*narra la escritora*
-Despierta!!-le gritó Lina a Loida- Vamos a llegar tarde a nuestro primer día de clases.
-Que si, pesada- dijo levantándose de la cama, que cada mañana se hacia mucho mas cómoda. Loida se levantó y vio que Lina ya estaba vestida, llevaba unos tejanos largos, una sudadera de Batman negra y blanca y unas converse bajas blancas. Loida cogió unos pantalones largos negros apretados, y una camisa de cuadros roja y negra y unas vans negras y se fue al lavabo a arreglarse.
-Quieres desayunar algo?-Le preguntó Lina cuando vio salir del baño a su amiga.
-No, gracias, ya me cogeré algo.
-Toma, guardatelo en la mochila. -dijo Lina sonriendo.-De nada eh!
-Gracias- le contestó riendo.-Va, espabila que al final si que llegaremos tarde.
Cogieron las llaves, los cascos para la moto, la mochila con algunas cosas necesarias para el instituto y se fueron.
Al llegar al instituto, solo bajar de la moto todas las miradas fueron a ellas. Lina era pelirroja con los ojos azules, profundos como el mar, y amarillos que te queman como el sol. Loida tenía los ojos verdes y el pelo rizado y azul oscuro con las puntas mas claras, tirando a un azul pastel. Las dos eran bastante intimidantes pero en esos momentos eran ellas quien se sentían intimidadas. No llevaban bien ser el centro de atención. Cuando iban de camino a la puerta del instituto una banda de chicos pasaron por delante suyo. Habia un chico con el pelo algo rizado y un poco largo, con una bandana en la cabeza y unas baquetas en su bolsillo trasero. Seguido de el iba un chico rubio, con ojos azules y un sensual piercing en el labio. Después otro chico con piercing, pero este lo tenía en la ceja derecha y llevaba el pelo rojo fuego, cosa que le hacia ser bastante sexy. Y por ultimo, un chico con tatuajes en los dos brazos, moreno con los ojos oscuros intimidantes, pues parecía ser el ‘’jefe’’ de esa banda, por decirlo de alguna manera. Lo mas curioso es que iban todos vestidos de negro, con cascos de moto y camisetas de grupos de música tipo, nirvana, Blink-182, green day, etc…Y con chaquetas de cuero. Serían los populares del instituto, ya que todas las chicas se quedaban embobadas cuando los veían. Los chicos las miraron y después entraron en el instituto. Lina y Loida se miraron, sonrieron y soltaron algún que otro suspiro, y después entraron al instituto.
Preguntaron en conserjería a que clase les tocaba, ya que eran nuevas y no sabían nada.
-Señorita directora, las chicas nuevas ya han llegado-dijo el conserje a la que parecía ser la directora del instituto.
-Gracias, diles que se esperen allí, ahora mismo voy y les enseño el instituto.-le respondió ella.
-Ahora mismo.-colgó el teléfono y se dirigió a nosotras- Ahora la señorita directora vendrá a por vosotras y os enseñara el instituto, os dará el horario y os dirá a que clase vais.
-Vale, muchas gracias.- dijeron al unísono Lina y Loida.
Se sentaron en unas sillas que estaban enfrente de conserjería y esperaron a la directora.
-Buenos días.- dijo una señora de unos 50 y pocos años, vestida con un elegante traje. Tenía el pelo corto y muy rubio, con los ojos color miel.-Soy vuestra nueva directora, encantada.-les extendió la mano a las dos, y ellas le saludaron.
-Buenas días señorita directora.-dijo Lina.
-Buenos días, yo soy Loida Turner y esta es Lina Smith, encantadas igualmente.
-Seguidme, os voy a enseñar el instituto, por aquí.- dijo y se dirigió a la derecha.
La directora las llevo por muchas clases, y muchos pasillos. Ese instituto era enorme, tenía hasta una piscina propia con un gimnasio también enorme. Les enseñó un montón de cosas, clases, pasillos y los despachos de los directores y al final las llevó a su clase. Tocó a la puerta 234, y se escuchó un ‘adelante’ de fondo. La directora abrió la puerta y nos dejó pasar a nosotras primero.
-Buenos días, os quiero presentar a vuestras nuevas compañeras de clase, son Lina Smith y…-antes de que pudiese acabar de explicar, la puerta se abrió de repente y apareció el mismo chico rubio de antes, junto al chico del pelo rojo. No parecían muy arrepentidos de llegar tarde, al contrario, parecían orgullosos de haber interrumpido la clase.- Podríais llegar algún día a tiempo señoritos Hemmings y Clifford? Que lleguéis tarde todos los días no esta nada bien, al final voy a tener que poneros un castigo.
-Venga Katy, no pasa nada, igualmente estabas interrumpiendo la clase, supongo que para presentar a estas dos preciosidades, no?.- dijo el rubio, mirándolas de arriba abajo, tanto a Loida como a Lina.
-Hemmings, menos cachondeo, y no me llames Katy, llámame señora directora.- dijo poniendo los ojos en blanco, estaba muy claro de que estaba bastante harta de ellos dos.
-O nos pides que te llamemos señora directora, o que no hagamos cachondeo, pero no las dos cosas porque sino esto sería demasiado aburrido.- comentó el del pelo rojo, Clifford si no había entendido mal.
-Estoy cansada de vuestras bromas, no voy a perder mas tiempo con vosotros, a vuestro sitio, ya.
Los dos chicos se rieron y se fueron a sus sitios, no sin antes volver a mirarnos a las dos.
-Lo que decía, estas son Loida Turner y Lina Smith, vuestras nuevas compañeras de clase, podéis presentaros.-dijo señalando a la clase. Lina y Loida se miraron y Lina decidió hablar primero.
-Am… Bueno, pues yo soy Lina, y me gustan los perros e ir a patinar, suelo ir a patinar con Loida, bueno, prácticamente lo hacemos todo juntas, ya que vivimos en el mismo apartamento.-dijo bastante nerviosa.
-También vais al baño juntas?-comentó desde el final de la clase ese tal Hemmings.
-Señorito Hemmings, puede ahorrarse…-dijo la directora, pero fue cortada por Loida.
-No se preocupe señora directora, le faltan tantas neuronas que el cerebro le falla, y eso le hace ser bastante idiota y preguntar cosas sin sentido.-Dijo ella, desafiando a ese chico, hacia mal en meterse con ellas.
-Podéis sentaros en esos sitios de allí.- dijo señalando dos asientos casi al final de la clase, bastante cerca de Hemmings y Clifford.-Bienvenidas a este instituto, si hay alguna duda podéis encontrarme en mi despacho.-y justo después se despidió y se fue.
Lina y Loida se sentaron en sus sitios y la clase empezó.