Capítulo 5

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Valentina

"¡Tienes que estar bromeando!"

El grito me despertó a temprana hora e instintivamente busqué mi cuchillo debajo de mi almohada, solo que no estaba. Eso me recordó donde estaba y quien gritaba. Era Juliana. Estaba de pie encima de mi, mirándome furiosamente. Si las miradas pudieran matar yo ya habria tenido una muerte lenta y agonizante. Estaba enojada porque me habia quitado las esposas en la noche pero no tenia opción, el suelo era duro y mi postura no ayudaba.

"¿Donde esta?" dijo tomando mis sabanas y sacudiéndolas rápidamente

"¿Donde esta que?"

"¡Lo que sea que hayas usado para quitarte las esposas!"

"Esa es una buena pregunta" reflexioné "No puedo decírtelo" dije conteniendo las risas por lo frustrada que estaba.

"Lo que faltaba" dijo en un tono más bajo pero con la misma intensidad "Tendré que decirle a cap que rompiste la regla" y salió de la tienda.

Mi corazón se detuvo al escuchar eso, así que corrí tras ella "¡Espera Juliana!" en mi apuro y pánico prácticamente tropecé por la puerta. Lucho estaba sentado cerca de la fogata, observando con curiosidad, y cuando me caí me miró y se rió del espectaculo, lo ignoré y seguí "¡Juliana por favor!" Se detuvo para mirarme cruzándose de brazos "No le digas a cap, lo siento es tan incomodo en el piso, con las esposas apenas y puedo dormir".

"¿Me veo como que me importa?" pregunto de manera insensible.

"No, pero no se que más quieres que haga"

Me miró por un rato y su semblante cambió un poco "Quédate con Lucho" dio la vuelta no sin antes agregar "Iré con cap, tienes suerte de que esta vez no le diré"

Me quedé ahí parada, mirando como se perdía entre los arboles. Cuando la dejé de ver la ira se apoderó de mi, a ella no le importaba para nada lo que yo tuviera que decir. Todo lo que hacía era juzgarme sin saber por lo que había pasado, sin saber las cosas que había tenido que hacer.

Apreté mis puños y caminé hacia un pequeño montón de hojas secas, las recogí y fui en dirección a la tienda "Bien" dije pasando a un lado de lucho "No quiere ayudarme, entonces haré mi propia cama". Las dejé caer por el suelo y volví por otro montón.

"¿Sabes que Juliana se va a volver loca verdad?" preguntó asomando la cabeza.

"Me da igual" dije dándole al follaje forma de cama

Desde el interior podía oírlo reir "Tenerte aqui ha sido la cosa más divertida desde el apocalipsis"

"¿Qué es divertido?" preguntó otra voz, estaba segura que era Juliana pero no me iba a detener

Queriendo hacer como si no fuera la gran cosa, me tendí sobre mi nueva cama, doblé mis manos detras de mi cabeza y trate de relajarme. Honestamente no era tan cómodo como lo habia imaginado, ya podía sentir las pequeñas ramas picarme la espalda. No valía la pena el problema que causaría.

Juliana entró y pude sentir la tensión cuando me miró "¡Valentina!" gritó, y un segundo después, antes de que pudiera abrir un ojo, me levantó de las hojas y me echó por la entrada. Estaba tan enojada que sus puños ya estaban volando hacia mi cara, esquivé algunos y tomé sus muñecas con fuerza, tratando de evitar que se liberara y agregara golpes a mi cara aun lastimada.

Mi primera reacción al asegurar sus manos fue disculparme de nuevo, pero no queria hacerlo. Decirlo significaría arrepentirse de haber puesto las hojas en la tienda. Significaría admitir que estaba haciendo algo mal todo el tiempo. Simplemente no quería que ella supiera que ahora me sentía mal, porque de todos modos me odiaría. Lo que quería es que me perdonara, y no era así como lo conseguiría.

No me dejes (juliantina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora