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Noora se había llevado una gran parte de él. Más que grande, se lo había llevado todo.Ahora con 19 años su muerte seguía doliendo como el primer día, una bala perdida que iba a la cabeza de Minho. Nunca se perdonaría a sí mismo por dejar que pasara.

El frío de invierno estaba dando fuerte, a pesar de ser un Hombre Lobo lo seguía sintiendo con mucho pesar. Camino hacia las celdas de la residencia principal, en donde aún se mantenían en cautiverio los cazadores redimidos, aquellos que estuvieron presentes en el tiempo y lugar equivocados.

Heechul abrió los ojos con pesadez y se levantó rígido cuando vio a Felix entrar, lo saludo al estilo militar y espero a que hablara.

Los dos hijos del ex-cazador y su esposa estaban acurrucados en el piso. Seo Jisung, el chico que llevaba cortejando por unos meses estaba abrazando a su hermano, del que poco sabía, tratando de sobrellevar el frío. El pequeño debería de tener 17 años, dos menos que Felix.

—Jisungie, ¿Quieres una manta?─.

El nombrado se levantó rápidamente mirándolo ilusionado. Sus dientes castañeaban y su acción había provocado un gruñido en su hermano y una mirada preocupada en su madre.Felix regresó sobre sus pasos y dió un corto paseo por la primera planta de la residencia, hallando una mantita del tamaño del menor, regresó a las celdas y la extendió al chico que le había esperado. Jisung la tomó con rapidez.

—Gracias Felix─. Dijo acompañado de una sonrisa.

La sonrisa derritió el corazón de Felix, dentro de unas horas sería la conferencia con la que se podría dictaminar el destino de la familia. Felix tenía pensado, como segundo al mando, abogar por ellos, más específicamente por el menor de la familia, ofrecería un compromiso.

Le hizo a Heechul las preguntas rutinarias, se estiró y se despidió del menor, viendo como este intentaba cubrirse a él ya su madre con la manta. Mientras que su padre y su hermano se movían a un rincón, lejos de ambos.

Fue en la tarde que finalmente pudo ver a Minho. Ambos se saludaron con el puño y entraron a la asamblea juntos.

—Hoy es sobre los cazadores, ¿Verdad?─.

Felix asintió observando al consejo de ancianos en la mesa, no sería difícil convencerlos, ellos esperaban una alianza con algún cazador que les enseñará cómo hacían las cosas para saber defenderse. Era su oportunidad perfecta.

Se discutieron varios puntos, la viabilidad de mantenerlos en celdas, de dejarlos libres o matarlos. Finalmente Felix se levantó y dio su propuesta, dejando a todos helados en su lugar.

—Eso podía servir, Felix ya ha perdido a su pareja, emparejarse con el menor de los Seo suena a un buen plan─.

Minho no estaba poniendo atención para nada, solo trataba de ignorar el dulce olor.Muchos nuevos puntos se discutieron, al final tanto los ancianos como Minho aceptaron el trato y se dio por terminada la sesión.

Felix daba saltitos de felicidad, le gustaba mucho el tierno Jisung, ahora solo faltaba darles la noticia.

—Felix, hoy se espera que Seungmin se alivie, será en la cabaña del centro, trae al chico Seo para que comience a relacionarse con la manada. Al resto de la familia déjala allí─.

—¿Qué pasará con el resto?─.

—Serán mandados lejos de aquí, una vez que estés emparejado con el chico ellos tendrán libertad─.

Felix asintió, todo iba tan bien, tan perfectamente bien.

La noche trajo consigo a un Felix tratando de convencer a Heechul de que Jisung iba a estar bien, él insistía en que su hermano lo acompañará, pero las órdenes de Minho habían sido claras.

[ 예기치 않은 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora