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Valentina veía a Juliana dormir en la cama de Luis, no había soltado su mano y se le hacía tierno que quisiera sentirse acompañada por ella, que le haya permitido entrar de ese modo a su vida. Quizá Juliana no se sentía viva pero Valentina tenía suficiente vida para ambas, estaba dispuesta a compartirla con ella.

Sin soltar su mano pasó su vista por el lugar. Era una habitación pequeña pero no tanto, los juguetes tenían polvo en ellos, el armario estaba entreabierto y si se fijaba bien podía notar pequeños fragmentos de cristales rotos por el suelo. Era un lugar un poco oscuro a pesar de que la luz del sol atravesara las cortinas, lo hacía levemente. Si era obvio que un niño había estado allí ¿Pero desde cuándo? Lo único que parecía manipulado era la cama de Luis, donde Juliana lloraba antes de quedarse dormida, lo demás parecía que no había sido movido o limpiado desde, probablemente, la muerte del niño.

– ¿No vas a ir a trabajar, Valentina? – le preguntó Juliana mientras abría lentamente sus ojos.

– Me necesitan aquí – respondió suavemente sonriendo un poco, escuchando la suave voz de Juliana al despertar.

– ¿Qué hora es? – preguntó.

– No lo sé, pero no debe ser muy tarde – respondió encogiéndose de hombros – ¿Quieres que te prepare algo de comer? –

– No es necesario – susurró viéndola, se había quedado con ella, no soltó su mano – ¿Te molesta si sostienes mi mano un poco más? – Valentina le sonrió con suma ternura – eres cálida –

– No me molesta – respondió sinceramente – ¿Dormiste bien? – Juliana negó con su cabeza.

– Valentina... ¿Puedo preguntarte cómo lograste superar lo de tu ex novio? – preguntó de repente. Valentina suspiró sin dejar de sonreír – si no quieres no hay pro...–

– No llegó – respondió puntualmente – yo tenía el vestido, el ramo, toda la iglesia estaba llena de invitados. Luis nunca llegó, despareció. Supongo que se arrepintió –

– ¿Y qué hiciste después? – Preguntó mientras llevaba su otra mano a la mano que sostenía de Valentina – ¿No te importó? –

– Dejé muchas cosas por él – suspiró – me mudé con él muy joven y dejé mis estudios por él. Es por eso que entré tarde a Harvard –

– Entiendo – susurró Juliana – cuando mi niño murió, unos meses después Sergio y yo nos divorciamos – Valentina escuchaba atenta – supongo que... tú y yo somos un poco diferentes pero a la vez tan parecidas. Tú querías casarte y yo me divorcie – rió un poco.

– No lo veías desde el divorcio ¿No es así? – Juliana asintió – por eso no supiste manejarlo – dijo uniendo piezas en su cabeza.

– Sergio siempre me llama cuando está ebrio, me pide que vuelva con él – suspiró recordando – pero yo simplemente no puedo verlo de la misma forma. Sergio tenía que vigilar a Luis y no lo hizo – dijo con inevitable rencor.

– Mis padres también se divorciaron – confesó Valentina – mi mamá no me quiere mucho debido a que sus planes para mí eran diferentes a los que yo tenía, no nos llevamos bien. Nunca quiere verme o contestar el teléfono – volvió a confesar – mis hermanos y ella son más unidos, por otro lado yo prefiero estar con mi papá – Juliana rió dándose cuenta de lo irónica que podía llegar a ser la vida.

– Ella no quiere ver a su hija, y yo daría mi vida por volver a abrazar al mío – respondió sinceramente, no le importaría – o al menos poder despedirme. Daría lo que fuese – Valentina suspiró.

– La diferencia entre mi mamá y tú, es que tú eres una buena madre – le dijo Valentina viendo cómo Juliana tenía sus manos cubriendo la suya como si quisiera protegerla, pero ¿De qué? – Ella no fue a mi boda – confesó – aunque creo que fue bueno ya que me dejaron plantada – rió un poco provocándole una pequeña risa a Juliana.

Paper Hearts  (ADAPTACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora