde.
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Look After You
Romance¿Qué pasa cuando consigues todo lo que querías pero luego lo pierdes? Anna y Joe no se han vuelto a hablar desde aquella última vez en Nueva York. Ella tiene una vida diferente en París y él simplemente se ha dedicado a su carrera musical. Nuevos am...