No me dejes (juliantina)

Capítulo 23

Juliana

"Creo que podemos dividirnos en estas áreas" dije sosteniendo mi linterna sobre el mapa "Hay varios cuarteles despejados en esta zona, esos pueden ser para los civiles". 

"Aun queda una línea de casas por limpiar" Peña intervino revisando con su linterna.

"Entonces nos separamos, si tus hombres se encuentran con un grupo que los supere en número váyanse, no podemos arriesgarnos más" miré a los demás "No se ustedes pero ya podría dormir en una cama de verdad" se entusiasmaron y empezaron a cargar municiones.

"Estén atentos a la radio, cualquier cosa extraña que vean no duden en avisar" siguió Peña, vi de reojo a Val mirando nerviosa la ventana "Tomen sus cosas y vamonos".

Doble el mapa y lo metí en mi mochila, fue un viaje corto y las casas no eran muy grandes, eran más como dormitorios universitarios así que no gastaríamos mucho tiempo. Al llegar trate de abrir la puerta pero esta no cedió, normalmente la habría pateado pero causaría mucho ruido, tratando de encontrar una solución mis ojos encontraron con otro par, olvidé por completo que ella siempre estaba preparada para cosas como esta.

"¿Tienes tus pasadores?" señalé la cerradura.

Sacó uno de su pulsera arrodillándose frente la puerta "Mantén tu luz encendida".

Movía sus dedos rápidamente pero con firmeza, e hizo esta cosa linda cuando estaba concentrada donde la punta de su lengua sobresalía a un costado de su boca, nunca lo había notado antes. Hubo un clic cuando la abrió y empujó la puerta, entré detrás del escuadrón pero ella no se movió, estaba parada viendo hacia la oscuridad, como si algo hubiera captado su atención.

"Psst" llamé, avanzó y entró, negando a apartar los ojos hasta que la puerta bloqueo su visión. Llegamos al pasillo encontrando alrededor de veinte puertas, todas cerradas.

"Señora" Rojas preguntó "¿Quieres que pateemos las puertas?" en respuesta le di a Valentina una sonrisa suplicante.

El momento que reconoció mi intención miró varias veces el pasillo, luego a mi con incredulidad "¿Estas bromeando verdad?"

"Sería bueno si no entráramos por la fuerza".

Suspiró caminando a la primer puerta, sin embargo cada que terminaba de abrir una, la habitación anterior ya había sido despejada, después de diez puertas noté que se estaba cansando.

"Esperen aquí mientras ella termina con el resto" dije a mis soldados, no quería que sintiera tanta presión.

"Gracias" suspiró arrodillándose en vez de ponerse en cuclillas, sus piernas deberían estar cansadas.

"Tomate tu tiempo" me recargué en la pared mientras se concentraba en la cerradura, seguía sacando la lengua y no me importó observar esa nueva peculiaridad "Me sorprende que hayas ido tan lejos sin parar" admití tomando un pasador, lo examiné unos segundos antes de sugerir "¿Puedes enseñarme?" no solo le daría un descanso, también aprendería una nueva habilidad.

"Claro" me agaché a su lado "Tienes que darle a este un poco de tensión" puso su mano sobre la mía "Adentro hay alfileres así que tienes que empujarlos uno por uno".

Asentí tratando de hacer girar la cerradura, lo intenté por minutos pero ni siquiera pude localizar los alfileres que dijo.

"Necesito ayuda".

Se echó a reir "Siente como cambia, eso es un alfiler, hay seis ahí" su cara estaba tan cerca de la mia "Sigue empujando hasta que" el pasador se tensó "Eso pase"

Creí entender, pero ella me distraía demasiado, podía tomar sus labios con los míos fácilmente, llevarla por el pasillo hasta la última habitación, podría hacerlo tan rápido que nadie cuestionaría cuando tiempo nos fuimos.