2. Señorito gruñón y Charles

57 3 0
                                    

- Nos conocimos hace 3 años. - Digo sin mirarlos a la cara. - ¿De verdad es necesario retroceder tanto?

-Es un proceso establecido y necesario que nos puede servir para analizar el caso. - Dice el chico más delgado, el mismo que hace de "poli bueno". Se muestra comprensivo cuando respondo de malas maneras. Osea, siempre. Cállate. Siempre intenta calmarme cuando empiezo a llorar agotada de responder durante más de una hora todo lo que pasó aquel día.

-Abigail, ¿alguna vez te había hablado de su vida en Italia?

- Somos novios, hemos hablado de todo todos estos años. -Respondo mirando al segundo policía, es algo más fuerte que el otro. Se llama Michael y debe tener unos 45 años. Siempre parece estar harto de mi, pone malas caras siempre que respondo. Sospecha de mi, de mi familia y los antecedentes de esta. Resopla.

- Abigail deja ese tono irónico. En esta vida hay cosas que las parejas no se cuentan, cosas privadas, oscuras, y más cuando vienes de otro país. Es imposible contar todo a una persona con la que solo has estado dos años. Y menos siendo unos críos. - Me dice el señorito gruñón mientras se mueve por la sala.

Lo miro mal. Muy mal. ¿Qué va a saber él sobre que hemos hablado nosotros a largo de estos tres años que nos conocemos? Seguro que está divorciado y es un putero. Por una vez coincido con mi voz interior, seguro.

- Ya no quiero hablar más, tengo hambre y estoy cansada. Me quiero ir a casa.

- Abigail siempre haces lo mismo. ¡Tienes que CO-LA-BO-RAR! - Señorito gruñón me grita siempre que me niego a responder. Me encanta ver como se enfada y pierde los papeles cada día. Eres mala. ¿Puedes callarte ya?

-Está bien, nada más por hoy. Disfruta del fin de semana. Nos vemos el lunes a las 16:00. -Charles, el "poli bueno" me sonríe amablemente cuando salgo de la sala.

De todo esto solo tengo clara una cosa. Me niego, rotundamente, a hablar de sus secretos. Para eso son suyos. Abby, deja de ser tan negada para todo. Tienes que CO-LA-BO-RAR. Pero bueno, que graciosa estás hoy.

COMPLETOS DESCONOCIDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora