Después de un par de semanas de incomodidad. James y Peter decidieron que lo mejor sería dejar a sus amigos a solas, para que, así, hablasen de lo que fuese que hubiera pasado en aquel baño. Como ninguno de los dos iba a acceder a quedar, prepararon una cita trampa. James le sugirió a Sirius practicar quidditch cerca de la cabaña de Hagrid, el nuevo guardabosques. Por su parte, Peter le pidió a Remus que le ayudase con un trabajo de herbología, justo en el mismo lugar. Así, el sábado por la tarde, Remus y Sirius se dirigían sin saberlo al mismo punto. El pelinegro llevaba su uniforme de golpeador porque, para él, toda práctica es una buena escusa para ponérselo. En cuanto a Lupin, él simplemente llevaba su desgastado uniforme, a excepción de la túnica, que le solía resultar muy incómoda. Al verse, los dos muchachos no articulan palabra. Ambos entienden lo que está ocurriendo, pero ninguno hace nada por evitar al otro. El moreno se sienta en un viejo y algo roto banco y el otro, le imita. Pasan unos escasos minutos de silencio, que parecen horas y entonces Remus habla.- ¿Quidditch?
-Sí, ¿tú?.
-Herbología.
Vuelven a sumirse en un breve silencio. Sirius se reincorpora y se acerca más a su amigo.
-Fue James quien te dijo que vinieses, ¿no?-pregunta el castaño de nuevo, Sirius solo se encoge de hombros.
-Me preguntó si quería practicar, ahora que lo pienso, es un poco raro hacerlo aquí.
-Pues como estudiar herbología.
-Sí.
-No sé por qué os gusta tanto el Quidditch, es un poco aburrido-le contesta sonriente y Sirius muestra una mueca de dolor caricaturesca.
-Me hieres Remus, me hieres ¿cómo no puedes apreciar la elegancia del mejor deporte que existe? -Remus torna los ojos.
-Sabes que no se me da bien montar en escoba, me caía en todas las clases.
- Pero cuando no te caías no lo hacías mal, una vez, en primero, me adelantaste en una carrera.Remus niega con la cabeza.
-No te adelanté, iba el último y le hiciste un hechizo acelerador raro a mi escoba, perdí el control y me caí.
- ¡Pero quedaste primero! Todo el mundo hablaba de ello.
- Canuto, todo el mundo hablaba de que me había caído.
Ambos chicos ríen. Al fin, Sirius decide cambiar de tema para hablar de lo que le había angustiado durante esas largas semanas. La pequeña discusión en el baño.
-No se porque dije esa tontería, fue una estupidez y falta de respeto.
-Bueno, la verdad, no lo decías a malas.
-Soy un idiota. -exclaman al unísono.
Al darse cuenta de lo que acaban de hacer sonríen.
-Perdón por llamarte chucho... Vaya...puedo llegar a ser muy idiota.-Dice rascando su nuca, haciendo que su amigo suspire.
-Perdonado, si lo piensas...no es tan malo. Si lo dices muchas veces hasta suena bien. Además, estabas enfadado. Yo también me pasé un poco, perdón por todo, igualmente ya casi se me había olvidado.
-En realidad esa cicatriz te queda muy bien, en serio, te hace parecer un tipo duro. -Le intenta animar con una sonrisa tierna.
Remus mira hacia abajo y Sirius de da cuenta de que ha metido la pata.
-He estado hablando con la señora Pomfrey otra vez, dice que es permanente. No sé porque me hice ilusiones, todas lo son, estuve buscando en la biblioteca y todo era más de lo mismo "Toda herida provocada por una maldición es, hasta el momento, incurable", parece que a nadie le importa investigar un poco sobre el tema, seguro que si se estudiase a fondo se encontraría una cura.