Capítulo 26

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Juliana

Después de un largo y tedioso viaje finalmente logré ver las puertas de la base, a pesar de que éramos las únicas en la parte de atrás y había un banco vacío enfrente, Valentina estaba dormida a mi lado. Resistí a despertarla pero al mirar adelante estábamos cada vez más cerca.

"Val" susurré inclinándome "Despierta" no se movió en lo absoluto "Valentina" dije más fuerte sacudiéndola, gruñó y se acomodó de nuevo, bufé y me acerqué para juntar nuestros labios, supe que ya había despertado al sentir su sonrisa.

"Definitivamente es una de las mejores maneras de despertar" murmuró "Y perdón normalmente tengo el sueño ligero".

"No te preocupes, después de lo ocurrido" hice una pausa para procesar la información "Todos merecemos un descanso".

Una charla tranquila llegó a través de la radio desde adelante, pero estaba demasiado lejos como para que pudiera distinguir cada palabra, pero entendí una, infectados.

El copiloto se giró para mirarme "Señora tenemos cuatro en las puertas".

Nunca me había asociado mucho con los soldados que no fueran de mi escuadrón o el de Peña, pero eso tendría que cambiar pronto "Haz que los muchachos de Beltrán se encarguen de eso y luego abran las puertas" murmuré cansada, de reojo vi a Valentina mirarme con el ceño fruncido "¿Pasa algo?"

Sacudió la cabeza y esperamos pacientemente a que el camino fuera despejado, minutos después avanzamos, el chofer apagó el motor y me miró expectante, como si estuviera esperando instrucciones.

"Reúne a los civiles, estaré ahí" al salir dejé la seguridad oscura del vehículo, la base, los civiles, los soldados, todos eran mi responsabilidad.

"No estás sola en esto" dijo ayudándome a bajar con una sonrisa reconfortante. 

Nunca sabría lo verdaderamente agradecida que estaría por siempre, incluso por la noche anterior, diría que era mejor dando órdenes que yo, claro que no iba a dejar que cargara con todo ese peso. Al salir noté que hacía mucho más calor, la poca nieve que quedaba se estaba derritiendo y en su lugar el sol brillaba y ardía.

Laura, Sebastián y Daniel se unieron y me sorprendí cuando la morena le dio una pequeña sonrisa a Val y caminó directo hacia mi "Siento tu pérdida, escuché lo que significaba para ti" detrás de ella vi a los chicos asentir.

"Gracias" respondí sinceramente caminando a un vehículo para subirme a la parte superior, haciendo una mueca por el dolor en mi cintura "¡Escuchen!" llamé y alrededor de setenta cabezas giraron hacia mí, por un momento olvidé lo que iba a decir, aclaré torpemente mi garganta y seguí "Hay un montón de cuartos para todos, siéntanse como en casa. Necesito voluntarios que ayuden a preparar la cena después de instalarse" algunos levantaron la mano "Bien, mis soldados los llevaran a sus cuartos y por último pero no menos importante...las cercas están electrificadas, hicimos este lugar tan seguro como pudimos pero eso no significa que no puedan pasar cosas malas, solo no vayan a explorar solos".

Sin saber que más decir comencé a bajar, ahora que ya no tenía la atención de la gente los nervios me alcanzaron. Valentina me esperaba abajo con una mano extendida, la tomé mirando como mis dedos temblaban nerviosamente.

"Lo hiciste parecer fácil" sonrió agarrando mis manos para evitar que temblaran. Ese era su efecto en mi, cuando mi mundo se derrumbaba ella aparecía y nublaba el caos.

"¿Ahora que?" preguntó Lucho.

"Necesitamos hacer algo con esa puerta, tenemos que buscar una manera de los vehículos entren y salgan sin que los infectados lo hagan" cayó el silencio mientras pensábamos en soluciones.

No me dejes (juliantina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora