Capítulo 19

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Milán, Italia

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Milán, Italia

Barrio Moscova-Reppublica

Condominio


Fiorella miró de reojo la puerta abierta y de inmediato se separó de Luka. La joven se lamió los labios con su lengua comprobando que se sentía nerviosa y quedó tanto asombrada como callada al ver a su padre frente a ellos.

—Buenas noches, ¿les gustaría decirme algo? De ser así, convendría entrar —les dijo señalando con disimulo la cámara del pasillo que tenían frente a ellos.

Ambos pasaron al interior del departamento y Ernesto cerró la puerta.

—Creí que ya dormías —comentó su hija con nervios.

—Son las nueve recién. Estaba por preparar algo de cenar, ¿ustedes lo hicieron?

—Sí —respondieron al mismo tiempo.

—Están saliendo, ¿hace cuánto? —confirmó.

—Hace poco, desde ayer —respondió Fiorella.

—Al fin lo admites —contestó levantando las cejas—. ¿Por qué no me lo dijeron cuando se los pregunté?

—Porque pensé que te irías a disgustar, sé que no quieres que tu hija se mezcle conmigo. Y ese fue uno de los motivos por los cuales decidimos no decírtelo, por lo menos no por el momento.

—Solo quiero que mi hija esté bien, no me importa con quien. Supuse que algo raro pasaba entre ustedes, tu cambio de actitud, tu manera de ser con ella, todo... —expresó—. Y creí que estaban teniendo algo, no me equivoqué. No pensé que te fijarías en él —clavó los ojos en ella.

—El amor es incierto, papá. Me gustaba bastante... desde hace mucho —admitió.

—¿Desde hace cuánto tiempo? —quiso saber levantando una ceja.

—Desde que... le pedí amablemente el autógrafo para Lorenza —confesó con algo de timidez y mirándose las manos.

Luka se la quedó mirando con atención. No se esperaba aquellas palabras.

—¿Me dijiste que no me soportabas en aquel entonces?

—Que te haya dicho eso, no quería decir que no me gustabas. Siempre me pareciste lindo pero como te dije antes, lo estropeabas con ser arrogante y soberbio.

—Ahora pienso en lo que te dije hoy, sobre las vacaciones... —se frotó la barbilla con el dedo índice mientras la miraba—, no tenías pensado ir de vacaciones, ¿verdad?

—Verdad. Pensé en quedarme... Pero Luka me invitó a pasar las vacaciones con él y acepté.

—Tienes 21 años, Fiorella.

—Soy mayor de edad y creo que ya te habrás dado cuenta que puedo cuidarme sola —dijo con seriedad en su voz.

—Por supuesto que puedes cuidarte sola, me quedó bien claro desde el día en que te tuviste que manejar sola cuando entraste a la universidad de aquí, sin conocer a nadie. Pero esto es otra cosa muy diferente.

Noches de Tormenta ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora