/PALACIO DE MARFIL/
Era una encantadora mañana de invierno, una sin duda alguna, digna de ser fotografiada o inmortalizada en un lienzo. Todo el lugar estaba bañado de blancos cristales de hielo, los cuales brillaban bajo la tenue luz del sol. Una muy fría, en realidad, y silenciosa a no ser por la sublime voz de aquel ángel que cantaba una cuna a su hijo.
El verano no tardaría en llegar y con él, un año en que el corazón de su primogénito late, pero el aliento no vuelve a su ser.
Ha pasado meses llorando sin saber qué hacer, buscando la manera de sacarlo de ese coma, pero cada intento es fallido y los sabios, simplemente le dieron la espalda.
Por otro lado, su esposo a pesar del dolor que lleva consigo, no puede permitirse caer, ya que tenía que guiar al nuevo arcángel líder; pero cada noche, antes de ir a la cama, sin que nadie lo note, se sienta al lado de su pequeño ángel y deja ir todo aquello que no le deja ni respirar bien.
Ambos llevaban su tristeza a cuestas afrontándolas de diferentes maneras, pero hay algo en lo que coinciden, cada que cierran los ojos vuelven a ver con claridad, como Baekhyun llegó con Luhan inconsciente en brazos.
-Tú eres una de las más antiguas aquí... dime ¿qué debo hacer?- Sully se la quedó observando, conocía la respuesta, pero debía buscar las palabras correctas.
El aspecto de Taeyeon, cada que llegaba el nuevo alba, se veía más decadente. Grandes bolsas negras, se habían alojado bajo sus risueños ojos, unos que de "risueños" ya no tenían nada, solo vacío y desesperación habían quedado.
-Mi dulce niña, te he visto crecer, al igual que a tu padre y abuelo, y estoy demasiado segura que de los tres, tú eres la más inteligente...
-¿Y eso qué tie...?
-"La vida se paga con vida"- Taeyeon abrió los ojos como platos, al entenderlo
-S-si tengo que morir, para que él viva lo haré- dijo decidida
-No... tú no morirás
-¿Qué?
-Yo lo haré- la rubia empezó a mover la cabeza en negación, por la que la antigua castaña posó su mano sobre la mejilla contraria, en un intento de tranquilizarla- tú misma lo dijiste, soy de las más viejas aquí, por no decir la única... he vivido más de lo que debería, y no encuentro mejor manera que abandonar este mundo dándole la oportunidad a Hannie de salir de ese estado.
-Pero nana...
-Nada de peros, él te necesita aún, aquí... viva
Sin esperar alguna otra negativa, le dio un fuerte y largo abrazo, con sabor a despedida. Ya lo había decidido y nadie le sacaría esa idea de la cabeza.
-Gracias- susurró Taeyeon alejándose un poco
-Creo que lo mejor será que salgas de aquí- asintió, dejó un último beso en la frente de su nana y se retiró.
La mayor tomó con delicadeza las jóvenes manos, observó una vez más el rostro del dueño, sin poder evitar que una rebelde lágrima resbalara por su mejilla. Cómo amaba a ese niño.
Cerró los ojos y recitó las palabras que ya conocía de memoria, "tantos años aquí una aprende cosas" rio, tras ese pensamiento.
/FORTALEZA DE PIEDRA/
Tenía una fina capa de sudor sobre su frente a causa de la bebida. ¿Cuándo fue la últimas vez que se encontraba sobrio? Ni siquiera lo recordaba.
Entró con pesadez a su alcoba, arrastrando los pies a cada paso; se lanzó sobre la cama y sonrió con molestia al ver su alrededor, todo tan frío y solitario.
Suaves golpes en la puerta le hicieron molestar, por lo cual los ignoró, pero cada vez se hacían más fuertes o era por su estado, no lo sabía y en realidad, no le importaba.
-¡No quiero ver a nadie!- gritó, aunque la intrusa lo tomó como una invitación a entrar.
-Yo creo que querrás ver a "alguien"- dijo su hermana con una dulce sonrisa en sus labios, haciéndolo enojar mucho más.
-No te di permiso de entrar
-Y yo te dije que detesto que bebas- solo gruñó como respuesta, mientras tapaba su rostro con una almohada.
-Solo déjame solo
La pelinegra notó la debilidad en la voz ajena y sintió una vez más como algo crujía en su interior, por lo que hizo lo que le pedía, pero antes se aseguró de que no se quedara "solo" por completo.
Al escuchar la puerta cerrarse, quitó la mullida almohada de su cara y la abrazó, hasta que su borrosa visión distinguió a alguien en la habitación, se sentó como por acto reflejo, sin poder evitar los sollozos que amenazaban con salir.
-Sehunnie- esa voz, su droga, tan tierna, como la recordaba.
Se puso de pie y caminó, chocando con algunas cosas, hasta el dueño.
-Te extrañé tanto- dijo mientras se dejaba embriagar con ese inefable momento.
Sus labios se unieron en un adorable beso, que no sabría describir, porque no fue uno cualquiera, tras el se escondían más de un sentimiento.
"Inefable" si, esa es la palabra correcta cuando se trata de amor.
ESTÁS LEYENDO
ALAS /HunHan/
أدب الهواةÉrase una vez un ángel y un demonio que se enamoraron. De ese prohibido amor nació vida y esperanza. Aunque uno de ellos nisiquiera llegó a saberlo