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– ¿Estás segura de esto, Valentina? – le preguntó Juliana una vez estacionó el auto frente a la casa de la pareja sospechosa. Valentina tomó aire – entiendo que Luis fue tu novio y lo que sucedió con él, no me molesta si prefieres quedarte aquí – intentó sonar convincente, y claro que lo logró.

– No me afecta – le respondió sinceramente mientras se quitaba el cinturón de seguridad – éste Luis dejó de importarme de ese modo hace mucho – dijo mientras abría la puerta. Juliana asintió.

– Está bien – respondió en una risa antes de hacer lo mismo y bajar del auto – vamos entonces – dijo cerrando la puerta.

Juliana y Valentina caminaron hasta la puerta de la residencia de Norah Lennon. La menor suspiró intentando contener sus emociones antes de tocar un par de veces la puerta y que segundos después una sonrisa hipócrita abriera la puerta.

– Abogada – dijo extendiendo su mano a ella. Juliana miró aquella mano con una sonrisa irónica antes de mirar el rostro de Norah – ¿Cómo le va? – preguntó bajando su mano al ver que la mujer claramente no correspondería el gesto.

– ¿Podemos pasar? – preguntó ignorándola por completo – quisiera hacerle unas preguntas a usted y a su novio, muy joven por cierto – no pudo evitar ser sarcástica. Norah la miró intentando decir alguna palabra inteligente, no recordaba tener programado un interrogatorio, y su error fue pensar aquello – así que... ¿Podemos pasar o quiere que traiga una orden? – preguntó sin paciencia.

– Cl-claro que sí – respondió en una risa nerviosa mientras se hacía a un lado. Camila simplemente entró a la casa seguida por Valentina, y lo primero que vieron fue a Luis Walker sentado cómodamente en el mismo sofá donde estaba sentado Sergio el otro día.

– Oh, la pareja feliz está reunida – sonrió Juliana mirando a ambos. Luis se sintió nervioso de inmediato, y más aún al ver a su ex prometida tras Juliana – esto lo hará más rápido – dijo mientras se sentaba frente a Luis en el sofá que tenía en frente, los separaba una pequeña y baja mesa con cosas encima. Valentina se sentó a su lado tímidamente.

– ¿Qué necesita, abogada? – le preguntó Norah mientras se sentaba al lado de su novio quien la tomó de la mano sin quitar su mirada de Juliana – nosotros no hemos hecho nada – en su voz era obvio que estaba nerviosa y la mirada insensible y llena de odio de Juliana no ayudaba para nada.

– Respuestas – suspiró cruzando sus piernas – ¿Dónde estaban las noches de los asesinatos? Saben muy bien las fechas – rió irónica al ver el periódico sobre la mesa – oh vaya, una pareja de ciudad – volvió a reír.

– ¿Qué quieres? – le preguntó Luis con su ceño fruncido, a Juliana no le intimidaría – nosotros no... –

– Hemos hecho nada – interrumpió Juliana con voz sarcástica – otra excusa sería más útil – volvió a reír – solo logran hundirse más y más – se encogió de hombros.

– Valentina – la llamó Luis de repente. Valentina ladeó su cabeza – ¿En realidad me crees capaz de matar a una chica? – Juliana miró expectante a Valentina, esperando con ansias su respuesta.

Los minutos se convertían en horas y Valentina se encontraba en la iglesia, esperando a que su prometido cruzara la gran puerta y que dijera alguna de sus tontas excusas para que lo disculparan por llegar tarde, pero no sucedía, no había rastro de Luis.

– Hija... – intentó hablarle su padre, destrozado por ver a su hija llorar con el corazón completamente roto. Valentina ni siquiera alzó su mirada, estaba sentada en el escalón del altar. Todos se habían ido, todos menos su padre.

Paper Hearts  (ADAPTACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora