Aceptarme como soy

Capitulo 12

¿Por que justo hoy? ¿Por que justo ahora? ¿Por que no después? ¿Por que no puede detenerse? ¿Asi debe ser? ¿No hay otro modo? ¿Solo puede ser así? ¿Es el único fin que puede tener? ¿Por qué?... ¿Por... que?...

Los rayos del sol se escabullian por las cortinas de la habitación dándole un vago sentimiento de esperanza a quienes se encontraban en ella.

El suave y lento sonido de una respiración era lo único que se interponía en que la habitación se quedará en un silencio que podría quedar plasmado para siempre en las dos almas que ahí se encontraban.

Hiei:¿Como te sientes? ¿Estas mejor?

Pregunta que hacía todas las mañanas que la chica despertaba, dándose cuenta de que estaba despierta debido a los leves cambios en su respiración.

Asahi: Si... lo... estoy...

Lo miró de reojo dedicándole una sonrisa cálida, si tan sólo esa respuesta fuera cierta, si tan solo se volviera realidad, si tan solo...

Asahi: Oye... Hiei...

Habló débilmente llamando la atención del chico.

Hiei: ¿Si? ¿Que sucede?

Pregunto parándose de donde estaba sentado y la miró con la mayor atención que él podía ofrecerle.

Asahi: ¿Que harás... cuando yo... me valla?

Un leve temblor se apoderó de las manos del korime.

Hiei: No digas estupideces, concéntrate en mejorar.

Dijo volviéndose a sentarse en la silla.

Asahi: Oh cierto *ríe levemente* debo recuperarme.

Hiei: Si eso debes hacer *mira hacía la ventana*

Asahi: Deberías... arreglar las... cosas... entre...

Hiei: Ya descansa, hablar demasiado te hará daño.

La interrumpió por dos motivos, el que había mencionado y también porque desde aquel incidente no había hablado sobre eso aunque eso no significaba que no pensará a menudo en eso, con el pasar de los días la condición de Asahi empeoraba haciéndolo pensar más y también... sentir más.

Asahi: Oye...

Hiei: ¿Ahora que?

Asahi: ¿Estarás aquí... cuando... despierte?

Lo miro de reojo sonriendole levemente debido al cansancio que sentía.

Hiei: Que ridículo.

Comento serio haciendo a ella entristecerse.

Hiei: Claro que estaré aquí cuando despiertes, idiota.

La chica rió de felicidad al mismo tiempo que sentía como aquella tristeza se desvanecía.

Asahi: Estúpido.

Dijo sonriendo y cerrando sus ojos para poder dormir, con lo último dicho provocó una leve sonrisa en el chico el cual siguió observando los rayos de soy escabullirse por las cortinas de la habitación.

Tick tock tick tock... tick... tock...

Se escuchaba el sonar de una reloj de pared que se encontraba colgado en la pared al par de la oficina del doctor principal.

???: Esto es desesperante *observó el reloj seriamente*

Dijo una mujer, ya mayor y que para desgracia conservaba muy bien su belleza, suspirando y bufando con irritación.

???: Lo sé, mira que esa niña idiota desaparece así por así, nos hizo perder bastante dinero y para colmo debemos pagar los gastos del hospital.

Se quejaba un hombre mayor de cabellera castaña. Sus nombres, Yamaha y Park los padres de Asahi y una de las peores escorias que este cuidad podría tener.

Park: Yo ni se para que vinimos aquí, solo deberías dejarla y volver cuando sea tiempo recoger su cadáver, eso sería más rápido.

Yamaha: Estoy aquí para arreglar ese asunto sobre los gastos, sino querías venir ¿Por que estás aquí?

Pregunto arqueando una ceja y mirándola con fastidio.

Park: Bueno escuché por ahí que un chico muy atractivo viene a verla todos los días, me dio curiosidad, nada más -se relamió los labios y mira hacía el pasillo-

Yamaha: Eres una maldita *rie secamente*

Park: Lo dice el hombre que mató a su primera esposa para quedarse con la herencia de su hija -sonríe con superioridad haciendo que el otro bufé con fastidio-

Dr.Mabo: ¡Oh señor Yamaha! *exclamó sorprendido* No pensé que vendría después de la carta que envió al hospital... así que por fin decidirá pagar los gastos de...

Yamaha: No diga idioteces.

Lo interrumpió bruscamente al anciano.

Yamaha: Solo vengo a corroborar lo que escribí en esa carta.

Dr.Mabo: Pero señor Yamaha, el hospital no tiene suficiente fondos para seguir con el tratamiento que su hija necesita.

Yamaha: Yo no se los pedí, si tanto el costo de su cuidado solo dejen la morir y problema resuelto.

Dr.Mabo: ¡¿Como puede decir eso?!

Reclamo exaltado y desconcertado el doctor hacia el castaño.

Park: Como lo escuchó, solo déjala así nosotros vendremos a recoger el cadáver después, le haremos un funeral decente y eso ya es mucho para esa chiquilla.

Aclaro la mujer de manera altanera y fría.

Yamaha: Así es, de nada sirve seguir intentando mantener convida a esa inu...

Un fuerte golpe estampó contra el rostro del castaño haciéndolo caer fuertemente al piso, limpió su labio inferior el cual se había roto.

Yamaha: ¿¡Pero que demonios te sucede!?

Miró furioso al responsable de aquel golpe el cual se encontraba parado frente a él.

Park: Doc... doctor...

Tartamudo perpleja aquella mujer cubriéndose la boca con una de sus manos debido al miedo y la sorpresa de aquella repentina acción.