Me desperté cansada, era sábado, mi reloj marcaba las 8 y a pesar de no tener ganas de levantarme lo hice, sabia que no podría volver a dormir. Decidí salir a correr y después de 8 eternos kilométros en los que la música retumbaba a todo volumen en mis auriculares estaba agotada. Seguí dándole vueltas a lo ocurrido la noche anterior. Ya estaba casi en la puerta de casa cuando me llegó un notificación que indicaba que me habían añadido a un grupo de WhatsApp. Una fiesta. Puse los ojos en blanco, no es que no me gustaran las fiestas, me encantaba bailar y divertirme, como a todos los adolescentes supongo, pero fiesta para mi significaba una batalla con mi espejo, y siempre ganaba él. Nunca conseguía gustarme antes de salir de casa.
Entré en casa y me preparé un zumo de lima y te verde con hielo, mi hermana mayor entró en la cocina
-Hello- dijo sonriente
-Hola Inés- le devolví la sonrisa -¿qué haces despierta a estas horas?
-Estoy con todos los finales- y puso su característica cara de querer morirInés era una chica responsable, siempre le había gustado estudiar y era muy trabajadora, aunque tampoco le faltaba inteligencia. En su segundo año de ingeniera aún no le había quedado ni una sola asignatura. Era rubia como yo, su pelo ondulado de caia por debajo de los hombros y sus ojos color miel eran alegres y expresivos, yo siempre la había admirado
La maquina de café comenzó a sonar-¿Me dejas ropa esta noche?- le pregunté
-Si claro ¿que tienes?-me preguntó levantando la mirada de su teléfono
-Una fiesta- dije desanimada
-Pues para ser una fiesta parece un funeral, ¿no te apetece?
-Si bueno, es que ya me estoy imaginando que no voy a saber que ponerme y se me van a quitar las ganas
Mi hermana me miró con ternura, ella sabía bien lo mucho que me odiaba, más de una vez me había acompañado mientras lloraba.
-Yo te ayudo a vestirte y te peino ¿vale?
-Valeee- respondí como si me costara aceptar su propuesta
Me dio un beso en la frente y salió de la cocina con su café9:30 pm
-¡Inés me estás tirando!
-Deja de quejarte pesada- me recriminó mi hermana
-¿Por que gritáis tanto?
Entró Gabi en el baño curiosa, mi hermana pequeña no podía evitar ser una cotilla y yo no podía evitar quererla. Su pelo castaño recogido en una ridícula trenza, sus enormes ojos azules y su desparpajo al hablar no le hacían justicia a sus cortos 6 años.
-Estoy intentando peinar a la pesada de tu hermana- respondió Ines mientras le daba un beso -De hecho creo que ya está, ¿Que tal lo ves?- me preguntó
Me mire al espejo, llevaba un medio recogido trenzado que me retiraba el pelo de la cara y dejaba ver mis ojos verdes, cubiertos de negro y mis pecas. Lo analicé unos segundos-Me gusta- dije sonando todo lo convincente que pude
Inés sonrío, salió del baño para en unos segundos volver a entrar con la ropa que pensaba dejarme.
Me puse el vestido cruzado y unas botas y decidí no mirarme demasiado para evitar la tentación de cambiarme de ropa, sabía que en ese caso acabaría volviéndome loca y revolviendo todo el armario.
Sin apenas mirarme, cogí mi móvil y salí de casa
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Libre-mente
RomanceAlegría, tristeza, confusión, ansiedad, miedo, dolor, risas, aprendizaje. Adolescencia.