Ya no soy lo que era

Siempre Unidos

Lucy caminaba mientras escuchaba los gritos de dolor y sufrimiento de Lisanna, mientras mostraba una sonrisa malévola en su rostro, después de unos pequeños instantes la rubia había llegado a la casa por el gran agujero, ahí pudo ver a Loke con el niño durmiendo como un angelito, Lucy sonrió al ver a su hijo tranquilo.

-Es todo un buen niño Lucy, no lloro en todo el día.- Comento Loke tocando su cabello "albino" pero con su magia celestial transformo el cabello de Lucio al color rubio de su madre, Lucy se sentía más orgullosa con su hijo al portar el cabello rubio de los Heartfilia.

-Me alegro por eso Loke…es hora de irnos con mi hermano, no quiero preocuparlo.- Dijo Lucy al ver que su llave Oni brillaba al decir que todo estaba hecho, Loke solo asintió.

-Está bien Princesa si me necesita, apareceré lo más rápido posible.- Con esas palabras Loke desapareció dejando a Lucy con su niño durmiendo, la maga celestial comenzó a tocar su frente y a taparlo bien por el frio, era hora de irse.

-Mi bebé, espera que conozcas a tu tío y a sus amigos…te gustara esta nueva vida.- Lucy dijo con una enorme sonrisa, ya era el momento de irse, pero al momento de tomar a Lucy algo andaba mal, Lucy vio como sus manos eran literalmente como fantasmas, ya que atravesaban a Lucio como si nada, Lucy lo volvió a hacer otra vez pero sin éxito preocupando a la rubia quien con desesperación trato de tomar a Lucio sin éxito alguno.

-Pero que… no…no puedo…! QUE ES ESTO! ¡NO PUEDO TOMAR A MI HIJO!- Lucy comenzó a desesperarse al ver que no podía tomar a su hijo, un brillo verde cubrió a Lucy mirándose como un espectro, la rubia trato de hablar pero vio que no podía, se había quedado muda y era por algo extraño, Lucy en su mente trato de descifrar las cosas.

"No…no puedo hablar…¿Qué me está pasando?...mis manos se están desvaneciendo ¿Pero qué demonios?"

La Venganza de Santa Lucia.

-¡QUIN! ¿Qué tienes?- Mientras que en el barco, Michelle pregunto de forma desesperada a Quin quien estaba de rodillas respirando agitadamente y con sus brazos extendidos, la rubia de cabello rizado trato de ayudarla a levantarla.

-Me he excedido Michelle…ya pasaron los cinco minutos…- Susurro Quin, con esas palabras Michelle miro el portal viendo que era tiempo de que Lucy volviera, pero algo pasada, algo no contemplado.

-Y ¿Qué pasara con Lucy- nee?- Pregunto Michelle preocupada por Lucy y su niño, Quin trato de reconfortarla.

-Ella volverá, pero…- Corto muy abruptamente la albina al trata de concentrarse, dejando a Michelle con la duda.

-¿Pero qué?- Pregunto desesperadamente Michelle, Quin comenzó a tener preocupación y muy molesta se puso ante…su impotencia.

-No podrá llevarse a su hijo.- La voz de Quin termino quebrada, Michelle solo se sorprendió al instante y ella se puso molesta.

-¿Por qué no puedes? ¡Quin tienes que hacerlo! Todo por lo que Lucy-nee espero y por lo que busco para que pase esto ahora…No puedes hacerle eso a Lucy.- La chica de rizos dorados le replico a Quin, la albina intentaba por todos los medios poder hacerlo, pero su técnica tenía muchas restricciones.

-Es que trato de hacerlo, pero no puedo. La tele transportación Astral es una magia que apenas y puedo controlar, solo una persona puede pasar por el portal y regresar, sin embargo no puede traer nada del otro lado y me es difícil mantener la concentración ahora, lo intento pero…no puedo.- Quin trato de mantener el portal abierto para Lucy con la condición de que ella debía volver sola, Michelle vio como estaba muy afligida la chica de los ojos pantanosos y solo se podía esperar.