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💠Capítulo 21💠

Llegaron las vacaciones de Julio, pero yo seguía sintiéndome como si un camión me hubiese pasado por encima, a pesar de ser verano yo veía todo asquerosamente gris.

No comía bien, ni siquiera tenía hambre, dormía bastante poco y mis ganas de salir se murieron, al igual que mis ganas de levantarme de la cama.

Me veía bastante mal y no había nadie que me lo diga, siempre era lo mismo, palabras de aliento para tratar de hacer que me sienta mejor, y es cómico, porque se que me estoy muriendo y esas palabras se las lleva el viento.

— Hija...debes comer, por favor.— Y ahí está mi madre tratando de meterme la sopa hasta por las orejas.

— No tengo hambre.

— Siempre es lo mismo, te estás haciendo daño.— ¿Más?, no creo que eso sea posible.

— Mamá...solo déjame dormir.— Si seguía hablando iba a llorar, y ya me arden los ojos.

— ¿Es por esa chica?.— La pregunta que nunca quería escuchar estaba ahora martillándome la cabeza, hasta llegar a convertirse en un dolor de cabeza real, jadee ante ese nuevo dolor punzante.

— No, por favor mamá, déjalo estar...— Me giré en la cama para poder desatar mi llanto nuevamente, no quería que nadie más me viera hacerlo, ya me sentía bastante vulnerable.

Escuché el suspiro de mi mamá, dejó el plato de sopa a un lado y finalmente me dejó sola.

Sola...

No me había atrevido a mencionar el nombre de... esa persona, durante un buen tiempo, y hasta los amigos dejaron de mencionarla al ver lo mucho que eso me incomodaba, esa es otra de las razones del por qué no quiero salir de casa.

Si la encuentro y me topo con ese rechazo en su mirada entonces estaré oficialmente destruída.

Pero a veces era imposible no recordar, no sonreír ante los recuerdos de lo hermosa que se veía, de lo remisa que se veía tomando de mi mano.

Detalles tan pequeños como recordar su sonrisa, sus gestos, su risa, su perfume, sus besos, ya no sabía si eso me hacía bien o mal, solo me hace extrañarla...
La extraño pero tal vez ella encontró a alguien más que aprecie todo eso, alguien que no la haga sufrir.

Intento número 1,100

Pero mi mente iba más rápido, al igual que mi corazón al pensar en su nombre.

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FLASHBACK:

Si nuestros amigos se caracterizaban por algo, eran por sus increíbles fiestas, la música era excelente, todo es diversión garantizada.

Pero todo parece mejorar cuando bailo junto a ella, nos detenemos para reír de lo estúpidas que nos vemos bailando lento mientras el resto salta y se mueve enérgicamente a nuestro alrededor.

Porque todo es lento cuando la tengo cerca, la gente, el tiempo, la música, todo.

Siento su nariz rozar la mía, cierro los ojos ante el toque, se siente tan bien tenerla entre mis brazos, encajamos como dos piezas de rompecabezas, todo es perfecto porque su sonrisa alumbra el resto del lugar.

— Hey...— Susurra cerca de mi oído.

— ¿Si...?

— Eres perfecta.— Su aliento choca contra mi piel, me estremezco.

Me acerqué a su oído de la misma manera, dejando un beso sobre su lóbulo, como premio obtengo una de sus risitas de bebé.