Capitulo 7

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La chica se sorprendió no pensó que sería tan fácil convencerlo, debido a su actitud y carácter, no le parecía alguien que hablará de sus problemas con los demás lo cual le pareció triste, sentía compasión por el korime, guardarse sus problemas, inseguridades, miedos todo eso y mucho más sólo para él, enfrentarlos sin ayuda, superarlos sin apoyo debe ser difícil.

Asahi: ¿Enserio?... bien te escucho
-sonrió y se acomodó en la cama para darle la mayor atención a la historia.

Hiei: De acuerdo...

N/A: En está parte lo narraré yo y al final será como lo hubiera contado Hiei.

Hace cuatro meses atrás después de que el joven conociera a Asahi. El Korime se dirigía a la casa del pelirrojo a tratar de descubrir el porque de ocultar esa información bueno el ya había investigado por su cuenta pero quería saber el motivo de tanto misterio por parte del kitsune, lo encontró sentado en la cama con el rostro algo preocupado y pensativo.

Hiei: ¿Que te ocurre? -pregunto entrando por la ventana-

Kurama: Podrías tocar antes de entrar sabes es más educado.

Hiei: No evadas mi pregunta.

Kurama: Solo estoy pensando en el problema que tienen Yusuke y Keiko con respecto a su boda.

Mentira... bueno tal vez no del todo pero no estaba siendo completamente sincero con él... claro que el korime de dio cuenta de esto pero no siguió insistiendo ya que sabía lo astuto que era el zorro y por más que tratara no conseguiría nada, aunque le hablara de otras cosas para llegar al tema no lo conseguiría.

Hiei: Y... ¿cuando se realizará ese evento?

Kurama: Se a pospuesto, se hará dentro de dos meses, es el tiempo límite para resolver el inconveniente que tienen.

Hiei: No me interesa -dijo seco-

Pero habría de hacerlo más adelante, habría de...

El korime salió del lugar, después de unos días se apareció por el templo de Genkai a visitar como siempre a su hermana quién estaba más feliz de lo normal, no sabe porque solo se acercó al lugar donde se encontraba la korime.

Yukina: Hola Hiei-San es un gusto verlo por aquí -saludo alegre la chica-

Hiei: Hola, solo pasaba por aquí.

Yukina: Me alegra poder verlo, es inusual verlo y por eso no hablamos mucho -sonrió tiernamente-

Hiei: (si supieras que casi todos los días vengo a verte)... No creo que eso sea gran cosa, nos hemos visto en otras veces en las reuniones con los muchachos.

Yukina: Pero no tengo muy seguido el placer de hablar a solas con usted.

Hiei: Deja de tratarme de usted, tenemos la misma edad supongo... No hay necesidad de mostrar tanto respeto.

Yukina: De acuerdo Hiei -le sonrió tímida-

La chica estaba a punto de decirle algo que muy importante pero la voz de Botan llamándola le obligó a despedirse del korime e ir a atender el llamado dejando al chico sólo.

Hiei: (fue agradable charlar con ella... siempre que puede hablar con ella lo es) -sonrió triste-

Se adentró más al templo escuchando murmullos y en algunos de ellos su nombre era mencionado, de Seguro la Doncella de Hielo había avisado a los otros de su llegada.

"Debemos evitarlo"... "No podemos dejar que se entere"... "Lo hemos ocultado por mucho tiempo, debemos mantenerlo así hasta el día acordado". Esos eran los murmullos que el lograba escuchar, después no escucho mas.

Hiei: (te diste cuenta de mi presencia, no esperaba menos)

Sabía que Kurama lo había notado y que no seguirían hablando mientras él estuviera ahí, se retiró del lugar aún más confundido de lo normal y con la intriga creciendo en su interior con cada día que pasaba.

N/A: ahora volvemos con Hiei y Asahi.

Asahi estaba pensando, repasando una y otra vez la información que se le acababa de revelar, buscando cabos sueltos, señales que le indicarán o le dieran una pista sobre de qué es lo que ocultaban los amigos del korime.

Asahi: Y... Eso es todo -hablo pensativa y dudando que eso fuera todo-

Hiei: No falta el verdadero problema
(Falta lo peor) -suspiro con fastidio-

Asahi: De acuerdo solo dame un momento.

La chica se levantó de la cama y se aproximo a la puerta, tres pasos dio antes de desplomarse y caer al suelo inconsciente acción que alarmó al chico que sin importarle sus lesiones que dolían un demonio se levantó de aquella silla, tomo a la chica entre sus brazos y salió por la ventana de aquel apartamento, buscando un lugar donde podrían ayudar a la castaña.

Corría sin dirección, no conocía la cuidad, no tenía idea de a donde ir para ayudarla. Vio una enorme edificación donde solo entraban personas heridas, no dudo y entró lo más rápido que le permitieron sus fuerzas.

Se acercó a una enfermera sin saberlo y le dijo que si había alguien que pudiera ayudar a la chica que había quedado inconsciente de repente.

La enfermera le tomó la temperatura a la castaña, estaba ardiendo, la atendieron de inmediato y se la llevaron a una sala para atenderla mejor.

Hiei: No puedo creer lo que estoy haciendo -jadeo, le costaba respirar-

Enfermera: Se encuentra bien joven.

Hiei: Si estoy bien -respondió cortante-

En segundos el korime era perseguido por el personal del hospital, estaba muy enfermo pero no quería que lo atendieran los humanos.

Corría por los pasillos escapando como podía de los guardias.

Hiei: ¡Ya dejen me en paz maldita sea!

Reclamo molesto mientras corría como un niño travieso escapando de algun problema causado. Mientras las personas del hospital miraban todo con diversión y otros confundidos.

Hiei: ¡¡Suelten me malditos!!

Cinco guardias de seguridad necesitaron para atraparlo, él joven intentando liberarse los golpeaba, un calmante fue la peor opción, debido a que no era humano el fármaco le produjo alucinaciones, agarro el palo de una escoba y lo utilizo como espada.

Hiei: Vengan, vengan los acabaré a todos.

Decía cómo si estuviera ebrio, ahora era el quien los perseguía por los pasillos y ellos huían, los atacaba dándoles golpes con su supuesta espada.

Hiei: ¡Estúpidos demonios no podrán conmigo!

Gritaba en los pasillos del hospital, gracias a Dios el calmante hizo su trabajo y el joven callo dormido en el suelo, los enfermeros se acercaron con preocupación y miedo de no despertarlo.

Lo trasladaron a una camilla y lo internaron en el hospital para atenderlo debidamente.

El chico se veía como un ángel durmiendo, nada parecido al demonio de hace unos momentos quien había hecho un gran desastre en el hospital.

Tenía alta temperatura, sudaba mucho y su respiración era agitada. Descansaba sin imaginar lo grave que estaba la castaña quién luchaba por su vida en el cuarto de aquel hospital, no todo puede ser perfecto en esta cruel y cruda historia que llamamos vida.

Aceptarme como soyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora