💠Capítulo 32💠

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NARRADOR OMNISCIENTE:

— Voy a asesinarte Manoban— una furiosa Jennie subía las escaleras con largas zancadas hacia la habitación de Lisa.

Digamos que las chicas se estuvieron divirtiendo por largas horas después de esa fiesta como parte de la reconciliación, Lisa olvidó su camisa blanca y casa de Jennie, y es así levantarla encontró un beso puesto con labial muy cerca del pecho, ahora escupe fuego por la boca, y el mismísimo diablo se queda corto a su lado.

Entró por la ventana rápidamente y al llegar camino hacia el baño personal de Lisa, golpeando la puerta con fuerza.

— ¿¡Quién es!?— Preguntó la inocente Lisa del otro lado— ¿¡Que pasa!?, Dios...

Después de unos segundos no le quedó de otra que abrir la puerta, al toparse con su furiosa novia la recibió con una sonrisa de niña buena.

— Jennie, ¿Qué haces aq...?— Literalmente Jennie le cerró la boca con un beso casi violento, Jennie se aferró a Lisa poniendo sus manos sobre su cuello, mientras que Lisa la tenía agarrada por la cintura.

— Woah, mmmh Jennie— Jadeó la menor al tener las manos calientes sobre su abdomen, después de que ésta le quitara la toalla de encima y la tirara muy lejos de ellas, dejándola desnuda completamente.— ¿Desde cuando eres tan salvaje amor?

— Cierra la maldita boca— masculló la mayor, poniendo una mano sobre la entrepierna de la menor, acariciando lentamente.

— Oh Dios mío, Jennie Kim...— La boca de Lisa se mantenía abierta, jadeando descontrolada.

— ¿Con quien estuviste después de estar en mi habitación? — Preguntó con el ceño fruncido y los dedos estimulando a su novia con delicadeza.

— ¿Que?, fui...a c-casa— Apenas podía hablar.

— Lisa...— Jennie encaminó un dedo hacia la entrada de la menor, empujó lentamente hasta estar dentro de ella, logrando embestirla— ¿Crees que soy estúpida?

— J-Jenn, no se...aahh...— Lisa estaba batallando con sus dificultades para hablar— No se de que hablas amor...

— ¿Que carajos es esto?— Jennie mostró La Mancha en la camisa y Lisa solo soltó una pequeña risa, Jennie soltó la camisa y con la otra mano libre tomó el clítoris hinchado de su novia, haciéndola estremecer.

Apretó un poco los dedos, debía ser doloroso para la pobre Lisa.

— ¡Carajo!— Lisa ahogó un grito— ¡Jennie, eso lo hiciste tú anoche!

Jennie abrió los ojos, casi no parecía asiática en ese momento.

— Dios, me besaste justo ahí antes de quitarme la camisa— Lisa retiró la mano de Jennie de su clítoris— Cariño, estás lastimándome— Murmuró.

Jennie miró una vez más la mancha, era de un color idéntico al de su labial, ahora sus mejillas se tornaron carmesí.

— Dime psicópata o lo que sea, pero en serio casi se me sale el corazón— Lisa rió de la cara de Jennie, la tomó por la cintura y la abrazó con fuerza.

— Dios Jennie, no pude haber visto a nadie más, mi camisa estaba en tu casa— Besó sus labios hasta que se empezó a tornar más pasional el asunto— Como podría dejarte por alguien más, tú eres la chica que me encanta.

— Estoy loca y llena de inseguridades— Se notaba la vergüenza, arrepentimiento y tristeza en la mirada de la mayor, rápidamente los brazos de su chica están alrededor de su cuerpo, envolviéndola en un protector abrazo.

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