Valentina
"¿Cuál es el plan?" le pregunté a Juliana que acababa de entrar a la tienda.
"Cap quiere que los civiles se tomen el día para estar con sus familias".
Se veía mejor que la noche anterior, aunque le faltaba descansar y aún veía el dolor en sus ojos. Deseaba decirle que estaba siendo demasiado dura consigo misma, que ella y todos los demás hicieron lo que pudieron, pero sabía que no funcionaría.
"¿Y nosotras?" pregunté con curiosidad mientras me estremecía al sentir el contacto de la ropa con mi quemadura, el hecho de ponerme la chaqueta ya era irritante.
Al ver que ya estaba lista, se puso de pie y salimos "Podemos ver primero a Camilo, y el techo de otra cabaña se cayó, lo arreglaremos".
Mire hacia arriba observando el cielo gris de media mañana "Parece que nevará de nuevo".
"Por eso tenemos que hacerlo hoy" llegamos a la cabina y vi como se encogía al ver a todas las personas heridas que aún quedaban, sin embargo ninguno estaba mordido, sufrían otro tipo de lesiones "¿Cómo estás?" le preguntó al doctor.
"Mejor ahora que hay espacio para respirar" respondió con una sonrisa apenas aliviado "Solo tenemos que vigilar a los pacientes restantes para que sus heridas no se infecten".
"¿Tienes suficientes antibióticos y esas cosas?" él asintió "¿Cuál fue el número exacto?"
Ante esto Camilo se quitó los lentes y dejó escapar un suspiro de decepción y no estaba segura de que 'numero' hablaban hasta que dijo "Setenta y tres" Juliana se llevó las manos a la cabeza y respiró hondo "¿Cómo mataron a tantos tan rápido?" preguntó al ver que ninguna decía nada.
"De eso quería hablar, había veinticinco infectados en ese clan, nunca vi uno que pasara de quince".
"¿Crees que estén...organizándose?" comentó pensativo.
Ella se encogió de hombros "Cuando lo dices así suena loco".
"¿Y si no es tan loco?" interrumpí, ambos me miraron curiosos "Piensen en Darwin".
"¿Supervivencia del más apto?" aclaró
"Supongo que seis años son suficientes para que haya un cierto nivel de selección natural" Camilo hizo un gesto de aprobación.
"Piénsenlo, al principio comían todo lo que podían, no tenían que competir por la comida".
"Y ahora que la comida escasea se están adaptando" pasó una mano por su blanca cabellera "No, la adaptabilidad necesita conocimiento".
"Camilo ellos duermen" dije con urgencia "Siguen siendo diurnos y anoche hicieron un progreso, si eso no es conocimiento leve no sé que es".
"¿Se están volviendo más inteligentes?" preguntó sorprendida.
"O comienzan a hacer uso de razón" respondí.
Su rostro se tornó pálido "Camilo en cuanto veas a Cap dile que cuando el segundo escuadrón regrese limpiaremos la base".
Después de que él asintió me sacó de la cabina y empecé a seguirla hacia las cabañas.
"¿Y si es verdad?" consideré "Quizá si se están adaptando".
"Todo este asunto me está volviendo loca" bufó, al llegar tomó una pala y me la pasó "Toma, aquí solo hay una así que nos turnaremos".
"Claro dame el trabajo más arriesgado" protesté en voz baja dando un paso cauteloso en la cabaña, estiré la pala hacia arriba tocando el techo que quedaba "¿Esto es seguro?"
Juliana entró después empujando una carretilla y una vez que la colocó al lado de un montón de nieve saltó para sentarse en una mesa "Los muchachos ya quitaron el resto de la nieve, está bien".
Hice mi primer puñalada en los escombros "Te ves bonita ahí sentada" dije con sarcasmo.
"Voy a tirar la carretilla después de que la llenes" rió
Llene la carretilla dos veces hasta que mis brazos no pudieron más, trabajos como ese eran nuevon para mí, decidí tomar un descanso y le entregué la pala, ella la tomo con el ceño fruncido, lo que no me molestó ya que se veía tierna.
