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Jacobo Edward veía a sus mamás desde el asiento de atrás, ninguna hablaba y sentía que su mamá Valentina estaba molesta con su mamá Juliana... pero ¿Por qué?

– ¿A dónde vamos a ir? – le preguntó Juliana, ya no había tono de voz emocionado.

– A casa – respondió Valentina sin apartar su vista de la ventana. Juliana frunció el ceño.

– ¿Por qué? – preguntó – pensé que querrías ir a algún lugar conmigo y con Jacobo –

– Quiero ir a casa – respondió aún sin verla – sí quieres salir con Jacobo y llevarlo al taller, ve. Yo quiero ir a casa – Juliana suspiró sin entender la actitud de su esposa, simplemente se quedó callada hasta que estacionó el auto frente al garaje de casa.

– ¿Por qué te comportas así? – preguntó antes de que Valentina pudiera bajar del auto.

– ¿Por qué me comporto así? – repitió viéndola directamente, con su mano en la manija de la puerta. Juliana asintió – ¿Y todavía lo preguntas? –

– Pues quiero saber, Valentina – respondió sinceramente – quiero saber por qué estás molesta conmigo y poder corregirlo –

Valentina la miró, estaba en realidad enojada, sin embargo no quería discutir y mucho menos frente a su hijo – ¿Por qué te comportas así? – Valentina abrió la puerta del auto e ignorando la pregunta de Juliana, bajó y caminó hacia la casa. Juliana suspiró desabrochándose el cinturón de seguridad.

– Baba... – balbuceó Jacobo preocupado. Juliana se encogió de hombros.

– No lo sé, mi bebé – respondió en otro suspiro abriendo la puerta para bajar y sacar a su hijo del auto – también quisiera saberlo – le susurró tomándolo en brazos antes de darle un beso en su mejilla.

Juliana entró a casa y de inmediato escuchó el ruido de la puerta de la habitación cerrarse fuertemente. Solo pudo poner sus ojos en blanco al pensar correctamente que su esposa estaba enojada, lo que significaba drama en su relación, sabía que era normal pero no podía terminar de soportarlo.

– Bueno, supongo que solo somos tú y yo, Yak – rió un poco cerrando la puerta con su pie – ¿Tienes sueño? – el pequeño Jacobo era inteligente, y algunas preguntas podía reconocerlas – ¿O hambre? – preguntó.

– Buba – balbuceó señalando el piso de arriba.

– ¿Cuna? – preguntó en una risa comenzando a caminar hacia las escaleras para así subirlas con su bebé en brazos – está bien – rió un poco. Jacobo lo supo, su mamá estaba triste.

Valentina vio entrar a Juliana por la puerta que, su ex esposo había reparado hace unos meses, a la habitación que ahora con él una vez compartió y que ahora compartían juntas.

– Pensé que irías al taller con Jacobo – le dijo Valentina viéndola caminar hacia la cama. Juliana la miró.

– Jacobo Edward está dormido – respondió sentándose en la cama – lo acabo de acostar – dijo quitándose los zapatos.

– Llamé a Sergio – le dijo de repente, viéndola a sus espaldas ladear su cabeza – lo invité a cenar mañana junto a su novia y su hijo – Juliana mordió su labio para intentar no reír irónicamente – ¿No dirás nada? – preguntó mientras la veía acostarse a su lado.

– No – respondió en un bostezo, acomodando su cabeza sobre la almohada.

– ¿Por qué? – preguntó confundida. Juliana cerró sus ojos.

– Porque no me importa – fue su respuesta mientras que intentaba dormir, tranquilizarse.

– Eso no parecía cuando lo viste cargar al niño – dijo con la intención de que le respondiera, sin embargo Juliana no se molestó en ocultar su irónica risa esta vez – parecías...–

Paper Hearts  (ADAPTACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora