Capítulo 21

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— Y para seguir, ¿A caso están locos? ¿Cómo pretenden alejarnos de sus hijos? ¡Ellos son la única buena influencia que tenemos! Me parece injusto señor Malfoy, y con esto, ya lo he dicho todo. —James se sienta en la silla del comedor de la mansión Malfoy y yo no sé si lanzarme a abrazarlo o estrangularlo con mis propias manos.
Scorpius me mira con los ojos bien abiertos mientras que gesticula con los labios que eso no estaba en el plan. Al parecer, James se había emocionado un poco.
Ginny y Harry que de por sí ya estaban incómodos, miraron a su hijo incrédulos y se dispusieron a intentar arreglar aquel desastre.

—Creo que lo que mi hijo quiere decir es que al principio él y la mayor parte de mi familia estaba influenciada por la historia del pasado, pero que por ellos mismos se han dado cuenta de que aquello no tiene que importarles a ellos pues son los que toman sus propias decisiones, y no os estoy obligando a nada pero creo que vuestros hijos tienen que tomar sus propias decisiones. — Y esta es Ginny Potter salvando vidas.

A mi lado, Rose suspira un poco más relajada y mira a su madre la cual asiente convencida, después mira a su padre impasible, el cuál observa una pared como si fuera sumamente interesante. Eso me recuerda a lo que hicimos para convencerle de que viniera.

Dos días antes...

—¿Que queréis que vaya dónde? —preguntó alterado.
—Papá, por favor ¿¡puedes dejar a un lado tus diferencias con los Malfoy y hacerlo por mi!?
—¡Pero si Durmstrang es un gran colegio de magia, seguro que pueden potenciar sus habilidades para la magia oscura! —dijo exasperado.

—¡Escúchame bien pedazo de mmmmm... ¡James Potter suéltame ahora mismo!—exclamé frustrada mientras que Rose me miraba arrepentida y Scorpius solo rezaba por la salvación del mundo mágico.
—Por favor señor Weasley, no hace falta que hable, con tal de que esté allí es suficiente.—explica Scorp.

—De acuerdo, pero alejad a esa serpiente alterada de mí. —dijo señalándome mientras que yo seguía pataleando.

De vuelta a la mansión Malfoy...

—Estáis incumpliendo la promesa que hicimos. —asegura mi padre tajante.

—Si te contara yo el número de promesas que incumplen mis hijos no acabaría hasta el mes siguiente.—responde Harry dando una rápida mirada a sus hijos.
Miro a mi madre esperanzada la cuál mira finamente a James y luego a mí sacando teorías que puede que estén en lo correcto.

—Señores Malfoy sus hijos son increíbles pero no creo que el hecho de alejarlos de nosotros les beneficie a ellos. —termina Rose.

—¿Saben qué? ¡Yo no pienso seguir suplicándoles que hagan algo porque al final no lo van a hacer! ¿Quieren condenar a sus hijos a ese sitio? ¡Pues muy bien! ¡Pero después no vengan llorando diciendo que sus hijos les odian porque entonces me reiré en sus caras y les diré: ¡Ya os lo dije! —grita James enfadado mientras golpea el sillón con una patada seca que hace que se retuerza un poco del dolor pero después hace como si nada.

Me acerco a él dando pequeños y cuidadosos pasos y siento la mirada de todos a mis espaldas, pero no le doy importancia.
Envuelvo mis brazos en el cuello de James y lo atraigo en un abrazo. Él me envuelve fuertemente y yo escondo mi cabeza en la hendidura de su cuello.
Al separarnos veo que Rose está recostada un poco el pecho de Scorpius y espero que nuestros padres hayan captado el mensaje.

Rose se levanta y llega al centro de la sala, luego mira a sus padres.
—Estoy saliendo con Scorpius. Y no pienso dejar que se vaya a Durmstrang, tenéis que entenderlo. —dice para mirar después a los Malfoy.

Ron está sentado inmóvil y sus manos se cierran en puños, pero después se vuelven a relajar y su rostro forma una forzada sonrisa que podría dejarte petrificada del susto.

—Yo lo entiendo.—dice intentando adoptar una serenidad que teniendo en cuenta de que esas palabras casi se le atascan en los labios no ha ido del todo bien, pero Rose las acepta sintiendo que es un buen comienzo.
—A mi no me molesta que Scorp esté con Rose, siempre he sabido que es una buena chica.—dice mi madre sonriendo.
—Tenéis mi apoyo.—sigue Hermione.
Todos nos giramos hacia Draco Malfoy esperando su veredicto.
—Supongo que me podría acostumbrar a ver a una leona en casa. Y respecto a Hogwarts, podéis seguir allí.—susurra vencido.
Todos sonreímos y nos abrazamos.

—¡Ja!¡Sabía que iba a funcionar!—grita Lily con júbilo.
—Antes de venir le estaba entrando un ataque de pánico mientras repetía que estábamos condenados a morir.—dice Albus como si nada a lo que empezamos a reír.

—Y bueno, ¿Qué pasa con vosotros dos?—pregunta Harry mirando alternativamente a James y a mí.
Mis mejillas se colorean casi imperceptiblemente y James se atraganta con su propia saliva.
—Aún están en la fase de negación.—informa Rose sonriente.
—Y más les vale que se queden ahí.—amenaza Scorp frunciendo el ceño.

Hogwarts, este año va a ser emocionante.

Inalcanzable DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora