Capítulo 6

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Milán, Italia

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Milán, Italia


Mientras tanto, dentro de la sala de junta, ya que el piloto afectado quiso reunirse con Tassone y sus abogados, estaban discutiendo furiosamente.

―¡No puedes quitarme nada! ―le gritó en la cara.

―Si quiero puedo, atentaste contra mi vida, sabiendo que podrías salir jodido del asunto, te salió mal, ahora voy a ir por todo ―escupió con sequedad y sin piedad―. ¿¡Qué carajo se te cruzó por la cabeza cuando hiciste eso!? ―le exclamó con ira―, ¿tienes deudas o qué? Aunque ahora ya no me interesa nada. Eras un excelente ingeniero, hasta que la jodiste ―le expresó con seriedad―, Pietro será el nuevo ingeniero mecánico a pesar de no tener la gran capacidad que tú tienes, pero lo prefiero a él, me será fiel. Y yo te acabo de romper el contrato, no quiero que pertenezcas más a la escudería, el juicio seguirá en pie, iré por el departamento que tienes, el auto y esa linda casita de verano que te compraste en La Toscana.

―¿Dónde crees que viviré? ―cuestionó con desespero.

―De eso te fijarás tú ―comentó sin demasiada importancia.

―No tengo nada más ―dijo afectado.

―Pues entonces, recomiendo que te vayas por un buen tiempo a Argentina porque no pienso tenerte en la escudería de nuevo. Averiguaré bien quien está detrás de todo esto, ¿o tú me lo dirás? ¿Cuánto te ofreció esa persona, Tassone? ―le cuestionó entrecerrando los ojos mientras lo miraba penetrántemente pero el hombre no abrió la boca.

―¿Qué pasará con Fiorella? ―preguntó preocupado.

―Ella tranquilamente puede quedarse, incluso haré una excepción y podrá seguir viviendo en el departamento ―respondió sin ningún tipo de tono en su masculina voz.

―Te lo agradezco ―le contestó sin ningún tono de voz.

Luka rio y negó con la cabeza.

―Tú tendrías que agradecerle a ella que no fue peor ―emitió con sarcasmo―, porque te habrías pudrido en la cárcel si a mí me sucedía algo ―afirmó serio.

―Cometí un gran error y ella también ―expresó sin preámbulos.

Cassiragghi frunció el ceño al mirarlo y sin comprenderlo.

―¿De qué me estás hablando? ―cuestionó intrigado.

―Habiéndose metido Fiorella en el medio, las cosas cambian. Ahora ella puede que sea el blanco ―anunció con pesadumbre.

―Habla claro Tassone, no me gustan las vueltas ―le dijo enojado y golpeando el puño contra la mesa―. ¿Con quién hiciste un trato?

―Con alguien que nunca debí hacerlo ―se lamentó y suspiró.

―¿Con quién? Y es la última vez que te lo preguntaré Tassone ―le gritó enojado y apuntándolo con el dedo índice.

―No conozco a la persona, solo me dijo que te conocía muy bien y que quería hacer tu reemplazo en la escudería ―le manifestó usando las mismas palabras que aquel sujeto le había dicho por teléfono y sin mirarlo a la cara.

Noches de Tormenta ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora