XVI

1.5K 90 20
                                    

-No podés ser tan inmadura -Dijo al mirar como la sacaba de abajo de la cama.

-Perdoname, estaba enojada -Me justifique.

-¿Cuando alguien te haga enojar entonces vas a arrancar patentes? -Entro en mi habitación para agarrarla y se la di, me senté en mi cama.

-No sé, depende -Reí pero el no- Perdóname, no te voy a molestar más

Me miraba en silencio y yo trataba de esquivarle los ojos.

-¿Estas sola? -Asenti.

-Hasta las diez, me acaba de avisar mi mamá- Me miraba- ¿Te querés quedar a tomar algo?

-No... Creo que es mejor que me vaya

-Yo no creo que sea lo mejor pero bueno -Me levanté de mi cama y fui hasta el para acompañarlo a la puerta.

-No empieces -Dijo.

-No empiezo, digo la verdad, para mí no es bueno y la paso para el orto pero bueno...

-Mar ¿Por qué insistis tanto con seguir viéndonos?

Lo miré y suspiré. Tenía que ser sentimental y algo más, pero no era algo típico de mi.

-No sé -Respondi- Me siento bien con vos, estoy cómoda y no tengo que fingir ser educada como tengo que hace siempre. Sé que le encontrás una solución coherente a todo, no me preocupo por cosas que casi siempre tengo que hacerlo, no sé esas cosas que sumadas hacen una gran importancia para mi... -Me miraba con una ligera sonrisa- Eso es bastante pero me faltó decir que sos muy lindo y dulce...-Se mordió los labios sonriendo- Sos más lindo que Pavón, que Benedetto... Sos más lindo que cualquier otro jugador

Nos quedamos en silencio en el pasillo.

-¿Me das un beso? -Dijo y asenti.

Me acerque, me pare a puntitas de pie, y le di un beso.

-¿Podemos intentarlo otra vez? -Pregunte- Prometo no arruinarlo

Me miro y respiró, sonrió y fue suficiente.
Lo agarre de la campera y volvimos a entrar a mi habitación y cerré la puerta.
Tiro la patente en algún lado de la habitación y sus manos fueron a mi cintura.

-Por Dios Martina, me estás volviendo loco -Rió.

-Es la idea -Sonrei.

Me volvió a besar y me tiró en la cama sin despegar nuestros labios.

-¡Martina! -Se escuchó abajo y pegamos un salto de la cama.

-Es mi vieja -Suspire frustrada.

¿Mamá por qué me haces esto?

-¿Cómo salgo Martina? -Pregunto Iván.

-No sé -Respondi- A ver vení

Salimos de la pieza conmigo adelante y le hice seña para que me siga, bajamos las escaleras y no había nadie, al parecer mi mamá estaba en la cocina.

Le hice seña que baje rápido y abrí la puerta, por suerte no había nadie así que pudo salir no sin antes darme un beso.
Cerré la puerta y mi mamá apareció.

-¿Vos te pensas que soy tarada? -Dijo mi mamá detrás mío.

La miré.

-¿Por? -Dije nerviosa.

-¿Por qué faltaste a gimnasia hoy?

Respiré.

-Me dolían los ovarios, así que fui de Luli y vine a casa para que no se note que falté -Expliqué.

Efimero || Ivan Marcone Donde viven las historias. Descúbrelo ahora