¿Mi Hermano?

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-No quisiera interrumpir este momento, pero no puedo permitir que mates a la chica…No sin antes haberte enfrentado a mí, Lucy Heartfilia.- Dijo aquella voz en un tono serio, captando la atención de Lucy, quien lo miro con desprecio y aun con su hombro herido pudo mantenerse en posición de ataque.

-¡TÚ! ¿QUÉ HACES AQUÍ?- Pregunto Lucy aun con la furia en su ser, ella no esperaba que nadie interviniera pero no pensó que el que la encontrara fuera aquel chico rubio ojiverde sosteniendo sus pistolas y con una mirada muy arrogante, Lucy si quería cumplir con su deseo de venganza, tendría que eliminar a los que se metieran en su camino y ahora había un nuevo oponente: Fabio VanCorr.

-Como dije en un principio, vine a detenerte Lucy Heartfilia. Tus días de asesina terminaron, te sugiero que te levantes y me des la cara para poder ver tu rostro.- Dijo con una voz muy grave Fabio sosteniendo sus dos pistolas apuntando a Lucy, la rubia sintió una rabia muy grande, de todo lo que podía pasar esta era la menos impredecible por más que decir la más molesta, un chico que apenas conocía fue quien evito que ella sellara por fin su venganza. Lucy se levantó de donde estaba aun con Lisanna muy aterrada por la actitud de la rubia, Lucy dio la vuelta y observo a Fabio como este no se estaba acobardando ni nada de eso, una mirada muy segura de si mismo reflejaba, Lucy tendría que deshacerse de el para poder continuar.

-Cometiste un error muy grande, tu valentía y estupidez te va a costar muy caro, ahora…desaparece ¡REGULUS IMPERIA!- La misma técnica que Lucy había ejecutado volvió a aparecer, esta vez debajo de Fabio se encontraba el circulo dorado, Fabio retrocedió unos pasos y miro al cielo, observando que el halo de luz iba a caer sobre, pero él tenía un truco bajo la manga.

-No lo creo Lucy.- Dijo Fabio desenvainando la Sword Kaiser, la espada de su familia y cuando el halo de luz impacto contra Fabio, el rubio se protegió el inminente ataque con la hoja de la espada, Lucy se impresiono al ver que aquel muchacho se defendía con esa espada, era obvio que esa arma era especial. Fabio en un esfuerzo sobrehumano, desvió el halo de luz hacia el mar haciendo un impacto profundo. Fabio reflejo una sonrisa de orgullo ante una Lucy muy incrédula.

-¿Cómo es que desviaste a Regulus Imperia?- Pregunto muy escéptica Lucy al ver la formidable arma con un gran poder defensivo.

-Sword Kaiser, es un arma de la herencia de mi familia, los VanCorr. Forjada por un mago y adornada por mi bisabuelo, esta espada puede bloquear, cortar y destruir cualquier estilo de magia conocido, incluso tu Regulus Imperia. Eres muy poderosa, de tan solo ver su alcance, me hace pensar que no eres de solo palabras, Alguien como tu debería estar en el consejo o ser maestra de un gremio y no ser una mera fugitiva, me asegurare de que sea rápida tu muerte.- Dijo Fabio tomando la espada con ambos brazos y listo para atacar. Lucy veía la determinación de Fabio, eso le parecía fascinante. La rubia invoco su espada mágica, la misma que había usado para asesinar a Cobra.

-Eres valiente, nadie en el pasado había superado mi magia y menos una tan poderosa como Regulus Imperia, pero aun así no me sorprendes para nada. Fue una equivocación meterte en donde no te llaman y caerás ante mi espada, te lo puedo asegurar.- Dijo Lucy tomando firmemente su espada ante el desafío de Fabio.

-¿Qué esperas entonces?- Dijo Fabio con una sonrisa en su rostro, los dos rubios se dispusieron a atacar sin cuartel, ambos jugándose la vida y el orgullo. A centímetros quedaban después de emprender carrera y ambos chocaron sus espadas haciendo un gran destello de luz, ninguno de los dos retrocedía y forcejeaban para poder imponer su dominio.

-Las dos espadas están hechas con el mismo metal y con el mismo poder mágico, es obvio que no se destruirán cuando estén en contacto con la otra. Estamos estancados.- Dijo Fabio al ver que la Sword Kaiser no podía atravesar el arma de Lucy, sin embargo la rubia tenia también sus trucos bajo la manga.

Ya no soy lo que eraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora