The k*ss list

💠Prólogo💠

Un nuevo comienzo siempre era duro para mi, en realidad, por muy feo y crudo que suene, estaba acostumbrada a que a en cualquier lugar al que vaya sean duros conmigo.

No sabía si había algo malo en mí, siempre trataba de llegar a todos lados con una sonrisa en el rostro y actitud positiva, sin embargo siempre era lo mismo, solo risas y comentarios sobre lo mal que me veo y lo muy aburrida y ridícula que soy solo por el hecho de no ir a fiestas y ser algo tímida, siendo calificada como "rara".

Era cosa de todos los días que a cada instituto que vaya siempre me puse esto, así que esta vez ya estaba preparada, aunque claramente duele.

Había tenido que dejar a mis amigos y a mi casa solo porque recibía burlas, golpes y insultos por parte de mis compañeros de clase, nunca se me va a olvidar que intentaron tirarme a un lago solo para arruinar mi vestido y no ir a la fiesta de promoción...

Nunca fui fan de los cambios radicales, y digamos que eso de mudarte de Tailandia a a Corea del Sur...estaba pudiendo con mi cabeza, llenándome de estrés.

Bangkok es mi hogar, siempre lo será, sin embargo espero poder ser otra Lalisa y empezar todo de cero, incluso si por primera vez estaba siendo negativa.

- Esta vez todo irá bien, te lo prometo linda.- Mi padre acariciaba la palma de mi mano mientras que con la otra se encargaba de tomar el volante y seguir conduciendo, en serio quería creerme sus palabras.

- Eso espero...eso espero papá.- Susurré mientras miraba por la ventana lo que vendría a ser mi nuevo hogar a partir de ahora.

Adiós Bangkok, hola Seúl...

***
-Hogar dulce hogar, ¡Al fin!.- Gritó mi emocionada madre mientras yo estaba abrumada, todo esto era muy nuevo.

Esto no se sentía como en casa...

- ¡Es fantástico!, lo justo y necesario, ¿No es así Lisa?.- Preguntó papá mientras me abrazaba, yo solo inspeccionaba el lugar con la mirada.

- S-si, pero costará un poco no extrañar Bangkok.- Hablé apenada.

- Lo se cariño, pero todo esto es por nuestro bien, por el tuyo...- Mamá me regaló una de sus típicas sonrisas comprensivas y tiernas.- Además, a tu padre le salió un trabajo muy bueno aquí en Seúl y era una oportunidad que no íbamos a dejar pasar, pronto irás acostumbrándote y lo más importante, todo será diferente a los demás años.

Asentí mientras acomodaba mi cabello, era mucho y necesitaba descansar.

- Ve buscando tu habitación, no te vendría mal descansar por un rato.- Mi mamá besó mi frente y sonreí ante el gesto, y la verdad es que si estaba muy cansada.

Subí las escaleras y apenas entré en mi habitación me puse a desempacar todo de una buena vez, me sentía mucho más relajada al tener mi habitación en orden, así ya no hacía nada al día siguiente.

Me acosté en la cama y apenas lo hice fue inevitable no caer rendida.

Para mi mala suerte mis padres ya habían planeado todo con anticipación, así que mañana mismo iría al instituto, genial...

Ese sentimiento de curiosidad y nervios ya empezaban a nacer en mí, solo esperaba que no fuera tan malo.

Me desperté en medio de la noche, pude ver en mi teléfono que eran las 3:20 a.m y que gracias a mi ansiedad no fui capaz de mantenerme quieta en la maldita cama.

Me sorprendió ver una luz fuerte dar contra mi ventana al lado izquierdo de mi habitación, caminé silenciosamente con el miedo de poder ser descubierta por la persona del otro lado, algo estúpido pero no entiendo porque lo hacía.

Y efectivamente, mi ventana conectaba con otra, al parecer debía comprar cortinas.

No sabía si llamarlo destino o buena suerte, pero no era un señor mayor ni mucho menos una persona desagradable de la que deba preocuparme, al contrario, era una chica que debía tener mi edad, tenía el cabello castaño y algo largo, se veía que era seria pero esa expresión le quedaba muy bien, suposición muy estúpida ya que claramente iba a estar seria, se veía concentrada en algo en su escritorio.

Me sentía rara espiando a una desconocida así que solo regresé a mi cama para lograr tener algo de sueño otra vez.

Mañana sería un día cansado...