Trabajó en silencio por unos minutos hasta que preguntó "¿Cómo es posible que derribes a un tipo como Sergio pero no puedes usar una pala por más de cinco minutos?"
"Cuando luchas no se trata solo de fuerza" aclaré "Y no todos somos atletas estrella como Juliana Valdés".
"No se necesita talento para usar una pala" sonrió "Me sorprende que recuerdes mi apellido".
"Recuerdo muchas cosas de ti"
"También recuerdo el tuyo, Carvajal" dijo mientras movía las cejas.
Suspiré alegremente pero luego baje la mirada, esos besos, miradas, toques ya empezaban a confundirme, parecía que todo era un juego pero que jamás acabaría, me sentía estancada.
Pareció notar mi incomodidad y se acercó "¿Estás bien?"
"Juls ¿qué somos?" pregunté encontrándome con esos ojos marrones, en los caía cada día más.
Suspiró y en lugar de decir algo sus dedos de deslizaron entre los míos y se curvaron suavemente alrededor de mi mano, fue más una respuesta de la que había esperado así que después de escanear su rostro buscando alguna señal de protesta, me incliné hacia adelante presionando nuestros labios con cuidado, envolvió su mano libre en mi cuello para acercarme más y el beso se profundizó.
Había algo que me hechizaba detrás de cada movimiento de sus labios, detrás de cada toque de su lengua. Quería que me besara así cada vez, lo hacía como si no tuviera suficiente. Así era su arte, y su alma estaba en él.
Mi mano cayó a su cintura y después de deshacer hábilmente el botón de sus jeans, dejé que mi mano vagara bajo su ropa. El momento que la toqué su mano se tensó y respiró profundo, estaba tan callada, de vez en cuando soltaba pequeños gemidos, pero todo lo demás en ella rogaba que no me detuviera. Tuve que presionarme más fuerte contra ella para mantenerla en su lugar porque estaba presionando sus caderas con demasiado fervor en mi mano, si era posible me besaba aún más apasionadamente, más desesperadamente.
Pero claro que no iba a durar.
"¿Juliana?" habló una voz profunda y familiar "¿Todo bien?" ella se apresuró a rehacer el botón y terminó justo cuando Sergio entró "Escuche gritar".
"Si, todo bien" dijo sonrojada, definitivamente se asustó por casi ser atrapada, pero ahora había un miedo desconocido en sus ojos "Bueno eeh, tengo que ir a hacer...cosas" salió casi corriendo sin mirarlo.
"Maldición" susurré enojada, siempre metiéndose en el maldito camino. Caminé hasta la entrada para ir tras ella pero cuando pasé junto a él, me agarró del brazo.
"Mantén las manos alejada de ella".
"Ella no es tu novia" respondí furiosa "Y lo que hago o no con mis manos no es asunto tuyo" intenté alejarme después de eso pero aún me agarraba, dejé que me mirara durante unos segundos para hacerle saber que no le tenía miedo "Suéltame".
Con una mirada rebelde me empujó y corrí a la tienda para ver si Juliana había ido. Estaba ahí sentada, con la mirada perdida en algún punto, supuse que tal vez se había enojado de nuevo así que me acosté en mi cama sin decir nada.
Fue uno de los silencios más raros que había experimentado hasta que se aclaró la garganta para obtener mi atención.
"Espero que eso haya contestado tu pregunta" dijo un poco tímida.
Suspiré aliviada y reí "Claro que lo hizo" sonrió levemente y para alivianar el ambiente agregué "Casi nos atrapan ¿eh?"
Comenzó a reír mientras asentía y se cubría la cara "Y justamente él"
Hablamos entre risas hasta que anocheció, eso era lo que había estado buscando, un lugar sin estrés, ni peleas ni infectados. Ahí dentro, en esa pequeña tienda, se había convertido en nuestro lugar seguro, donde lo exterior no importaba mientras estuviera con ella.
Fue una noche bonita.
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No me dejes (juliantina)
Science FictionSeis años después de que una infección cambió el mundo por completo, Juliana se verá obligada a debatir entre la guerra o el amor, mientras Valentina enfrentará a su oscuro pasado. En un mundo donde no hay esperanza, lo que queda es aferrarse a uno...