ROSAS I

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/FORTALEZA DE PIEDRA/

A lo lejos pudo ver luz y se apresuró a ir hasta allí. Un jardín, se alegró de que no todo fuera tan lúgubre, se acercó a una de esas extrañas flores que crecían por montones, no recordaba su nombre, ni haberlas visto antes, pero le gustaban.

Al tacto eran suaves y aterciopeladas, pero Luhan se aventuró a más y su dedo índice salió lastimado. Llevó el lugar afectado a sus labios, tratando de detener el sangrado.

-Desde cuando eligen a personas torpes- soltó alguien con una ronca voz a su espalda, sobresaltándolo, por lo que se dio la vuelta. Chocando con dos ojos color negro que lo observaban con burla- Hasta donde sé, hay que ser demasiado estúpido para coger una rosa sin protección

-¿Rosa?- el intruso frunció el entrecejo

-Esas plantas, son rosas- el más bajo asintió- Para ser un humano eres bastante extraño, en tu mundo hay montones de esas

Odiaba que alguien lo tomara por tonto, pero aquella mirada no le permitía pensar bien y terminó por sonrojarse.

Alto, ¿Luhan sonrojado? Eso no podía ser posible, movió su cabeza en negación ante su extraña manera de comportarse, tratando de retomar su normal compostura.

-Nunca me interesó la botánica- trató de excusarse... respuesta incorrecta, él otro estaba riéndose

-No hay que ser un experto...

-Sehun, ¿qué haces aquí?- la suave, pero autoritaria voz de la mujer de moño, se hizo presente, interrumpiendo a su hijo- Vete a arreglar

Asintió avergonzado, pero no objetó ~ella tenía un muy... muy fuerte carácter~. Dirigió una última mirada a esos adorables ojos color avellana, tratando torpemente de guardarlos en su mente... sin más se marchó

-Ven conmigo- Luhan la siguió sin poder apartar la vista de aquel cabello negro- aquí... una de ustedes ayúdenlo a arreglarse- mandó y las ancianas asintieron tomando del brazo al ángel y haciéndolo entrar.

Quizás si Luhan fuera un poco más observador, hubiera notado las alas incandescentes de aquel extraño, quizás de ser así, no habría bajado la guardia.

-Te vez encantador- alagó la mujer

Llevaba puesto un traje negro de casimir y una capa que iba desde el rojo hasta convertirse en un profundo negro. Sus ojos estaban delineados de negro y pudo notar las sombras carmesí, del mismo color que sus labios... Se veía bien, ~extraño~, pero apuesto.

- Gracias- respondió amable, aunque todo era demasiado oscuro para su gusto

-Es hora- informó una de ellas, cuando el cielo empezó a oscurecer

Los formaron en una fila intercalándolos, puesto que eran cuatro mujeres y cuatro varones.

-¿Todos saben qué hacer?- asintieron- solo queda decir, que la suerte de la luna los acompañe.

Mientras caminaban al viejo salón, Luhan no podía sacar de su mente a ese guapo y molesto chico, pero se obligó a sí mismo a tranquilizar sus nervios imaginando a Suho tomándolo de la mano.

Quizás el nuevo sucesor sea viejo, gordo y detestable, así sería más fácil matarlo, aunque la simple idea le provocaba nauseas.

Vio hacia el techo y noto que en medio de él, había una ventana por donde se veía la luna de plata.

Solo tenía dos opciones, si es que era elegido como pronosticaron los sabios, él tendría más tiempo para mejorar el plan, pero si no era así tendría que matarlo allí mismo, en medio del enemigo.

ALAS /HunHan/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora