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Quería correr, pero mi cuerpo se negaba, lentamente me acerque, cuando estaba lo suficientemente cerca mi cuerpo comenzó a flaquear, podía escucharlo llorar, mi corazón se partió en pequeños pedazitos, me acerque a Daryl logrando llamar su atención, lo abrace y el me abrazo mucho mas fuerte, estuvimos un tiempo así, hasta que comenzó a meterse el sol, ambos sabíamos que debíamos partir, él me siguió y cuando estuvimos frente del auto comenzó a caminar hacia el lado del conductor, así que rápidamente corrí y subí de ese lado.

-No, tu dormirás.

Él no dijo nada y subió atrás, me dolía verlo así, pero en este mundo es inevitable ver morir a los que queremos, conduje de regreso a la prisión, y ya estando ahí nos dimos cuenta de que algo andaba muy mal, media cerca estaba destruida, y había demasiados caminantes, cuando logramos ingresar nos dimos cuenta de la gravedad de lo que había sucedido mientras no estábamos, así como también nos dimos cuenta de que había un nuevo integrante en el grupo, esa noche fue dura, casi nadie durmió porque estábamos atentos por si regresaban a un contra ataque.
Habían pasado días desde que no sabíamos nada de el gobernador.

-creen que siga vivo?- pregunte a Fer e Isa-

-si la está, no creo que
Sea tan estupido como para querer regresar y enfrentarnos- contesto Fer al mismo tiempo que se levantaba y se iba-.

-y como vas con Fer?- pregunte a Isa para no estar en silencio-

-bien... crees que es momento para hablar de todo lo qué pasó aquel día?

-solo olvidémoslo.

-segura?

-si.

- te quiero-dijo abrazándome-

-yo igual.

Era noche y cada quien fue a dormir, excepto yo, que tenía las primeras dos guardias, últimamente me gustaba estar sola, y el único momento que tenía era en la noche mientras hacía guardia, mi primera guardia había acabado así que rápidamente baje por un poco de agua y regresé, todo era tranquilo incluso parecía que nada en este mundo se había ido al carajo. Me encontraba esperando mi relevo para la guardia, pero no llegaba nadie, así que decidí sentarme en la parte de afuera de la torre a esperar, la noche era fresca, pero se sentía bien estar ahí, pasaron unos minutos cuando sentí que la puerta se abría, cuando me disponía a pararme alguien se sentó junto a mi, di un pequeño vistazo y vi a Daryl sentado junto a mí.

-lamentó llegar tarde- dijo con su voz un poco más rasposa de lo normal-.

-no pasa nada.

-quieres quedarte un rato?

Simplemente asentí, ninguno dijo nada más, solo mirábamos el bosque que era iluminado por la luz de la luna.

-hace unos días fui de expedición... y encontré esto- dijo mostrándome una pulsera idéntica a la que traía puesta-.

-Era de Derek...-dije analizándola- crees que siga vivo?

-no se, pero regrese a buscarlo y no encontré rastro de él...

No dije nada más, pero el hecho de pensar que Derek podía andar cerca hizo que un escalofrío recorriera mi cuerpo, y al parecer Daryl se percató así que me abrazo, me hizo sentir reconfortada y protegida, poco a poco me fue dando sueño. Desperté dentro de la Torre tapada por una cobija, di un vistazo hacia afuera y ya estaba a punto de amanecer, Daryl solo miraba el horizonte, cuando escuchamos gritos, rápidamente bajamos y nos dirigimos al pabellón D, era un caos, gente gritando, caminantes, intenté ayudar, pero un caminante me tomo por sorpresa tirándome, no podía sacarlo de encima mío y ya me estaba cansando cuando sentí sangre caer en mi  y como me quitaban el cuerpo de encima, rápidamente retire la sangre de mi cara y me paré dándole las gracias a Rick, cuando acabamos de matar a todos los caminantes, comenzamos a examinar y preguntarnos qué era lo que había pasado. Habían pasado dos días desde el incidente del pabellón D, y muchos de los que estaban ahí se habían enfermado, incluso yo me sentía cada día más mal; Rick había solicitado una reunión con el consejo para platicar sobre lo que estaba pasando, cuando llegue al lugar de las reuniones vi que solo me esperaban a mi, así que cuando me senté Rick empezó a hablar.

-muchas de las personas que estuvieron en el pabellón D esa noche, se están enfermando.

-podría ser un virus!-comentó Hersel-

-como el que tuvieron los cerdos?-pregunto Rick-.

-si.

-y que haremos?-dije un poco preocupada-.

-debemos buscar antibióticos, y los que estuvieron expuestos al virus entrarán en cuarentena.

-iré por los antibióticos-dijo Daryl-

-También yo-contesto Michone-

-de acuerdo, pero lleven a alguien más-respondió Rick-

-yo iré- dije pero al terminar mi oración un ataque de tos me invadió-

-no irás!-dijo Daryl con un semblante frío-.

Dicho eso fui al lugar de cuarentena, ahí estaba Gleen y se que al menos no será aburrido, quería despedirme de Daryl antes de que se fuera, así que me acerque a la puerta con la esperanza de que él pasara, y así lo hizo.

-no te preocupes, traeré los medicamentos y estarás bien, lo prometo-dijo mirándome fijamente-.

-cuídate!-dije mirándolo- te quiero!

-y yo a ti...

Él se fue sin decir nada más, una lágrima se deslizó por mi mejilla, algo en mí me decía que esto no estaba bien y que no terminaría bien, camine hasta donde estaba Hersel y me senté junto a él.

-crees que esto mejore?

-si, lo hará y todos se pondrán mejor!

-valla mundo-conteste dando un gran suspiro-.

-Daryl y los demás volverán con los antibióticos antes de lo que pensemos, no ay que preocuparnos.

El resto de la tarde fue lenta, converse un rato con Gleen y el resto lo pasé de guardia, cuando la luz del sol se fue me dispuse a dormir. Al día siguiente me levanté con más ánimos cuando escuché un grito, rápidamente corrí y vi a un caminante, rápidamente le enterré mi cuchillo en la cabeza, varios de los que estábamos ahí se asomaron por el alboroto así que fui por una sábana y cubrí el cuerpo. Me dispuse a dar un recorrido por el lugar y asegurarme de que todos estuvieran bien, y cuando estaba por llegar a la celda de Gleen un escalofrío recorrió mi cuerpo, entre sin decir nada y miré a Gleen dormido, me acerque un poco para comprobar que solo dormía y así era, pero también noté que ardía en fiebre, así que fui a buscar a Hersel.

-Hersel, Gleen está hirviendo en fiebre.

Él se paró y caminamos hasta la celda de Gleen, cuando llegó se puso a examinarlo y me mandó por un balde con agua y una toalla para bajarle la fiebre. La tarde transcurrió lenta, yo estaba al pendiente de Gleen, de vez en cuando él me decía cosas sin sentido y yo solo trataba de trasmitirle que estaría mejor.

-_____, creo que deberías dormir un poco- dijo Hersel- yo cuidaré de Gleen.

-no, estoy bien, además no quiero dejar solo a mi mejor amigo.

-anda a descansar, necesito que al menos alguien esté bien para ayudarme a cuidar a los demás.

Simplemente asentí, camine a mi celda y la cerré, me recosté e intenté dormir.

Perdona si te digo ADIOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora