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Changbin comenzaba a acostumbrarse a su nueva vida. Tanto él como sus padres habían sido trasladados de una celda a una pequeña cabaña, pero el cambio era notable. Ahora podía tomar más duchas con agua caliente y era libre de pasear por los bosques cercanos.

Su mañana comenzó con el llanto de su madre, Jisung abrazaba a sus dos progenitores asegurando que todo estaría bien. Changbin se escabulló de la escena sin ánimos de hablar con Jisung. Dio un par de pasos cuando una presencia detrás le hizo darse la vuelta.

Ahí se encontraba el Alfa, ¿Mino? no lo sabía con certeza pero tampoco le daba importancia, estaba feliz de que Jisung haya encontrado a una "persona" que le daría los cariños y lujos que merecía, y no solo eso, también daría la vida. Eso lo tranquilizaba de cierta manera.

El Alfa lo miró por unos segundos, probablemente con ganas de preguntarle cuanto más se tardaría Jisung, la verdad es que ni él sabía por lo que se dio la vuelta y caminó hasta la residencia. Caminar le hacía bien y le gustaba mucho, por eso había aceptado la propuesta de Felix de desayunar juntos en la residencia.

Había comenzado a entablar una relación con el Omega amable, Chan, y un beta bastante torpe de nombre Jungkook. Era algo complejo para Changbin saber sí en realidad aquella relación podría considerarse como el inicio de una amistad, cuando estaba entre los cazadores era muy difícil tener amistades verdaderas y honestas. Allí el sentimiento de competencia era inmenso y sí en lugar de salvar tu pellejo tratabas de salvar el de alguien más eras denigrado.

Changbin lo sabía de primera mano.

Entró campante a la casa, sin tocar primero. Se encontró con la mamá de Felix terminando de poner los cubiertos y tomó su asiento en la mesa.

Para la mamá de Felix el mayor de los Seo parecía un niño pequeño, sí se lo proponía el chico podía llegar a ser demasiado tierno. Sin embargo, prefería pasar en silencio la mayor parte del tiempo solo mirando a todos pasar y asintiendo a lo que decía Felix.

Hablando de Felix, hoy parecía estar tarde. La explicación era simple, él pensó que después de perder al amor de su vida cualquier rastro del celo se perdería, sin embargo ahora parecía venir con más fuerza, tenía que atarse a sí mismo con cadenas en la cama para no lastimar a nadie, la primera vez después de que Noora se fue había cometido el error de tratar de pasar el celo con una linda omega de la manada.

La chica, sencillamente, no lo tolero y lo tacho de violento y agresivo. Desde entonces tanto Felix como el resto de omegas tomaban su distancia.

El punto es, que Lee está llegando tarde debido a que se entretuvo haciendo los preparativos para pasar su celo, faltaban un par de días, estaba seguro y no quería que lo tomara desprevenido. Una vez que se aseguró de dejar todo en su lugar salió de la cabaña, esperando que el mayor no estuviera molesto por su tardanza.

─¿Estás alistando todo para el celo Lix?─. La voz de su padre hizo saltar al chico.

─Si... no falta mucho─.

─¿Qué hay del chico con el que te vas a comprometer? Él te debería ayudar con estas cosas─.

Felix negó. Puede que Changbin fuera un prodigio entre los cazadores, puede que tuviera un aspecto rudo, pero si para los Omegas era difícil estar con otro lobo para un humano sencillo y corriente era peor, muchísimo peor. Aunque nadie había hablado de ello, Minho había necesitado ayuda para que Jisung dejara de lloriquear sobre el dolor en su cuerpo, Felix lo sabía gracias a Hyunjin.

─No aguantaría ni la primera ronda─. Dijo Felix buscando terminar la conversación.

─Mentir es malo Felix, tú simplemente quieres atrasar el apareamiento lo más que puedas, pero te lo diré ahora, una vez que ese chico sea tuyo no podrás dejarlo ir─.

─Él no es mi destinado─.

─No, pero el amor puro es igual de fuerte que el destino, solo dale una oportunidad─.

Desde su posición Felix rodó los ojos y comenzó a correr rumbo a la residencia.

Los pies de Changbin se movían de un lado a otro, comenzaba a aburrirse y enfadarse, tenía prohibido comer hasta que Felix estuviera en la mesa, e incluso para alguien sin noción de tiempo aparentemente Felix estaba tarde.

—Llegará en cualquier minuto querido—. La mamá de Felix era muy amable, le agradaba mucho. Pero su temor a resultar herido era más grande, por lo que se hizo de oídos sordos.

Un par de minutos después Felix estaba lidiando con la mirada pesada de su mamá. Tomó a la mujer y la alejó del más bajito para explicarle sus motivos. Logrando calmar la ira de su madre se dispuso a sentarse en la mesa con Changbin.

—Buenos días Changbin, ¿Cómo va tu mañana?—. Changbin asintió con la cabeza en un gesto de "va bien".

El mayor de los dos llevo el tocino a sus labios, saboreando el sabor con una expresión curiosa ante los ojos de Felix.

Felix...se sentía culpable de nunca haber notado lo extrañamente dócil que era Changbin, con menos miedo que Jisung pero igual de tierno, la diferencia era que en ocasiones Jisung se portaba tierno para obtener lo que quería, por otro lado Changbin se portaba tierno inconscientemente.

Tratando de convencerse de que no todo estaba perdido, Felix se había dado la tarea de examinar el rostro del mayor, la parte que más le atraía eran definitivamente los labios, rosados y bonitos, besarlo debería sentirse bien. También estaba su mirada, parecía curioso de verlo todo y eso le gustaba.

—Me gustaría que hablaras más—. Eso salió sin pensarlo. Changbin abrió los ojos y pensó en algo que decir, pero nada venía a su mente.

—Intentaré...—. Dijo finalmente.

Frente a él Felix sonrió complacido.

—Bien, platícame qué hiciste esta mañana—. Felix colocó ambos codos en la mesa y apoyó su barbilla en las manos, prestando atención al mayor.

—Uh... Yo, me desperté y tomé una ducha—.

Sus miradas se conectaron por unos segundos que le parecieron largos e incómodos a Changbin, por su lado Felix solo estaba tratando de adivinar si Changbin en realidad estaba buscando molestarlo.

—Bien Binnie, ¿Lavaste ese lindo trasero?—. Mientras decía eso Felix volvía su atención a el desayuno, ahora que lo pensaba, hasta ahora, no le había puesto atención al cuerpo del más pequeño. Ya tendría tiempo para eso.

El silencio que se formó después de su pregunta le hizo levantar la vista, encontrando al que decía ser mayor con las mejillas teñidas de rosa y mordiendo su labio. Esa sensación de que golpearía a Félix se sentía en el ambiente, pero al menor solo le pareció incluso más tierno.

—Oh, ¿No lo hiciste? ¿Quieres que te ayude primor? Tarde o temprano se volverá mi actividad diaria—.

Changbin apartó la vista derrotado y continuó comiendo en paz, lo que decía el chico bonito era cierto, una vez que se paseara con la mordida de Felix dependería mucho de él. Tanto así que si el menor lo deseaba podría bañarlo todos los días, todo el cuerpo, de pies a cabeza.

—Tal vez es por eso por lo que no hablo—. Susurró esperando que no le escuchará.

El pelinaranja que pensó que su charla había terminado escuchó las palabras del más pequeño acompañado de sus pequeños movimientos y dejó salir una risa estruendosa que hizo sentir alivio en el cuerpo de Changbin.

—No me gusta que me prives de tu voz, Binnie─.

[ 예기치 않은 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora