3. Mujeres con mala fama

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Frío. Todo muy frío, muy silencioso,muy diferente y muy desconcertante. Así es como recuerdo el invierno de 2010. Un recuerdo muy diferente de cómo recuerdo los inviernos anteriores, y es que los inviernos en Stonehood,el pueblo en el que vivo desde que era pequeña, para estas fechas está lleno de luces, música navideña y gente de todas las edades reuniéndose para charlar durante horas, incluida yo. Para mi, la Navidad siempre ha sido uno de los mejores momentos del año,básicamente porque era el único momento en que mis padres y yo estábamos en casa juntos más de dos semanas, hasta que llegó ese maldito invierno y se convirtió en uno de los momentos más odiosos de mi vida.

No me puedo quejar de la mayor parte de mi infancia, al menos hasta que tuve diez años; mis padres me habían criado en Stonehood con mucho cariño, muchos abrazos, buenos momentos y mucha diversión. Hasta que se lo cargó todo. Egoísta. Sí, egoísta, pero fue todo muy bonito mientras duróInocente. Calla.

Mis padres se conocieron en Stonehood cuando eran jóvenes. Mi abuelo paterno era un leñador que poco a poco fue aumentando el negocio, abriendo pequeñas tiendas en los pueblos cercanos. Vivía en Riverham, un pueblo muy cerca de Stonehood, donde instaló la que sería la última tienda de su"imperio". Mi padre, el menor de seis hermanos, empezó a trabajar con tan solo quince años en la tienda del pueblo, por lo que cada mañana se recorría los 5km de diferencia para trabajar. HABLA YA DE CUANDO SE CONOCIERON, esta parte es muy aburrida.¿Puedes dejar de venir cuando menos te necesito Gracias.Lógicamente, al venir cada día durante al menos cuatro años seguidos, mi padre parecía uno más del pueblo; conocía a la gran mayoría y es que todos acudían a la única tienda que les ofrecía madera para el frío invierno. Cuando acababa de trabajar a las cuatro de la tarde, mi padre quedaba con los chicos de su edad y se pasaban horas, según él, comiendo pipas y jugando a un cricket "versión pobre", y es que apenas tenían un bate en condiciones. Pero también se hablaba con las chicas. Lógico. Vale ya. Y así es como conoció a mi madre.

Mi madre siempre había vivido en Stonehood, en la casa que hicieron sus abuelos maternos cuando eran jóvenes. Sus padres, ambos del pueblo,se conocieron cuando eran pequeños, crecieron juntos, se enamoraron y se casaron con 18 años y se fueron lo más lejos que pudieron, es decir, a la ciudad, a una hora de aquí. Y desde entonces las mujeres de la familia tenemos mala fama. Ya te digo. Mi abuela volvió después de cuatro o cinco años, embarazada y viuda. La persona que tenía dentro de ella era mi futura madre, una chica que ya desde pequeña fue considerada por el pueblo, sobretodo por la gente mayor, es decir, las que meten más mierda, como una niña maldita fruto de un matrimonio de dos jóvenes locos de amor que se fugaron del pueblo a la "gran ciudad". Osea,una vergüenza total para los pueblerinos, ¿quién osa marchar de este maravilloso, grande, bonito y alegre pueblo, quién?Irónica hasta la muerte. Mi madre nunca ha hablado mucho de su infancia y sus primeros años de juventud, supongo que la falta de padre, la mala fama creada por mujeres sin nada más que hacer, y los rumores que corrían tanto de mis abuelos como suyos, no fueron los factores más bonitos para describir una infancia.

Algunos rumores resultaron ser reales. Toda la razón,mi madre es drogadicta y padece de locura transitoria. El colmo de los colmos.

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