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Chan se recostó en su cama y cerró los ojos con cansancio. En teoría debería haber sido más fácil explicarle a Changbin lo que implicaba volverse la pareja de un lobo, pero en retrospectiva había terminado estresado después de que palabra por palabra el joven se quedará callado.

Al principio intentó entender la posición del cazador, después de todo no era cosa fácil volverse de la noche a la mañana el prometido de alguien tan extraño como Felix, sin embargo seguía pensando en que puedo haber 'colaborado' más en la plática.

Incluso cuando le preguntó si tenía alguna duda lo único que el más joven hizo fue mirar a otro lado y negar.

No era su problema, se repitió una y otra vez, pero aún así no podía conciliar el sueño, sin más remedio se levantó de su cama y caminó hasta salir de casa, era de noche pero eso no le preocupaba, de alguna forma avanzo en silencio hasta llegar a la casa de los Seo. Las luces de la sala aún estaban prendidas, así que supuso que era mejor no molestar a la familia.

Una mano en su hombro le saco un susto al omega que giró inmediatamente encontrándose con Woojin.

─¿Todo bien?─ le preguntó el beta mientras envolvía en un abrazo al más bajo.

Chan se sintió mas tranquilo después de apoyar su cabeza en el pecho contrario, dejo de lado las preocupaciones que tanto lo agobiaban y aspiro el aroma del mayor.

─¿Cuándo es que llegan los de la otra manada?─susurró Chan correspondiendo al abrazo.

─En...dos semanas, si no estoy mal. Minho está completamente enloquecido con todo esto─ le respondió mientras tomaba su mano y la entrelazaba con la suya. ─Volvamos a casa─

Chan asintió caminando de vuelta con el beta, regreso la mirada a la ventana que daba a la habitación de Changbin y suspiró, a ese chico le quedaba por lo menos una semana de libertad.

El ruido de las voces logró despertar a Changbin, en cuanto el joven se enderezo un dolor en su cuello lo hizo estremecerse. Estaba en el viejo sillón de la sala envuelto en una manta, ayer se había quedado hasta tarde platicando con su madre, quien había comenzado la charla contándole lo preocupada que estaba por él, tenía miedo de que no encajara en el lugar.

De alguna forma eso hacía sentir calidez al corazón de Changbin, sin embargo se comenzaba a molestar de que todo el mundo le recordará constantemente que estaba en un lugar al que no pertenecía y que iba a terminar por, de manera indirecta, arruinar la vida de un chico inocente.

Bueno, inocente entre comillas. Se levantó con cuidado sobando la zona de su cuello que le dolía, supuso que se debía a haber dormido en una posición incomoda. 

Por la puerta de la cocina apareció su padre bien vestido, se acercó a él y con una sonrisa le susurró un "adiós".

─Tiene que resolver algunas cosas con el alfa─ explicó su madre mientras tomaba asiento y miraba al chico. ─¿Dormiste bien?─ le cuestiono después de ver como se quejaba por su cuello.

─Si, me duele un poco el cuello, no pasa nada─ dijo caminando escaleras arriba y caminando a la ducha.

─Cariño, se te hace tarde para el desayuno─ le gritó su madre, sin embargo Changbin ya estaba bajo el agua de la ducha, por lo que se encogió de hombros. 

Por un día del año que Felix le esperara no iba a pasar nada.

Felix miraba a Chan mientras caminaba en círculos. ─¿Y si lo asustaste con lo que le dijiste?─ preguntó por décima vez.

Woojin rodo los ojos con diversión y negó. ─Le hubieras dicho tu, así por lo menos no estarías culpando a otros─ mencionó mientras jugaba con la mano de Chan.

[ 예기치 않은 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora