Ojala pudiese decirte que te acerques un poco más a mi y me beses cálido, me abraces suave y te rías fuerte, ojalá pudiese decirte que no te voy a lastimar y vamos a terminar el resto de nuestras vidas uno al lado del otro observando como la eternidad se nos escapa por entre los dedos, ojalá pudiese hablar de finales felices, de bodas con vestidos largos y soberbios y de música alegre hasta el fin de nuestros días. Pero no puedo. No puedo porque estamos condicionados a sufrir, nuestra inmunda condición humana nos hace querer verle el fin a todo, querer que termine delante de nuestros ojos porque nuestra limitada mente no entiende de para siempres. Estamos condicionados a sufrir, a lastimarnos, a sangrar y a desear no habernos conocido porque es el amor que plantean, el amor desgarrador de una noche de llanto y el suicidio por el no querer volver a amar. Nadie habla de amores chiquitos, de miradas cómplices, de besos suaves, de abrazar a escondidas porque el sentimiento de sentir puede más que el miedo a ser descubiertos, de reírnos y no hacer más que mirar las estrellas agarrados de la mano. La condición que tenemos es amar hasta el extremo, pero hoy quiero romper esa condición y quiero querer despacito, sin lastimar, ayudando a crecer. Si el amor es entrega te doy la paz que tengo, si el amor es pérdida espero perder mis miedos. Y quiero decirte que te acerques un poco más, que no te voy a lastimar, pero la verdad es que es sólo lo normal, lo que no se puede evitar. Y si te lastimo espero que entiendas que es esta estúpida condición humana que me hace pensar que todo tiene un final y también entendete a vos cuando te duela porque es esta estúpida condición humana de dejar que los finales siempre nos hagan mal. Somos humanos y estamos condicionados para lastimar, pero hoy acercate a mi, olvidemonos nuestra condición y vamos a querernos despacito y besarnos rápido, como si no supiesemos que estamos destinados a sufrir.