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La mañana siguiente fue tal vez la mejor que Felix había tenido en estos días, apenas había abierto sus ojos cuando se encontró con la mirada curiosa de Woojin y Hyunjin, ambos le mostraron una sonrisa antes de disponerse a liberar sus muñecas.

El calor seguía presente en el cuerpo de Felix, sin ser realmente intenso. En su lugar era más como sentir una calidez en el vientre.

─Minho no pudo venir─. Hablo Hyunjin ─Está ocupado con "cosas de la manada"─.

─Me imagino...─. Respondió el pelinaranja sorprendiéndose por el tono rasposo de su voz, siendo honesto en ese par de días casi no había hablado con Changbin, eran asentimientos y negaciones la respuesta para todo lo que el más bajo decía.

Y hablando de Changbin, él yacía en el porche de la casa, disfrutando del aire en su rostro. Seungmin, el padre de dos pequeños mellizos se encontraba mirándolo con curiosidad.Sin embargo, ninguna palabra salió de sus labios, todo eran miradas entre ambos.

─Ya está─. La voz del beta sacó de su pequeño duelo de miradas a los dos chicos. Woojin se estiró en la puerta y le sonrió a su hermano. ─Ya puedes volver a casa Seungmin─.

El Omega asintió antes de darse la vuelta y regresar por el sendero. Unos segundos después otro chico más alto salió corriendo detrás de él.

─Es Hyunjin, su pareja─. Le explicó el castaño a pesar de que Changbin no había preguntado. ─Como sea, Felix ahora está tomando una ducha, después de eso quizá quiera descansar. Básicamente, tu trabajo aquí está terminado ¡Felicidades!

Lo último lo había dicho con un tono de alegría que hacía sentir al cazador como si acabara de ganar la lotería. Un poco agobiado solo asintió y se encogió de hombros cuando vio al chico-cara-de-osito volver por donde vino.

Se levantó mirando a la puerta, preguntándose si realmente ya no le necesitaban allí, decidiendo que en realidad quería un poco de espacio para sí mismo se dispuso a emprender una caminata dentro del bosque.

Dentro del pequeño hogar de Felix se escuchaba el agua de la ducha. Woojin se dio su tiempo para explorar el lugar, buscando alguna evidencia que le demostrara que había pasado "algo más" entre esos dos.

Su intento fue en vano, no había rastro de nada, solo un montón de platos en el fregadero que su amigo pelinaranja se negaría a lavar.

Estaba en su tercer bostezo del día cuando el nombrado en sus pensamientos salió con una toalla alrededor de la cintura y una expresión cansada al verlo de pie en su casa.

─¿Qué esperas? ¿Te tengo que decir gracias?─ Preguntó Felix con un tono calmado mientras tomaba ropa de su armario.

─Solo me aseguraba de que todo estuviera bien, a quien si deberías agradecerle es al chico, si yo fuera él me hubiera negado totalmente, que miedo lidiar contigo.

El entrecejo de Felix se frunció. "Ya le daré las gracias", pensó para sí mismo. ─No seas exagerado, tampoco es que me vuelva un asesino.

Woojin se guardó sus palabras, no quería discutir sobre eso.

─Tomate el tiempo que necesites para reponerte, descansar un poco no te va a venir mal─. Hablo tratando de cambiar el tema, obteniendo un asentimiento como respuesta.

─¿Ya...ya se fue?─ La pregunta lo hizo sentirse avergonzado, y luego se sintió enojado al sentirse avergonzado, y entonces se sintió más enojado al sentirse enojado por una tontería. A su lado el Beta lo miraba con una sonrisa burlona.

─¿El joven Seo? Si, se fue desde hace un rato, él también merece descansar─. Hablo tratando de cambiar el tema, obteniendo un asentimiento como respuesta.

—Como sea...— Felix regreso a la cama, cerrando los ojos con fuerza.

Mentiría si dijera que estaba un poco decepcionado, una "minima" parte de él estaba esperando que Changbin se quedará un rato más para que pudiera agradecerle y conversar con él como una persona civilizada.

Envuelto entre las cobijas escucho como Woojin salió de su hogar, de cualquier manera se levantó con pereza para comprobar que el Beta ya no estaba más allí, solo así se permitió volver a perderse en sus pensamientos.

Felix siempre creyó que las personas eran un cambio constante de gustos, emociones y pensamientos, ahora era la prueba viviente de ello. Para el lobo era difícil encontrar personas que quisieran pasar tiempo con él más allá de solo mantener relaciones coitales, por ello cuando el chico Seo se ofreció a cuidar de él sin segundas intenciones se sintió querido.

Fue una sensación cálida que paso rápidamente e hizo que cualquier idea sobre lastimar al chico se esfumara. Sus ganas de vengarse de los cazadores que le habían quitado su felicidad años atrás seguía allí, presente y palpable, sin embargo Felix ya no deseaba usar a Changbin para ello.

Más que eso, quería lograr tener la confianza del cazador y que él mismo le contara lo que quería saber, pero incluso cuando habían pasado varios días juntos el comportamiento de Changbin denotaba más compañerismo que ese "algo más" que buscaba Felix.

Por otro lado, Changbin siempre había creído que las otras personas muchas veces eran una perdida de tiempo, y que quemarse la cabeza pensando en ellas no valía la pena, después de todo los cazadores eran individualistas por naturaleza.

Así que cuando se halló a sí mismo sentado en una roca frente al río y pensando en Felix se sorprendió. Es decir, habían ocasiones en donde pensaba en Jisung, o en sus padres, pero no tenía nada por lo que pensar en Felix, ese hombre era extraño. Un día se portaba dulce, luego atrevido, luego desinteresado, luego salvaje y finalmente tranquilo. Era como si tuviera una actitud para cada día de la semana.

Ambos chicos pasaron la tarde perdidos en sus pensamientos, tratando de descifrar sus emociones y la manera de actuar del otro. Pasaron las horas hasta que las tonalidades rosadas comenzaban a cubrir el cielo.

Cerca del río los ojos de Changbin miraban arriba, con pesadez y dolor al sentirse en completamente en soledad sin nadie a quien acudir por un consejo, ignoro los gruñidos de su estomago y permaneció allí, viendo como la luna comenzaba a asomarse.

Dentro de una pequeña cabaña los brazos de Felix colgaban por la ventana mientras que sus ojos estaban analizando el paisaje, buscando alguna respuesta, una pista de que realmente le importaba a alguien, independientemente de que fueran familia o de que el tuviera un rango más "alto" quería encontrar a alguien que se alegrará de sus logros y lo regañará de sus errores, que pudiera besar cada que se sintiera con pocos ánimos y a quien abrazar en las noches en donde el frío era insoportable.

 En sincronía ambos suspiraron, a pesar de estar en diferentes lugares tanto Changbin como Felix disfrutaban de la brisa nocturna y la luz de luna, y en silencio ambos deseaban exactamente lo mismo, alguien a quien poder llamarle amor.

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¿Me perdonan por tardar años en actualizar?

[ 예기치 않은 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora