Capítulo 4

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Al llegar al lugar, Frehya vio donde estaba su amigo Cordy. Se había atorado en una roca.

Frehya corrió para ayudarlo, intentó mover la roca, pero estaba muy pesada para ella, de lo muy desesperada qué estaba, no sé le ocurría nada de como sacarlo de ahí. Hasta que por fin se le ocurrió algo. Tomó un trozo, de la rama de un árbol y con ese se apoyó para poder mover la roca.

Pero aun así le seguía faltando más fuerza. Bly al ver tal situación, sale volando en busca de más ayuda. No tardó mucho en volver a el lugar donde estaba Frehya.

Bly regresó acompañado de, ardillas, conejos y unos cuantos pájaros, ellos podían ayudar en algo. Todos los animalitos, trataron de ayudar a Frehya, unos empujaron la roca y otros la ayudaron con el trozo de madera. Intentaron varias veces, hasta que por fin lo lograron.
Cordy en cuanto vio que ya estaba libre, se deslizó muy rápido, para poder estirarse y agradecer a todos por ayudarle a salir de esa situación.

Frehya al ver que su amigo ya estaba a salvo, sintió una paz y su estomago ya se había relajado. Buscó la sombra más cercana, para reposar un poco, le dolían demasiado sus piernas. En cuanto se sentó, el aire tibio pegaba en su rostro, cuando menos pensó ya estaba cabeceando y cerrando los ojos poco a poco.


~Todo lucia tan diferente no, parecía ser el hogar de Frehya, había mucho ruido proveniente de la orilla de la isla. La bahía estaba llena de estructuras raras y unas sombras muy extrañas caminando de un lado a otro.
De la nada ya no estaba frente a la bahía, estaba  frente a un lago, pero estaba completamente oscuro únicamente podía sentir con sus pies lo que tocaba y escuchaba como el agua chocaba con sus tobillos. 
Es cuando escucha un fuerte grito: 


¡¡¡NOOOO!!!!

Ya no estaba oscuro, el agua comenzó a tornarse de color rojo, era sangre que corría por el río.~



Un escalofrío despertó a Frehya.

—Ah ¿Qué ha pasado?


Estaba en el bosque, se había quedado dormida. Su pierna herida estaba cubierta con una hoja curativa.

—¿Esto como llego?—Quita la hoja de su rodilla—.

Sus amigos fueron, los que la habían ayudado con sus piernas, cuando ella recién se había quedado dormida. Ya casi había sanado la herida, solo estaba un poco colorada. Le agradeció a su amiguito el pájaro por ayudarle. Era el único que se quedó para cuidar a Frehya. Fue entonces cuando le llegó un presentimiento .

Vio la posición del sol, lo que le hizo suponer y pensar que ya estaba mucho tiempo lejos de casa. Su temor creció demasiado por lo que decidió regresar al campamento. Caminó a paso veloz, temía volver a caerse, durante su camino pensaba en lo que diría si la estuviesen buscando. Apenas llegó y uno de los guardias ya la había visto, vio que venía agotada y supuso que algo le había pasado.


—Princesa ¿Se encuentra bien?


—S..si estoy bien solo me lastimé un poco, pero estoy bien.


—Mando hablar a...—Frehya interrumpe—.


Corazón AventureroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora