XV

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-¿Marcone? -Pregunto Luli- ¿El jugador de Boca? -Asenti - Vos ya estás a otro nivel

-No creo, ayer me dijo que ya no me quería ver más -Dije frustrada y despeine mi pelo.

-Bueno basta -Dijo- No creo que sea tan así ¿Por qué no vas a hablar con el?

-¿Por qué tiene novia? Capaz

-Por lo que me dijiste la flaca no es la novia... Todavía -Dijo.

-Bueno basta Luli, no creo que funcione hablar con el

-Yo digo que si, pero si no lo haces nunca vas a saber... -Se levantó y volvió a su lugar ya que entró la profesora.

A la salida del colegio lo medite mejor, y por ahí si era bueno ir a hablar con el.
Me tomé el bondi y llegue al barrio cheto, me reía cada vez que pensaba eso. Caminé hasta llegar a su departamento en Nuevo Quilmes y llegue.

Toque el portero pero justo lo ví llegar en un auto que no era de el.

-¿Que haces acá, Mar? -Pregunto.

-Queria hablar con vos... ¿Cambiaste el auto?

-Es de Juli -Dijo y asentí- ¿Que querés hablar?

-Hablar Iván, no está bueno dejar todo así...

Lo medito unos segundos y accedió.

-Toma subí -Me dió las llaves- Y espérame, voy a guardar el auto

-Bueno

Agarre las llaves, no sin antes memorizar bien el modelo del auto. Tenía planeado algo. Subí y fui al departamento que para mí suerte estaba vacío, al rato apareció Iván.

-Te escucho... -Dijo al sentarse enfrente mío en la cocina.

-No me parece buena idea que terminemos así -Dije.

-A vos no pero a mí sí -Contesto.

-¿Vos de en serio querés esto? -Pregunté.

-No, pero es lo que necesitas para entender las cosas Martina

-¿Entender que?

-Que tenés que dejar de ser tan caprichosa, chiquilina e impulsiva, aprender a entender que no todo es como vos quieras

-¿Seguís enojado por lo de Matías?

-Mentirosa también tenés que dejar de ser -Agregó.

-¿Mentirosa? Yo no te mentí

-Me dijiste que no estabas de novia -Jugaba con la llave.

-¡No lo estoy! -Dije elevando la voz.

-No me grites

-No te estoy gritando, me revienta que estés suponiendo cosas

-Martina lo llevaste a un almuerzo familiar, es obvio que estabas presentándolo y tú viejo lo aceptó, basta de mentirme

-Esta bien, tenés razón -Dije y me miro- Estuvo mal lo que hice y fue muy impulsivo, pero me dió bronca verte con ella el otro día y no quería que me hagas sufrir así. Cuando alguien me hace algo que me dolió me hace tener ganas de hacerle algo mil veces peor y que la pasé peor que yo

-Lo lograste Martina, fue suficiente para que me diera cuenta que no eras como yo pensaba

Estaba cansada de que esté tan negado, pero era justo lo que hacía. Era justo para el y me pareció bien, aunque me duela.

-Bueno... Perdóname por no ser lo que esperabas, la gente suele decírmelo seguido igual -Se me quebraba la voz por ganas de llorar, pero no iba a dejar que me viera.

-Te llevo...-Se levantó.

-No, gracias. Puedo irme sola

Me levanté y me siguió hasta la puerta, pero iba más rápido yo así que abrí y cerré. No le di tiempo ni a despedirse de mi.

En el pasillo me quebré, porque tenía razón en todo lo que decía: Soy impulsiva, soy vengativa, soy mentirosa, soy inmadura, soy chica, soy caprichosa. Rompo todo en un minuto pero al minuto siguiente quiero que todo esté como antes y no es así, no puedo arreglar lo roto en segundos.
Baje por el ascensor y me limpie las lágrimas en el espejo y algo mejore, pero así como dije soy bastante vengativa y retome mi idea del principio.

Una vez que el ascensor llega al Hall del lugar, yo voy por la puerta que va al estacionamiento, pispeo que no haya nadie y por suerte está vacío pero de seguro hay cámaras que al verlas logro localizar como puedo pasar sin que me tomen.

Pegada a la pared trato de buscar el auto que tuve que memorizar hace un rato atrás, caminé bien pegadita a la pared de las cámaras para que no me capten y lo encontré.
Sonreí.
Y al no poder hacer mucho ya que había cámaras entonces se me ocurrió algo que iba a ser accesible a mi.

Arranque la patente.

Estaba para mí suerte enfrente mío de modo que no me podían ver las cámaras.
Me costó un poquito sacarla pero pude con bastante fuerza, una vez en mis manos la metí en mi mochila y salí del lugar de la misma manera en la que entre, pegada a la pared esquivando las camaras, que de todas formas eran dos y una en cada punta había y cuando veo bien tampoco había del lado de enfrente.
Una suerte tuve, pero en fin, salí del lugar y fui hasta la parada del colectivo.

Estaba triste pero sonriente porque tenía una patente y ahora está forra iba a circular sin patente o no iba a poder circular, igual Iván de seguro iba a saber que fui yo así que también podía ser una excusa para venir a hablarme
Pero no dejaba de pensar que soy una chiquilina y tenía razón, pero bueno, a esta altura ya no me importa lo que piense el de mi así que me daba exactamente igual.

Llegué a mi casa y la patente la guarde abajo de mi cama, nadie la iba a poder encontrar ahí.

Me saque el uniforme y me acosté a dormir la siesta, no había nadie porque mis viejos fueron a ver a mis abuelos y mi hermano estaba entrenando y después iba al colegio.
La casa era mía por muchas horas porque recién eran las cinco y de seguro vendrían todos para las nueve aunque Fede llegaba tipo 23:00 hs.

Me duermo un rato pero a las siete y media me despierto por el timbre de mi casa.

Bajo en pijama, ya ni me importa mi fecha porque estaba algo triste.
Abro la puerta y veo a Iván.

-Hola... -Dije- ¿Me extrañas?

-Deja de hacer chistes Martina, dame la patente del auto -Ordeno.

°°°
Martina me representa a mi xq yo hice lo mismo basta

Espero les guste
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Besos
💚Abril💚

Efimero || Ivan Marcone Donde viven las historias. Descúbrelo ahora