Libre-mente

«Ventanilla»

Sonaba la canción de "Ventanilla", era una de esas canciones de las que nunca me cansaba, sonaba en bucle en mi teléfono con frecuencia.
La solía escuchar con Gonzalo, era descubrimiento suyo. La palabra Gonzalo era otra de las palabras que retumbaba en ese momento en mi cabeza. No podía evitarlo, era de esas personas que le da vueltas a las cosas hasta prácticamente volverse loca. Me invadía la incertidumbre, la inseguridad acerca de mis propios sentimientos, el miedo y las dudas. Incluso me preguntaba si Alvaro podría haberme dicho eso porque Gonzalo si que sentía algo por mi. No, era imposible. Sin embargo, una de las frases que una de mis mejores amigas me había dicho una vez ensordecía el resto de mis pensamientos «es fácil que se enamoren de una chica como tú», yo, por supuesto, no me lo creía.
Lucia era una amiga muy especial, se parecía tanto a mi que muchas veces solo con mirarnos sabíamos que estábamos sintiendo. Decidí llamarla
-Hello- respondió una voz alegre al otro lado de la línea
-Hola- dije intentando sonar tan alegre como ella
-Vale ¿que te ha pasado?
Sonreí
-Me da miedo lo bien que me conoces
Lucia río
-Es lo que tiene que seamos como hermanas
-Que suerte tengo- le respondí, esta vez sonriendo de verdad- ¿Podemos vernos hoy?
-¿Starbucks a las 7:30?
-Guay
-Genial, no te rayes mucho hasta entonces- me pidió sabiendo que era imposible
-Lo intentaré

Realmente pensaba que tenía mucha suerte de tener a mi amiga rubia de ojos azules, tan extraordinariamente guapa, su mente se asemejaba tanto a la mía, que me alegraba de no sentirme tan sola.
Todas las imágenes de los momentos con Gonzalo avasallaban mi mente. Las largas tardes de estudio en mi salón, las comidas, las pelis, los cigarros, las canciones, las veces que había llorado desconsolada en su hombro y todas las que había conseguido hacerme reír.
Me empezó a doler la cabeza, fui a la cocina y me tome medio ibuprofeno y las vitaminas, que cada día tenía que soportar tragarme.
-¿Que tal cariño? ¿Estas estudiando?
-Si mamá, no hago otra cosa
-Ya lo se hija mía, ya queda menos
-Yo solo quiero que se acabe esta mierda de año
Se acercó y me dio un abrazo y un beso en la frente
-Cariño te prometo que lo vas a conseguir
Sonreí asintiendo, pero realmente no lo pensaba.