UNA DESPEDIDA Y UN BOSQUE MALDITO

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/PALACIO DE MARFIL/

¿Alguna vez te has sentido tan extraño contigo mismo, como si tu solo fueras un simple y corriente expectante? Como si el que girara alrededor del sol fueras tú y el planeta se mantuviera estático, sin cambios... Como si tú fueras esa pieza de rompecabezas que nunca encaja... Tan perdido.

Así se sentía Luhan cuando se observó por última vez en el espejo frente a él, sus bellas alas habían desaparecido y su confortable traje blanco, ahora solo era una chompa de punto color champagne y un ajustado pantalón negro... "tierno" había dicho su nana al verlo... "Extraño" había pensado él.

Removió un poco su cabello y suspiró indignado, ya no había marcha atrás, porque para su mala suerte... si se trataba de él.

-Es hora, Hannie- pudo notar por el reflejo del espejo las lágrimas secas sobre la hermosa pálida piel de la mujer a sus espaldas.

-Está bien, madre- susurró y dejó un pequeño beso en su frente, sin permitirse verla directamente.

-Baekhyun y...

-Sí, lo sé- la interrumpió, mientras salía de su habitación dejándola atrás con un nudo en la garganta.

En las gigantes rejas de oro, se encontraban sus dos viejos amigos esperándolo, minutos antes había aprovechado en despedirse de su nana y padre... pero había alguien a la distancia viéndolo con ojos cristalinos y nariz roja como un tomate... "Pobre Junmyeon" pensó "debiste elegir a alguien mejor y menos complicado"... Le brindó una última sonrisa y abrazó a su mejor amigo, para poder entrar a la otra dimensión.

/TIERRA/

La tierra, lugar más hermoso no podría existir, con sus grandes posibilidades, sin guerra, o al menos no una constante... Siempre había amado ese lugar, Corea del Sur, allí había ido por primera vez cuando fue un ángel guardián, Seúl le guardaba hermosos recuerdos... Jamás imaginó que volvería solo para poder entrar a su "suicidio inminente" como lo había denominado Baekhyun.

Era la única manera de llegar, puesto que no debía llamar la atención... Al fin de cuentas ese era el plan, el estúpido plan que no solo él odiaba.

-Es genial saben- soltó un emocionado Yixing, ganándose miradas desaprobatorias, las cuales ignoró- es como si otra vez fuéramos niños... Digo somos algo así como los ángeles guardianes de Lu

- Pero sin Suho- susurró, por lo que Baek rodó los ojos

-Supéralo-

-Me refiero... éramos cuatro no tres- se apresuró a decir

-Hemos llegado- anunció Yixing, quien continuaba ignorándolos, por estudiar cada espacio frente a él.

Una vieja cabaña en medio de la nada, un encantador bosque se habría paso tras ella, parecía tan tranquilo con sus árboles antiguos y con copas espesas, pero los tres conocían muy bien que así no era.

-Oh por cierto, no olvides que solo tú puedes vernos...

-Así que no nos hables si no quieres que te tomen como un demente- molestó juguetón el rubio

-¿Vendrán conmigo?- negaron

-Iremos después, no queremos que nos noten

-Tampoco entraremos contigo, hay una especie de protección invisible contra ángeles, así que nos quedaremos afuera, hasta encontrar la manera de pasarla- el peliplateado asintió y sin más abrió la vieja puerta de madera y entró a la casucha, "demasiado polvo" pensó asqueado

-¿Hola? ¿Hay alguien aquí?- una pequeña y sonora risa se escuchó

-Pero miren que preciosura impuntual nos ha enviado el universo... hace una hora llegó el penúltimo

-Me perdí... en realidad sigo sin entender cómo es que llegué hasta aquí- mintió

Otra puerta se abrió y el camino se hizo presente.

-¿No vendrás?- preguntó el demonio de sonrisa gatuna, que lo esperaba afuera

Dudoso salió y al darse la vuelta la vieja cabaña había desaparecido.

-No te detengas, si te pierdes será tu fin y no planeo ir a buscarte

-Que amable- soltó con ironía

-Para ser tan lindo tienes una gran bocaza- se burló- sin mi morirías en medio de la demencia- el ángel rodó los ojos

-Y ahora se supone que debo decir ¿gracias?- el de ojos rojos continuó riendo

-Me agradas, definitivamente tienes personalidad... Bueno en fin mi trabajo es explicarte el por qué estás aquí... tú tienes la posibilidad de ser la pareja de nuestro sucesor... si es que te elige claro y si no, pues te regresaremos a casa para que continúes con tu miserable vida, pero sin recordar en absoluto estos días... ¿Entiendes?

-Por supuesto suena genial, aun así me parece exagerado poner un "imán" para que todo lo "puro" llegué hasta aquí... digo deben ser demasiados

Fue muy tarde para cuando se dio cuenta de lo tonto que había sido al decir eso, se suponía que él solo era un inocente humano que no sabía nada al respecto.

-Hablas como si tu no fueras uno... pero lo que enserio me confunde es como sigues tan tranquilo, la mayoría pierde aquí... dicen que no pueden soportar el ruido- los pequeños ojos rojos lo observaron poniéndolo nervioso

-Bueno vivo a diario con voces en mi mente

-Vaya no sabía que ahora también atraían a los locos- se burló

-Esquizofrenia- dijo ofendido, no era cierto, pero agradeció internamente a Junmyeon quien siempre le hablaba sobre psicología; cuando el demonio solo asintió y continuó.

El camino no era muy largo, solo unos minutos más y una imponente fortaleza de piedra se hizo presente. La puerta cayó, para servir como puente.

A Luhan le pareció demasiado innecesario, hasta que sus ojos se desviaron hacia abajo donde había un río de lava y cadáveres ~entendió el porqué de ese feo olor~

-Entra... o ya tienes miedo- le molesto el de cabello marrón

-Claro que no- alzó la voz para tapar sus nervios

-Estás demente- dijo antes de dejarlo solo en ese oscuro lugar que desconocía – Oh, por cierto soy Jondae- gritó mientras se alejaba

A tropezones caminó un rato, viendo cada uno de los cuadros que adornaban la pared de piedra... Una pintura en especial llamó su atención, un hombre joven, como de su edad, tenía el cabello color plata y una dulce sonrisa, se parecía a la de su madre. Era el único que sonreía en los dibujos, el resto estaban serios y amenazantes.

ALAS /HunHan/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora