El final.

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-¿Interrumpo algo? -Remus y Snape le lanzaron una mirada asesina al mismo tiempo.

-Sí, ¿no tienes cosas que hacer?

-Bueno, tenía algunos planes, pero me los has fastidiado un poco -Remus negó con la cabeza.

-Sev, ¿seguimos? -Sirius apretó los puños.

-¿Sev?Que bonito, teneis apodos de pareja-Remus se levantó.

-Mira Black, lo que yo haga con Severus no es de tu incumbencia y...

El pelinegro le interrumpió y habló en tono burlón.

-Bueno, bueno, ¿y qué haces con él qué es tan secreto? -el licántropo se puso rojo de ira.

-¿¡CÓMO QUÉ QUE HAGO!? LO SABES PERFECTAMENTE, ESTOY HARTO DE TI, LE HAS DICHO A TODO EL MUNDO QUE SOMOS GAYS SOLO PORQUE TE HA DADO LA GANA, TE ABURRES MUCHO ¿NO? ADEMÁS, ERES UN EGOISTA, EGOCENTRICO, SUPERFICIAL QUE SOLO PIENSA EN TI MISMO, NO EN SUS AMIGOS Y TODO TIENE QUE SALIR COMO QUIERAS PORQUE...

Las palabras de Remus fueron apagadas por los labios del otro chico que, sin saber porqué le besaba con dulzura tomando su cara con ambas manos.

El moreno se quedó estático al pricipio, con los ojos muy abiertos, pero, después, fue cediendo poco a poco. Así, rodeó con sus brazos la cintura del otro.

Sirius también procedió a moverse colocando una mano en la espalda de Remus apretandolo contra él con fuerza en un intento desesperado por acabar con el espacio que los separaba, mientras, con su otra mano libre alcanzaba a situarla en la nuca de su compañero, mordiendo su labio inferior, haciendo que remus desviada los ojos hacia los suyos. Soltó un pequeño gruñidos de incomprensión, todo era perfecto en el ambiente, la cercanía sus cuerpos rozandose... todo menos un pequeño minúsculo insignificante detalle hecho de aceite.

-OH...or favor es.. es ¡¿ENSERIO?! Es decir ¡estoy aquí!

-Por Merlín...cállate Snape -y tanto que se calló, era la primera vez q ese desgraciado de pelo ondulado se dirigía a él por su nombre.

Negando con la cabeza, recogió el libro y todos los chismes de química y ,a trompicones, salió del aula, intentado no mirar a los otros dos chicos.

Al oir la puerta cerrarse, Sirius sonrió. Estaban tan cerca.

En el techo, brillaban las estrellas y la luna, pero era una luna menguante, una luna que no podía hacer daño a su Remus, lo agradecía tanto en esos momentos...

Remus se separó, cuando le faltó oxígeno, posando su mano en la del otro y rompiendo el beso. Sus labios estaban levemente enrojecidos.

-Esto...no deberíamos aquí... -sirius miro a Remus. El joven licántropo estaba avergonzado y ruborizado a tal escala que hasta sus orejas estaban rojas.

-¿Cuál es el problema?

-Pues, entre los muchos inconvenientes, está el de que venga alguien y nos vea.

-¿Y eso qué?

Al ver que Remus tenía la cabeza fijada en el suelo y así no iba a conseguir nada por su parte, decidió separarse de él e ir a buscar una silla para ponerla en la puerta a modo de arranque para que nadie pudiera entrar.

Después de esto, se giró y lanzó una mirada lasciva a remus acercándose de nuevo a él.

-Ya podemos continuar -Sirius siguió avanzando a la vez que el otro retrocedía y chocaba contra una de las pocas mesas que había en el aula. Le cogió de la mandíbula y con gentileza depositó un beso en sus labios para después bajar a su cuello y empezar a morderlo y succionarlo mientras susurraba cosas incomprensibles para el castaño.

Con la respiración entrecortada Remus se dirigió hacia él.

-¿Qué dices?-sirius recorrió con su pulgar su cuello apartando un poco su pelo y acercándose a su oido le solto.

-Decía que no podía imaginarte haciendo esto con el Quejicus de las narices.

-Idiota... -Remus rio, un escalofrío le recorrió el cuerpo.

Miles de pensamientos le rondaban la cabeza, no entendía como habían acabado así, pero, ambos parecían saber que estaban haciendo lo correcto. Se miraron a los ojos, los de Sirius, eran niebla, los de Remus primavera.

El cuerpo de Remus era fragil y pálido, el animago sentía que debía tratarlo con cuidado o, de lo contrario, se rompería, oía su respiracion agitada.

- ¿Te han dicho alguna vez lo bonito que eres? -dijo enderezado se un poco. Su voz era un grave susurro.

-Bueno...Mi madre me lo dice mucho- había sonado como un completo idiota, se ruborizó al darse cuenta de lo que acababa de decir. No era su culpa, estaba nervioso. El comentario hizo reir al otro.

Las manos del moreno siguieron deslizándose por el cuerpo de su "amigo", este estaba temblando al borde de las lágrimas, quizás lo estaba presionando demasiado asi que se separó de el y lo miro con comprensión a lo que el otro le miro atónito.

-Propongo ir a por James y Peter e ir a meternos con Quejicus o quizá a chinchar a McGonagall un rato- Remus le dio una mirada dulce.

-¡Vale!

Sirius desatoro la puerta y pudieron salir en busca de sus amigos, aunque ya no era lo mismo, no salían de la misma forma que lo hubieran hecho hace unas semanas, lo hacían juntos con sus manos rozandose y un par de dedos entrelazados, cada cual con la vista en un rincón del profundo pasillo en el cual podían disfrutar de la tranquilidad dd estar juntos sin que nadie les molestará pues ahora q Snape sabía de lo suyo nadie le impedía contarlo aunque no contaban demasiado con que lo hiciera y si lo hacía tampoco sería muy importante ya que si estoy duraba al final todos se terminarían enterando ya que Hogwarts era como uno de estos pueblillos en los que si una rata estornudaba todo el mundo le daba pañuelos al dia siguiente.

-Canuto, ¿Qué pasará si alguien nos ve? o peor,¿James o Peter se dan cuenta?

Sirius le miro mientras frenará su paso justo al final del largo pasillos depositando en suave beso en sus labios para proceder a decir.

-No te preocupes yo me encargaré de que nos vean.

...

¡Dos capítulos por el precio de uno!

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