Capítulo 22

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Después de unas vacaciones bien merecidas vuelven las clases en Hogwarts. Los chicos llevan aquí desde hace un mes y todo ha vuelto a la normalidad, excepto por un par de cambios.
Malia Malfoy es más cercana a James y aunque sus primos al principio no se fiaran de ella, ahora la están convirtiendo en una Moderadora muy respetada.
Por otra parte, este mes también ha estado marcado por mis visitas a la sala común de Slytherin, en la cual al principio me sentía un poco incómoda, ahora la mayoría de las tardes las paso allí con Albus y Scorp.

Los tres nos dirigimos al salón porque la directora McGonagall ha especificado estrictamente la presencia de todas las casas de Hogwarts, algo que está poniendo muy nerviosos a todos los alumnos.
Mi vista se centra en Malia mientras pasa por mi cabeza el por qué de tanta emergencia, ella por su parte se encoje de hombros como si me hubiera leído la mente.

Las puertas del Gran Comedor se abren y la directora las cruza con un porte de elegancia, rigidez y a la vez incomodidad, algo que no es normal ver en ella.
Los alumnos enseguida se sumen en silencio absoluto y siguen con sus ojos curiosos todos los pasos de la profesora hasta el atril.

—Alumnos y alumnas, sé que estarán deseando saber el por qué de esta reunión, y antes de empezar a explicarlo, necesito que se mantengan callados hasta que haya dicho todo lo necesario, después, vendrán las dudas y las resolveré de forma calmada. ¿Entendido?

Los alumnos asienten en silencio y a mí me recorre una sensación que no es para nada buena.
Miro a James el cuál me sonríe tranquilizadoramente y presto atención a la directora.

—Hace años, una especie de torneo era jugado por magos de diferentes escuelas, aquel torneo fue considerado peligroso por las pruebas que ponían en riesgo a los alumnos.
Ahora, el torneo de los tres magos se ha vuelto a proponer, aumentando así la seguridad y bajando el nivel de peligro de las pruebas, ha sido aprobado por el Ministerio de Magia y este año Hogwarts participará junto con Durmstrang y Beauxbouton la sede del torneo a la cual iremos.

Los alumnos que deseen participar tendrán que tener a partir de quince años y tendrán una semana para pensarlo.

También tengo que decirles que hay otro cambio respecto al torneo que se hacía con anterioridad y es que saldrá un ganador de cada casa de cada escuela, por lo tanto, Hogwarts tendrá cuatro participantes, uno de cada casa.

El torneo empezará a principios de Noviembre por lo que todos los alumnos a partir de quince años irán a Beauxbouton mientras que los demás se quedan en Hogwarts dando clases. ¿Alguna duda?

Simplemente no me puedo creer lo que está pasando, el torneo solo trajo desgracias y el tío Harry es consciente de todo eso.

—¿Es que acaso no sabe que el torneo solo trae problemas?—pregunta Malia alzando la voz.

—Las pruebas han sido aprobadas por el Ministerio—dijo McGonagall.—Si no hay nada más que objetar les deseo suerte y les aseguro que en ningún momento peligrará vuestra seguridad.

Albus, Scorp, James, Malia y yo nos sentamos en un árbol de los jardines de Hogwarts mientras que coincidiamos que McGonagall se había vuelto loca.
Pero analizándolo todo, veía a James muy callado él miraba al suelo concentrado mientras que los demás hablábamos y al parecer Lia también lo había notado.

—¿Jammie?¿Qué es lo que pasa?—preguntó preocupada.
—Quiero apuntarme al torneo.—respondió seguro mientras los demás le mirábamos atónitos.
—Quiero hacer algo por mí mismo y demostrar que puedo hacer cosas por mi cuenta sin que importe el hecho de ser el hijo del niño que sobrevivió.

—Yo, yo creo que también quiero entrar en el torneo. Tengo que limpiar la imagen de los Malfoy, ¿Sabéis?

Miro a Scorp incrédula y la cabeza me da vueltas.
—¡No tienes que demostrarle nada a nadie!—exclamo histérica.
—No pretendo que lo entiendas. —dice de forma amarga.

Una semana más tarde...

Han sido los siete días más largos y tensos de Hogwarts.
Rose ha dejado de hablar con su primo y Scorp. Se negaba a aceptar que iban a inscribirse.
Y yo, a pesar de que estaba enfadada no podía alejarme de James, porque ahora más que nunca necesitaba apoyo.
Su padre al enterarse de todo le exigió a McGonagall que lo convenciera para que dejara atrás esa idea suicida, pero ya era demasiado tarde, su nombre ya estaba puesto.

—Alumnos de Hogwarts procederemos a saber quienes son los elegidos para el torneo.
De la casa de Hufflepuff: Emma Bloom.
Una joven chica rubia de aspecto delicado pero decidido se subió al estadio y miró a los demás con una sonrisa victoriosa.
De la casa de Slytherin: Scorpius Malfoy.
Y ahí fue cuando mi corazón se rompió en mil pedazos.
De la casa de Ravenclaw: Thomas William.
De la casa de Gryffindor: James Sirius Potter.
Y mi corazón se vuelve a romper.
—Y...¿Rose Weasley?

Inalcanzable DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora