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– ¿Estás emocionada? – le preguntó Sergio con una sonrisa, apartando por un segundo su mirada del camino. Juliana asintió con la misma sonrisa.

– ¡Mucho! – respondió mirándolo con todo el amor que sentía por él, sintiendo que lo amaría por siempre – es el primer fin de semana que pasaremos juntos los tres desde hace mucho tiempo –

– Es cierto – le dijo Sergio en un suspiro, no le gustaba dejar a su familia sola, pero debía hacerlo si quería darles todo lo que merecían – pero al menos hoy estaremos juntos – Juliana volvió a asentir emocionada.

– ¿Cómo vas allá, mi niño? – le preguntó sin dejar de sonreír. Luis alzó su mirada de su auto de juguete para mirar a su mamá.

– Muy bien, mami – respondió emocionado por llegar al parque, su papá le había regalado una bicicleta y estaba ansioso por manejarla por primera vez; había visto películas, no podría ser tan difícil – ¿Ya llegamos? – Juliana miró a su esposo esperando una respuesta.

– Ya casi – dijo lentamente mientras que estacionaba el auto – ahora sí – dijo en una risa apagando el auto. Juliana se quitó el cinturón de seguridad y se levantó un poco del asiento para besar la mejilla de Sergio, se sentía tan feliz porque pasaría el día con los dos amores de su vida.

– Podría sentir cómo me besas por el resto de mi vida – le dijo Sergio sinceramente, y de hecho estaba dispuesto. Juliana solo rió sonrojada mientras que escuchaba la pequeña risa de su hijo en el asiento de atrás – tú saca a Luis y yo sacaré la bicicleta, por favor – Juliana asintió mientras que se incorporaba para salir del auto.

– Hola mi niño precioso – dijo con voz graciosa cuando al abrir la puerta se dispuso a desabrochar el cinturón de la silla de bebé donde estaba sentado Luis – ya llegamos al parque – Luis le extendió sus brazos a su mamá quien de inmediato lo tomó en los suyos para sacarlo del auto.

– Es tan bonito – dijo cautivado por la belleza del parque – ¿Podemos volver? – preguntó emocionado. Juliana rió mientras que asentía.

– Volveremos las veces que tú quieras, Luis – le respondió antes de darle un pequeño beso en su nariz. Luis rió ante el tierno gesto, amaba los besos de su mamá, pensaba que podía sentirlos por el resto de su vida.

– Bicicleta – escucharon la voz de Sergio intervenir. Luis miró su bicicleta nueva impresionado, últimamente le estaban dando muchos juguetes nuevos, incluso se mudaron a una casa grande y bonita, después de vivir en un lugar tan pequeño, podía recordarlo y se sentía muy agradecido con mamá y papá.

– Tú vigila a Luis mientras que yo arregló la mesa de picnic, por favor – le dijo Juliana acomodando a Luis en el brazo de Sergio, ya que con el otro él sostenía la pequeña bicicleta. Camila vio a su hijo y a su esposo por última vez – los amo – sentía que podría hacerlo por el resto de su vida.

– Y nosotros a ti – le dijeron padre e hijo al mismo tiempo, provocando una risa en ella. Juliana suspiró con una sonrisa antes de volver a abrir la puerta del auto para sacar las cosas que había empacado, entonces Sergio se fue con Luis para enseñarle cómo usar la bicicleta.

La familia salió de casa sin saber que volvería incompleta.

– ¿Estás emocionada? – le preguntó León con una sonrisa. Valentina dio la vuelta asintiendo emocionada, entonces los ojos del hombre se llenaron de lágrimas al verla tan preciosa en aquel vestido de novia.

– ¡Mucho! – respondió emocionada antes de ver cómo la primera lágrima caía por la mejilla de su padre – oh, papá – respondió con una risa – no llores – León suspiró tomando las manos de su hija dentro de su pequeño camerino, a escasos minutos de llevarla al altar.

Paper Hearts  (ADAPTACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora