8

3.2K 304 34
                                    

"Es paradójico, pero mientras mas me alejo del mar, más me ahogo"
J.Nholan

El cuerpo de Draco dio una fuerte sacudida que lo saco por completo del sueño eléctrico. En el mundo real, el mundo concreto, despertó sobresaltado y jadeante, la sacudida espiritual le había arrancado el aire por completo. Antes de que Hermione desapareciera de su punto de visión, fue testigo de como el agua que los rodeaba se transformaba en algo espeso, muy parecido al petróleo, esa viscosidad se introdujo por su nariz, impidiéndole respirar bien. La sensación lo acompañó a la realidad.

Luna llevaba un buen rato sentada en el alféizar de la ventana. En todo el tiempo que Malfoy durmió, había tenido la oportunidad suficiente de irse y regresar con una enorme barra de chocolate "Jackalope". El producto nuevo en Honeydukes no fue del agrado de muchos, rechazado por los compradores que lo consideraban demasiado amargo y poco llamativo, pronto su única compradora fue ella. El envoltorio estaba inspirado en el viejo oeste, su logotipo era el mítico animal hibrido Americano "Jackalope" una liebre con cuernos de antilope.

Cuando el Slytherin despertó, lo hizo de la peor manera. Desconcertado, trató de ubicarse, recorrió con las manos el viejo colchón y sus ojos viajaron del techo resquebrajado hasta Luna. Intento de decir algo, pero  el aire no le entraba, sentía el liquido grueso y doloroso atorado en sus fosas nasales, desesperado comenzó a boquear tratando de jalar aire por la boca. No funcionó.

—¿Draco? —sin comprender lo que le pasaba, Luna solto el restante de su golosina y se aproximo a él. Malfoy presionaba sus manos contra su clavicula, como si eso lo pudiera ayudar de alguna forma. —¡Oh, buen Merlin! No puedes respirar. —de un leve empujon lo recostó de nuevo, en el rostro del rubio comenzaba a notarse una desesperación que iba en aumento.

Haber despertado fue peor que dormirse. En el sueño eléctrico, él nadaba y respiraba bajo el agua mágica de aquel lugar, ahora consciente ocurría todo lo contrario, parecía como si lo hubieran sumergido por completo en algo denso que le impedía recibir aire, con la garganta completamente cerrada pensó que moriría asfixiado, ahogado o lo que fuera que estuviera pasando con él.

Luna por su parte comenzó a lanzar hechizos de finalización, todos los que se le venían a la mente y que pudieran ayudarlo. La Ravenclaw trataba de mantener la calma, pero el rostro lleno de terror de Draco y las pequeñas venas verdes que comenzaban a aparecerle en la frente no ayudaban.

—No esta funcionando. —dijo nerviosa, observando como Malfoy enterraba sus uñas en su cuello, igual que si quisiera liberarse de una horca invisible.

"Una horca, una atadura, un amarre, una cadena, ¡Eureka!"

—¡Te encadenaron! por eso querías el libro, te han encadenado. —soltó asombrada, Draco ni siquiera pudo oírla, sin pensarlo correctamente, Luna cambio de tecnica.

Alejo las manos de su cuello y comenzó a desabotonarle el saco y la camisa, dejando expuesto el ya rígido pecho del rubio. Los ojos de Luna recorrieron desde su garganta hasta su ombligo, sin señales de lo que fuera que buscara.

—¿Donde esta? ¿En donde fue? ¿En la espalda, en los brazos...? —soltando su varita, comenzó a sacudirlo para quitarle por completo la camisa.

De un empujon lo giro, no le fue difícil ya que sin aire, Malfoy bien podría pasar por un muñeco de trapo. Asi pudo verlo, la señal que buscaba. En los brazos del rubio, cerca de los hombros, aparecieron varias marcas rojizas que poco a poco se tornaron purpura. Eran dedos.

—Draco, tienes que calmarte. — girándolo de vuelta, Luna se subió encima de él, puso sus rodillas y manos a los costados del Slyhterin.

Draco la miró perplejo, la chica estaba completamente sobre él, mirándolo cara a cara. No lo tocaba, ni siquiera sentía que su cuerpo se recargara, simplemente se habia colocado sobre él, sostenida en manos y piernas, su largo cabello dorado cayo a cada lado de su rostro, sus orbes grises lo miraban como si observaran la cosa mas interesante del universo. "Está demente", pensó. Él se ahogaba y a ella se le ocurría montarse y observar con mas detalle como se moría. En definitiva los rumores de que Lovegood estaba loca eran totalmente ciertos.

Mutismo [En Reedición] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora