Valmar

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Despertó muy tranquilo por la mañana. Estaba un poco emocionado por saber que acontecería ese día. Las chicas hablaron de eso toda la semana. Era día de San Valentín y tanto Daenys como Angelic, estaban emocionadas por saber si alguien les daría un regalo o una carta de amor y sobre todo por ver si existía alguna celebración en el castillo. Raine al contrario, creía que solo era un tonto día más, aunque conociéndola bien, seguro aprovecharía el día para divertirse un poco. Se levantó de la cama, algunos de sus compañeros ya no estaban ahí y otros seguían profundamente dormidos. Cambió su ropa y salió del dormitorio.

La sala común de Ravenclaw no tenía nada fuera de lo normal, parecía igual de ordinaria que todos los días. Lo único que resaltaba es que algunas parejas, estaban sentadas en los sofás, compartiendo algunos regalos y comiendo dulces juntos. Valmar no les prestó mucha importancia y atravesó el lugar para dirigirse a desayunar al gran comedor. Bajó las escaleras lo más rápido que pudo y aún así tardó más de lo normal en llegar, ya que muchas chicas bajaban muy emocionadas y llenaban las escaleras.

Cuando entró al gran comedor se llevó una gran sorpresa. El techo tenía un color azul pálido y de él caía confeti en forma de corazón y las paredes estaban tapizadas con flores de un rosa chillón. El color rosa había permanecido neutro en cuanto a sus gustos, sin embargo, en ese momento lo irritaba un poco. Las sorpresas no acabaron ahí. Pues notó que sus amigas ya estaban sentadas cada una en su mesa correspondiente, lo cual era algo extraño. Lo normal era que Angelic siempre fuera la primera en levantarse y llegar, después seguía Valmar, y al final Daenys y Raine. Las saludó con la mano y fue a sentarse a su mesa. Hubiera deseado que el profesor Dumbledore también les diera permiso de sentarse en cualquier mesa por ser un día festivo.

— Hola Valmar— Su compañera Luna Lovegood lo saludó.

—Que tal, Luna ¿Al igual que todas estás emocionada por el día?— El chico intentó hacer plática.

— No realmente, pero la decoración es bonita.— Luna miraba alrededor

—Me alegra que no todas las chicas tengan la cabeza en las nubes — Valmar lo dijo a modo de broma, pero su compañera no mostró ninguna señal de diversión.

— Quizá es por que fueron atacadas por torposoplos... ¡Oh mira!— El chico no tuvo tiempo de contestar algo, y aunque sonara raro, esta vez no sabía que decir, pues no conocía nada acerca de los torposoplos.

El profesor Lockhart se levantó de la mesa de profesores. Portaba una túnica de un rosa vivo, muy acorde a la decoración.

— ¡Feliz día de San Valentín!— Comenzó a decir el profesor Lockhart— ¡Quiero dar las gracias a las cuarenta y seis personas que me han enviado tarjetas!— Valmar miró de lejos a Angelic, y aún así notó que se ruborizó cuando el profesor dijo eso. — Si, me he tomado la libertad de preparar esta pequeña sorpresa para todos ustedes... ¡Y la cosa no acaba aquí!— Dió una palmada y por la puerta pasaron docenas de enanos con alas doradas y arpas. — ¡Mis amorosos cupidos portadores de tarjetas! ¡Durante todo el día de hoy recorrerán el colegio ofreciéndonos felicitaciones de San Valentín!...—

El profesor continuó hablando pero Valmar ya no le prestó mucha atención. No sabía si era normal que a los chicos de su edad aún no le interesaran esas cosas, pero así era él. Cuando terminó el festín, camino a ver a sus amigas para platicar antes de iniciar las clases.

— Hola chicas — saludó.

— Ahora no Val, queremos saludar al profesor Lockhart — Angelic iba tomada de un brazo con Daenys, y por el otro llevaba a Raine casi a rastras.

—Valmar, sálvame, ¡por favor!— Raine movía las manos suplicando ayuda

—Vamos, tu tienes experiencia con los chicos, deberías acompañarnos— Daenys parecía estar igual de emocionada.

Hogwarts es más que el elegidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora