Al salir del colegio, me encendí un cigarro y me dirigí a casa evitando cualquier encuentro inoportuno, pero alguien me alcanzó por detrás sujetándome la mochila y evitando que pudiera avanzar
Gonzalo estaba sonriendo con un cigarro en la mano
-¿Te vas a casa sin mi regalo?
Sonreí con ternura y emoción
-Jo Gon que no hacía falta, ya te dije que no quería nada
-Eres idiota si pensabas que te ibas a quedar sin mi regalo el día de tu cumple
Me llevó a la cafetería antes de que pudiera rechistar y antes de darme su regalo me hizo intentar adivinar lo que era. No podía parar de reírme entre suposiciones absurdas. Al final, saco del bolsillo un sobre, lo abrí nerviosa y saqué dos entradas para "Madrid Salvaje", el festival de rap al que llevaba meses queriendo ir.
Me lancé a darle un abrazo, estaba muy emocionada, como siempre, había acertado increíblemente bien. Me devolvió el abrazo, contento de verme así, me apretó muy fuerte, como si no quisiera soltarme
-Me alegro de que te haya gustado
-Gon eres el mejor te quiero mucho
-Yo tambiénPedimos nuestros cafés y nos pasamos el resto de la tarde hablando, me encantaba nuestra capacidad de pasar de estar riéndonos de cualquier tontería a hablar de temas profundos e inquietantes. Admiraba su inteligencia y por eso me encantaba conocer su opinión acerca de todo aquello que me interesaba: política, religión, sociedad, amor... Muchas veces me quedaba observándole en silencio, escuchando sus argumentos, no era ninguna clase de intelectual odioso si no que incluso con su retahíla de palabrotas y su actitud pasota seguía sonando inteligente, o por lo menos a mi me lo parecía.
Salimos de la cafetería y me acompañó a casa
-¿Vas a hacer algo? Es viernes- me preguntó
-Estudiar- y me reí sonando cansada
-Caye no te dejo estudiar el día de tu cumple
-Gon, tampoco tengo nada mejor que hacer
Se quedó pensando un momento, y de repento me agarró el brazo y cambiamos de dirección
-Te voy a llevar a mi sitio favorito del mundoNo tuve tiempo de reaccionar, tampoco tenia ganas de irme a casa a estudiar así que no me queje, simplemente deje que me convenciera y cambiamos de dirección hacia el centro
Estuvimos una hora entre autobuses y paseos y cuando estábamos en el centro giramos en un callejón oscuro, de esos en los que yo nunca me hubiera adentrado sola, subimos unas escaleras viejas que se encontraban por fuera del edificio, y que, aunque no dije nada, me daban bastante miedo. Después nos colamos por una ventana rota y subimos lo que yo calcule como díez eternos pisos. Por fin Gonzalo abrió una puerta oxidada y salimos a una terraza.
Me quede boquiabierta al asomarme y observar todo Madrid: la gente, diminuta desde ahí arriba, corriendo por las calles, el ruido de los coches, las luces, y el cielo que ya empezaba a oscurecerse.
-Dios mio, que guay- dije bajito
Gonzalo se tumbó y se quedó observando cómo bajaba el sol
-Eres la única persona que ha venido aquí, ¿es guay a que si?
Me tumbe a su lado
-Es increíble
Pusimos música y nos quedamos esperando a que se hiciera de noche
-Esa estrella es mi abuelo- dije cuando vi la primera estrella aparecer traviesa decorando el Cielo. Gonzalo me dio un beso en la frente, sabía que lo había pasado muy mal cuando mi abuelo me había dejado hacia unos meses
-Esa es el mío- respondió el señalando otra
Nos quedamos un rato en silencio
-¿Vienes mucho por aquí?
-Cuando necesito descansar del mundo
-¿Y por que me has traído?
Se quedó pensativo
-Hay gente de la que nunca quiero descansar
Me sentí abrumada, quise darle un abrazo, pero no lo hice. Ya no sabía que estaba sintiendo ni que ocurría entre nosotros, pero desde luego, no quería poner nada en juego.
Sonaba «peer pressure», nos encantaba James Bay. Estábamos en silencio, pero era de esos momentos en los que no hacía falta hablar, y nosotros podíamos estar en silencio sin que resultará incomodo, simplemente dejando pasar el tiempo.
Eran las 11, un viento ligeramente frío nos sorprendió y Gonzalo se acercó a mi, apoyé mi cabeza en su pecho y cerré los ojos, él subió la música, y en ese momento me di cuenta que no me importaba ninguna de mis tormentas, solo estábamos nosotros.Había aprendido la primera regla del amor "el tiempo se detiene cuando estás con la persona adecuada"
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Libre-mente
RomanceAlegría, tristeza, confusión, ansiedad, miedo, dolor, risas, aprendizaje. Adolescencia.