❥『Free Love • NoRenMin』

❥『TWENTY THREE』

      ❥『Después de un largo y horrible día de universidad, lo único que querían Jaemin y Jeno era salir de fiesta. Habían pasado días, una semana entera desde la última vez que hablaron con RenJun, Haechan o Jisung. El único que seguía manteniendo el contacto era ChenLe y en su mayor parte por su primo Lucas.
   Ambos mentirían si dijeran que no echaban de menos a RenJun, pero sentían que debían estar unos días más sin él. Esa semana había sido genial, los dos habían estado como en los viejos tiempos, solo que esta vez por las noches se liaban y terminaban durmiendo juntos. Aunque sonara increíble, muchas veces Jaemin tenía la sensación de que él echaba más de menos a RenJun que Jeno, probablemente porque este intentaba ocultar todo lo que realmente sentía.

   En muchas ocasiones durante esa semana Jaemin había tenido la gran tentación de invitar a RenJun por ahí, o simplemente hablarle, pero no se atrevía. Incluso había visto que RenJun ahora tenía una foto de perfil de su cara y encima con las gafas y por alguna razón se sintió bastante orgulloso. No pudo evitar sonreír. ¿Estaría mejor sin ellos? Esperaba que no. ¿Y si Jeno y RenJun nunca volvían a ser pareja? Seguramente él tendría que olvidarse de RenJun con el tiempo, pero sinceramente... no quería.

   Por el contrario, Jeno estaba alegre de pasar más tiempo con Jaemin. Estaba claro que entre los tres se echaban de menos, pero Jeno necesitaba ese tiempo con Jaemin. Sabía que no estaba enamorado de él, porque no lo estaba, pero saber que los dos podían besarse y estar liados sin que jodiera su amistad era genial.
   Por eso habían decidido salir de fiesta esa noche. Se les había apuntado YangYang, y Mark dijo que iba a llevar a sus compañeros de clase. Jaemin y Jeno no los habían conocido nunca en persona, solo habían intercambiado un par de palabras por llamadas y cosas así. ChenLe también iría con ellos, y estaba rezando para que le dejasen entrar a la discoteca. Seguro que si iba con tanta gente mayor de edad le dejaban entrar, ¿no? A lo mejor ni siquiera sospechaban.

   Así que a las doce y cuarto todos estaban preparados para dirigirse a la discoteca. Jaemin iba vestido con una camisa blanca y negra decorada con palmeras, unos pantalones blancos y unas vans del mismo color. En un mental breakdown le dio por decolorarse el pelo y ponerse en el flequillo dos mechas azules, pero había quedado bien. O al menos a él le gustaba. Y Jeno casi estuvo a punto de decolorarse todo el pelo y dejárselo rubio, pero Jaemin lo detuvo. No iba a dejar que se tintara de rubio. Por otra parte, ChenLe se había teñido de naranja, un naranja bastante chillón que según él no tenía nada que ver con Jisung, pero Jaemin, Jeno y Mark no eran tontos.

   Sin duda el más arreglado era Mark, que llevaba también una camisa básica de color blanco y unos vaqueros azules. Olía demasiado bien, y llevaba el pelo súper bien colocado. A ver cuánto duraba eso. Jeno, sin embargo, llevaba una camiseta ligeramente arreglada, sin mucho estampado de color negra y unos pantalones vaqueros negros con roturas. Y, por último, ChenLe iba vestido con otra camiseta de color azul junto a unos pantalones blancos y unos deportivos Adidas que tan solo de mirarlos te cobraban. Era bien sabido que la familia de ChenLe tenía bastante dinero, por eso tenía algunas marcas de ropa que la gente normal no podía comprarse con tanta frecuencia como él. Casi todo su armario era de marca, y además, su casa era enorme, tanto la anterior como la nueva.

   Al llegar a la discoteca, por suerte nadie se cuestionó la edad de ChenLe, así que pudieron entrar sin problemas. Mark iba con otros dos chicos, que si Jeno y Jaemin no recordaban mal eran Hendery y XiaoJun. Y, cómo no, con ellos iba YangYang. Antes de salir habían bebido un poco, más que nada para no tener que gastar el dinero allí, y por suerte, su piso estaba lo suficientemente cerca como para ir borracho pero lo suficientemente lejos como para que la música no se escuchara. Era perfecto.
   Se sentaron en los típicos sillones con mesa que había por ahí, que ni siquiera ellos supieron cómo encontraron uno libre. La música, obviamente, estaba súper alta y había muchísima gente bailando y bebiendo. Las luces multicolores adornaban las cuatro paredes y habían visto a algunos camellos vender droga por las afueras, e incluso dentro.