7. La carta.

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Cuando Maya llegó del colegio no se esperaba esa sorpresa sobre la mesa de la sala. Claro, el emisor de aquella inesperada cosa que apareció ahí había sido una persona muy importante para ella, pero que a la vez le había roto el corazón de una forma muy dolorosa.
Dejó su mochila contra el suelo y agarró ese pequeño sobre de un color amarillo claro, lo abrió y sacó el papel de su interior. A continuación, se dispuso a leer...

"Argentina, 22.

Maya:
Sé que no quieres saber más nada de mí, pero sentí la necesidad de aclarar, de una buena vez, las cosas contigo. Sé que te hice daño; sé que te herí y nunca podré olvidar tu cara en ese momento."

Sus ojos se cristalizaron, ya sabía a qué venía esta carta. Pero igual, siguió con la lectura:

"Nunca podré perdonarme el hecho de lastimar a esa persona que siempre estuvo para mí, y que siempre me apoyó en todo, que siempre me bancó, e igual así la herí. La herí por egoísta, por no querer ver más allá de mi ombligo, por sólo pensar en mi y no en el daño que causaría."

Otra lágrima más... recuerdos de ese horrible momento invadiendo su mente.

"Al terminar, me arrepentí totalmente pero no se puede volver atrás; los daños causados no se borran mas... las heridas nunca cicatrizan del todo.
Sé que no vas a perdonarme, y tampoco quiero que lo hagas, solo quiero disculparme por todo el daño que te causé, si no, no podré dormir mas.

Perdón. Perdón, de verdad. Lastimarte no era mi objetivo, ni siquiera sé qué quería; supongo que probar cosas nuevas, sin fijarme en las consecuencias.
No pienso explicarte nada, todo lo que viste en ese momento fue, y es, lo que pasó. No hay nada que decir al respecto, ya que está de más.
Nunca olvidaré tu mirada, ni tu rostro en ese momento; ni después, cuando solo me gritabas.

Te amé. Yo te amé y te amo aún; pero no te merezco. Te amo desde que te vi, y cuando cometí ese estúpido error, me di cuenta que tú eras mi vida, y yo terminé con ella por mi egoísmo.

Asi que, Maya Loren, quiero decirte que... lo siento."

Y ahí fue cuando Maya trajo a su mente la dolorosa imagen de ese beso... ese beso que la rompió en infinitos pedazos, y que acabó con toda su pequeña felicidad.

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