💠Capítulo 14💠

764 64 14
                                    

— Fue muy cruel de tu parte dejarme en visto hace unas horas, estoy resentida—Billie puso un puchero sobre sus labios, pareciéndose a un pequeño cachorrito.

Y digamos que esta última semana estuvimos hablando y nos llevamos muy bien, a pesar de ser muy diferentes tenemos ciertas cosas en común, lo que genera tema de conversación de horas y horas, como la última por ejemplo.

—Bueno, no me culpes idiota, me quedé dormida.—Golpeé su hombro, ganándome una mirada de reproche de su parte.—Yo estaría más que satisfecha si una chica me hablara desde las 9:00 p.m hasta las 4:00 a.m, siento que me estoy quedando dormida.—Abrí mi casillero con algo de pereza mientras Billie se apoyaba en el de al lado.

—¿Por qué?, no eres tan importante Manoban.—Su voz fingida de pretenciosa me saca de quicio pero siempre consigue sacarme una sonrisa, supongo que así le doy el gusto.

—Por favor, ya quisieras que te hable todo el tiempo, me amas.—Volteé a verla con una sonrisa coqueta en el rostro, creo que ya se volvió costumbre coquetearnos en plan broma, bromas personales de nosotras.—Y claro, si parece que te quieres comer mis muslos cada que estoy cerca de ti, si tan solo aprendieras a disimular...

—Mmh y más cuando traes puesto ese tipo de faldas.—Me recorrió con la mirada al propósito, pero se me hace gracioso que eso mismo le digo a Jennie cada vez que se pone faldas Skirt.

De solo recordar como se ve me dan ganas de buscarla y hacerlo en el primer baño que vea...Dios mío necesito agua fría sobre mi cuerpo ahora mismo.

—Punto para Lisa.—Doy por finalizada la batalla de coqueteos, no sin antes regalarle un pequeño guiño.

—Eso es trampa.—Señaló mi falda, puse una mano sobre mi pecho para fingir que me siento ofendida.

—¡No culpes a las faldas Skirt de tus pensamientos pecaminosos!—Guardé mis libros y apuntes en la mochila.—Además...Es imposible no usarlas, me veo muy bien en ellas.

—De eso no hay duda.—Antes de que pueda acercarse para...quien sabe que, veo a Troy, Stefanie y Rosé entrar al instituto y caminar hacia mí con prisa, por la cara de Rosé creo que se va a desmayar al estar tan cerca de Billie.

—Son unos idiotas, me levanté temprano para ir al lugar de siempre y encontrarnos pero al parecer se metieron el despertador en el trasero.—Miré a mis amigos con reproche.

—Lo siento pero tuve una pelea con el armario esta mañana, no sabía que ponerme y me rehusaba a venir como un maldito arcoiris.—Troy tiene una obsesión con que todo lo que usa tiene que combinar, aunque creo que todos tenemos un poco de eso.

—Creí que tus peleas con el armario ya estaban solucionadas.—Entendí la broma de Billie a la perfección, riendo al instante junto a las demás.

—Te levantaste muy graciosa esta mañana...—Troy se tomó muy bien la broma, en realidad se estaba riendo junto a nosotros.

—Y con los ojos más azules que nunca.—Agitó su cabello cual diva, dejando muerta a Rosie.

—Rosé, te veo muy callada.—Stefanie decidió hacer una broma al respecto, la nombrada se veía pálida y temblorosa.

—T-Te tengo algo de sueño, es eso.—Frotaba sus manos sobre sus jeans, imposible no sentir ternura al ver a esa pequeña ardilla.

—Y también un poco de escalofríos al parecer.—Me burlé de sus tartamudeos, me estaba vengando al recordar que ella tiró mi brassiere por la ventana, recuerdo que cuando lo vi llegar al cuarto de Jennie casi entro en colapso.

—Cállate.—Me miró suplicante.

—Déjame hacer un experimento.—Stefanie se acercó a Billie, parándose a un lado de ella mientras ponía una mano en su hombro de forma amistosa.—Bill, ¿Podrías decir: Hola Rosé?

The k*ss listWhere stories live. Discover now